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Irán libera a dos rehenes franceses tras más de tres años de cárcel, pero les impide dejar el país

Cécile Kohler y Jacques Paris, condenados por cargos de espionaje que el Elíseo considera inventados, permanecen en la Embajada de Francia en Teherán

Cécile Kohler y Jacques Paris rehenes de Francia liberados por Irán
Trinidad Deiros Bronte

La pesadilla de Cécile Kohler, de 41 años, y de su pareja, Jacques Paris, de 70, encarcelados en Irán desde hace más de tres años, ha acabado, pero no del todo. Estos dos profesores franceses, arrestados el 7 de mayo de 2022 mientras hacían turismo en Irán, aún tienen prohibido salir del país y no han podido, por tanto, regresar a Francia tras ser liberados este martes por la noche de la siniestra prisión de Evin, en Teherán, conocida por albergar a presos políticos. Sobre todo en el siniestro pabellón 209 custodiado directamente por el poderoso ejército paralelo de la Guardia Revolucionaria iraní. Allí ha pasado esta pareja gran parte de los últimos tres años largos, por separado y a menudo en aislamiento. Ambos se encuentran ahora en la Embajada de Francia en la capital iraní, después de obtener la libertad condicional gracias a, se da por hecho, un canje y la excarcelación en Francia de una ciudadana iraní, si bien París no lo ha reconocido.

Su caso ha sido uno más de lo que se conoce como diplomacia de los rehenes, que la República Islámica de Irán lleva poniendo en práctica desde sus albores en 1979, cuando retuvo a 66 diplomáticos y trabajadores de la Embajada de Estados Unidos en Teherán. 52 de ellos permanecieron allí secuestrados durante 444 días en un escándalo que, se cree, le costó en las urnas la presidencia de Estados Unidos a Jimmy Carter.

Desde entonces, la República Islámica de Irán ha utilizado el encarcelamiento arbitrario de occidentales por dos razones: o para obtener algo a cambio, especialmente la liberación de iraníes condenados en Europa, a menudo por cargos de terrorismo —como sucedió en 2023 con el cooperante belga Olivier Vandecasteele— o para presionar a Occidente con el fin de acceder a beneficios políticos o económicos; por ejemplo, el levantamiento de las sanciones por el programa nuclear iraní. También para cobrar supuestas deudas de otros países o recuperar fondos congelados iraníes en el extranjero.

La secuencia de los acontecimientos y las propias declaraciones de responsables de la República Islámica indican que la liberación de los dos profesores ha sido, también en esta ocasión, la moneda de cambio con la que Teherán ha obtenido la excarcelación de una de sus ciudadanas en Francia. Así lo insinuó el pasado 11 de septiembre su ministro de Asuntos Exteriores, Abbás Araghchi, en una entrevista en televisión en la que aludió a que el “intercambio” de Mahdieh Esfandiari, una iraní en prisión preventiva desde el mes de febrero en Francia, por los dos “presos franceses” se acercaba a su fase final.

El pasado 22 de octubre, Esfandiari, acusada de apología del terrorismo, obtuvo la libertad condicional con la obligación de presentarse en una comisaría una vez por semana. Irán asegura que esta lingüista de 39 años fue encarcelada arbitrariamente por defender los derechos de los palestinos y denunciar en redes sociales el genocidio de Israel en Gaza.

Al igual que ahora Kohler y Paris en Irán, sobre Esfandiari pesa una prohibición de abandonar territorio francés. Por ello, es posible que la pareja de profesores no pueda regresar a Europa hasta que esa ciudadana iraní pueda viajar a su vez a su país. Su juicio está previsto entre el 13 y el 16 de enero de 2026, por lo que “un escenario posible” es que los dos franceses permanezcan en la legación diplomática de Francia en Teherán hasta esa fecha, destaca desde París Clément Therme, investigador sobre Oriente Próximo asociado al Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

A no ser, destaca este experto —autor de un informe del IFRI sobre la diplomacia de los rehenes— que “por razones de Estado se anticipe el regreso de la iraní y el de Cécile [Kohler] y Jacques [Paris] a Francia”.

