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Washington retira 18.000 millones de dólares de fondos a dos grandes proyectos de transporte de Nueva York

La medida se debe a “procesos de contratación discriminatorios” basados en la raza y el sexo

Lincoln Tunnel
María Antonia Sánchez-Vallejo

Dos megaproyectos de infraestructura en Nueva York, claves para aliviar la eterna congestión del tráfico en la ciudad, están en el aire después de que el secretario de Transporte, Sean Duffy, anunciara este miércoles que la Administración de Donald Trump retendrá 18.000 millones de dólares de fondos federales que iban a sufragar parte del coste de las obras.

Se trata de la ampliación del metro de la Segunda Avenida, una vasta zona sin más transporte público que los lentísimos autobuses municipales, y la mejora de la comunicación entre Manhattan y Nueva Jersey con la construcción de túneles para trenes de cercanías bajo el río Hudson, un proyecto presupuestado en 16.000 millones de dólares y conocido como Gateway que aspira a aliviar la tremenda presión que sufre diariamente el bypass.

“El departamento se está centrando en estos proyectos porque posiblemente sean las iniciativas de infraestructura más grandes de todo el hemisferio occidental”, ha explicado Duffy mediante un comunicado, recogido por el diario The New York Times. Según el titular de Transporte, no se distribuirán los fondos previamente aprobados porque la ciudad no cumple con los requisitos de la Administración republicana para borrar toda política que suene a woke, es decir, los criterios de diversidad, equidad e inclusión (conocidos por sus siglas, DEI) que suponen una de las bestias negras de la Casa Blanca de Trump.

Duffy ha condicionado la retirada de fondos al resultado de una revisión de lo que ha descrito como “procesos de contratación discriminatorios e inconstitucionales” del Estado de Nueva York, que también participa en la iniciativa. Ambos proyectos llevan años pendientes. Trump también quiere acabar definitivamente con el plan de tarificación de la congestión del tráfico en la almendra central de Manhattan.

Algunos neoyorquinos ven también en la medida de la Casa Blanca un indicio de la pinza con la que pretende impedir la victoria en las elecciones municipales del 4 de noviembre del demócrata progresista Zohran Mamdani, un candidato al que Trump tilda de “100% comunista”. En una lid cada vez más despejada tras el abandono este domingo del actual alcalde, Eric Adams, Mamdani lidera los sondeos pero tiene en contra a los grandes empresarios de la ciudad, horrorizados ante la perspectiva de un alcalde socialdemócrata que defiende la gratuidad de los autobuses públicos o la congelación de los alquileres, pero más aún a la Administración republicana, que ya ha avisado que si el izquierdista es elegido privará a la ciudad de los fondos federales que le corresponden: algo que parece adelantar el anuncio de Duffy de este miércoles.

La revisión de los dos proyectos obedece a las órdenes ejecutivas firmadas por Trump en enero para desmantelar los programas DEI, ha explicado Duffy, y a una norma emitida por su departamento el martes que prohíbe a los destinatarios de fondos federales para infraestructuras de transporte aplicar o imponer requisitos de contratación basados ​​en la raza y el sexo.

Rendir a Nueva York, obligar a ponerse de rodillas a la ciudad natal de Trump, es un objetivo confeso de la Administración republicana. Por delante de otras ciudades gobernadas por los demócratas —en Nueva York la proporción de votantes demócratas registrados es de seis a uno frente a los republicanos—, siempre ha sido la primera en el punto de mira, tanto por su defensa de las políticas DEI —se ha ofrecido, por ejemplo, como ciudad refugio a mujeres que no puedan abortar en Estados republicanos—, como por su rechazo a colaborar en la aplicación de la ley federal de inmigración.

No obstante, el alcalde saliente tendió una mano a Trump para que el Departamento de Policía de Nueva York —el mayor del país— colaborase con los agentes federales de inmigración en la caza de sin papeles, aunque las leyes consagran la condición de refugio de la ciudad. El acercamiento de Adams a Trump fue empero un cálculo interesado, no político, para lograr que la Administración republicana desestimase los cinco cargos de corrupción por los que fue imputado hace un año. El actual regidor consiguió su propósito, al dar carpetazo los jueces el caso por el que iba a ser juzgado la pasada primavera, pero Trump ha abortado ahora su carrera a la reelección para favorecer a un candidato con más posibilidades, el exgobernador Andrew Cuomo, antaño demócrata y que se presenta también como independiente. Todo esfuerzo parece poco para impedir la llegada a la alcaldía de Mamdani.

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