Un documento del centro de estudios estadounidense Stimson Center señala que Irán utiliza la toma de rehenes como “una herramienta estratégica de su política exterior” desde 2014, especialmente en cuanto a la negociación del programa nuclear tras el que Occidente sospecha un propósito de dotarse de armamento atómico, algo que Teherán niega.

“Tortura”

Irán mantiene aún retenidos a alrededor de una docena de occidentales. En los últimos años, ha arrestado a personas de diversas nacionalidades europeas —incluidos a dos españoles, ya liberados— y también estadounidenses. Sin embargo, Francia es uno de los países que más ha sufrido la práctica iraní de detener arbitrariamente a extranjeros, normalmente acusándolos de espiar para sus países o para su némesis regional, Israel.

En 2025, después de que Francia abandonara su política de negociar discretamente su liberación para denunciar públicamente esta diplomacia de los rehenes, varios franceses han recuperado la libertad. Por ejemplo, Olivier Grondeau, encarcelado desde 2022 y excarcelado en marzo, y Lennart Monterlos, un ciclista detenido a los 18 años, que volvió a Francia en octubre tras pasar más de 100 días entre rejas. También en octubre, el día 14, Kohler y Paris fueron condenados por espionaje, a 20 y 17 años de cárcel, respectivamente.

Estas largas penas, paradójicamente, probablemente “han acelerado su liberación”, recalca Therme, pues Irán nunca ha excarcelado a un rehén occidental sin juzgarlo antes y así “afirmar la autoridad” de su poder judicial.

Meses antes, estos dos profesores habían aparecido en televisión reconociendo sus supuestos delitos, en unas confesiones “extraídas bajo coacción”, denunció el Gobierno francés y la ONG de derechos humanos Amnistía Internacional. La práctica de televisar supuestas confesiones de reclusos, obtenidas con torturas, según Amnistía y otras ONG, es también habitual en Irán.

Kohler y Paris, militantes de un sindicato, habían sido detenidos el 7 de mayo de 2022, en el último día de un viaje turístico a Irán, después de reunirse con profesores iraníes en huelga. Su arresto dio paso a lo que sus familiares y el propio Gobierno francés han definido también como “tortura”. Encarcelados en el ala 209 del siniestro penal de Evin, los dos profesores a los que Francia califica de “rehenes de Estado”, fueron separados y obligados a permanecer en aislamiento durante largos periodos de tiempo en celdas minúsculas, sin ventana y bajo una luz de neón encendida 24 horas al día. Los dos cautivos ni siquiera disponían de una colchoneta y dormían en el suelo. Tampoco salían, excepto en contadas ocasiones, al patio del penal.

Esta pareja ha salido de Evin “físicamente indemne”, ha declarado su abogada Chirinne Ardakani, citada por el diario Le Monde, pero “aún no son libres. No lo serán hasta el minuto en el que puedan abrazar a sus seres queridos. Hasta ese momento, seguiremos movilizados”.

Clément Therme, autor de Ideas erróneas sobre Irán (Editorial Le Cavalier bleu), cree que “lo interesante en este caso es la inversión de la carga de la prueba” y la utilización política del término rehén. Francia ha llevado a cabo “este intercambio de una presa iraní en Francia por dos rehenes franceses”, al mismo tiempo que “Irán utiliza exactamente los mismos argumentos al asegurar que ellos han intercambiado a una rehén iraní en Francia por dos presos franceses en Irán”. Para el experto del IFRI, se trata de “una guerra informativa”, cuyo objetivo es “restaurar la imagen de la República Islámica a través de este intercambio, denunciando a Francia y acusando a París de practicar también la diplomacia de los rehenes”.

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Sobre la firma

Trinidad Deiros Bronte
Periodista de Internacional. Fue corresponsal en el Magreb y en África Subsahariana durante una década. Cubrió las primaveras árabes y las guerras en la República Centroafricana y Congo. Ha informado, como enviada especial, del conflicto en Oriente Próximo y la ofensiva de Israel en Gaza y Líbano. Se ocupa de Irán, Afganistán y el Golfo Pérsico.
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