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Netanyahu amenaza con más ataques contra líderes de Hamás “allá donde estén”

Rubio cierra filas con el primer ministro israelí, pese a la incomodidad de Trump con el inédito bombardeo en Qatar

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante su rueda de prensa, este lunes en Jerusalén. Foto: Nathan Howard (REUTERS) | Vídeo: epv
Antonio Pita

Los ecos de las protestas que precipitaron el final de la Vuelta ciclista a España, el creciente debate sobre la participación de Israel en Eurovisión y el reciente cambio de tono en la UE sobre la masacre en Gaza no llegaron este lunes a Jerusalén, donde se reunían los representantes de los dos países que más determinan la suerte de Oriente Próximo. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el responsable de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, se esforzaron en entonar la misma melodía, pese a las advertencias en la víspera del presidente Donald Trump sobre el inédito (Israel nunca había bombardeado Qatar, el sexto territorio en apenas 72 horas), y aparentemente fallido, ataque contra líderes de Hamás en Doha el pasado martes. Trump venía de asegurar que Israel debe ser “muy, muy cuidadoso”, porque si bien “tiene que hacer algo sobre Hamás”, Qatar “ha sido un gran aliado” de Washington.

La pregunta evidente en la rueda de prensa era, por tanto, si Israel repetirá el bombardeo, teniendo en cuenta que muy probablemente no logró su objetivo. Hamás ya afirmó en su momento que el ataque mató a cinco de sus miembros, pero no a sus líderes, y el propio Netanyahu lo admitió implícitamente este lunes, al defender que “no fracasó” porque su “principal objetivo” no era tanto asesinar a los líderes políticos de Hamás como enviarles un mensaje central de que “no están a salvo en ningún lugar”. “Podéis huir, pero no escapar”, añadió. “Si los terroristas piensan que tienen inmunidad, lo harán de nuevo. Y si se les niega, se lo pensarán dos veces”, argumentó antes de recordar la famosa campaña del Mosad (los servicios secretos israelíes en el exterior) de asesinatos en distintas partes del mundo, desde París a Roma, pasando por Atenas, que llevó al cine Steven Spielberg. La entonces jefa de Gobierno, Golda Meir, la aprobó a raíz del asesinato de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 por el grupo armado palestino Septiembre Negro. “Es lo que hicimos, uno tras otro […] Es el principio que establecimos, seguimos y no ha cambiado”. Los líderes de Hamás, precisó, serán atacados “allá donde estén”.

Netanyahu aseguró incluso que no existe tal cosa como la “soberanía” de Qatar, una vez que alberga al liderazgo político de Hamás, una circunstancia pública y conocida que le facilita desde hace dos años mediar, junto con Washington y El Cairo, para obtener altos el fuego temporales.

A Rubio le preguntaron expresamente si había advertido a Netanyahu sobre bombardear de nuevo Qatar. Rehuyó responder y retomó los dos ejes de su discurso. El primero, que el programa nuclear de Irán supone un peligro “inaceptable” no solo para Israel, sino para el resto del mundo, mencionando a Europa, porque está en el rango de “los misiles que [Teherán] quiere desarrollar”. El segundo, que los dos países comparten los objetivos de la invasión israelí de Gaza, que viene dejando a diario día decenas de muertos, algunos de ellos de inanición. “Siguen en pie”, aclaró. Consisten en dar un “futuro mejor” a la población de Gaza (en línea del plan de Trump para vaciarla, convertirla en la Riviera de Oriente Próximo y gestionarla) que “no puede comenzar” hasta que las milicias palestinas entreguen a los últimos 48 rehenes israelíes, entre vivos y muertos, y Hamás “sea eliminado”. Netanyahu viene presentando en los últimos meses el plan de limpieza étnica como la materialización para los gazatíes del derecho a elegir, como el resto de habitantes del mundo, dónde desean residir.

Unidad

El cierre verbal de filas de Rubio con Netanyahu ha ido más allá de la habitual puesta en escena entre aliados, que prefieren resolver sus diferencias en encuentros privados a airearlas frente a la prensa. El primer ministro, de hecho, presentó la visita del secretario de Estado como un “claro mensaje de que EE UU está con Israel frente al terrorismo y las increíbles mentiras medievales que se dirigen en su contra, el creciente antisemitismo en el mundo y los Gobiernos débiles que presionan porque se derrumban ante la presión de minorías islamistas e increíble demonización”.

Una vez más, se esforzó en proporcionar a Trump los halagos que tanto le gustan, consciente de que su misión requiere ineludiblemente de su apoyo continuado. Nombró al presidente en varias ocasiones, volvió a definirlo como el “mejor amigo que ha tenido jamás Israel en la Casa Blanca” y dijo que está “transformando realmente el mundo” en el marco de una lucha entre “la civilización y la barbarie”.

Horas antes, Netanyahu se había reunido con varios de sus ministros y altos mandos militares para abordar la ofensiva terrestre que ha comenzado en Ciudad de Gaza y que viene incluyendo la destrucción sistemática de los rascacielos que quedaban en pie. El más alto, este mismo lunes. “Feudos de Hamás”, los llamó Netanyahu en la rueda de prensa.

Las Fuerzas Armadas, que mantienen a los palestinos confinados en apenas un 12% de un territorio que ya antes de la invasión era el más densamente poblado del mundo, tienen previsto penetrar en los próximos días en los barrios occidentales de la capital. Allí siguen la mayoría del millón que se calculaba que se encontraban en la capital, donde el ejército ya ha ido devastando barrios en explosiones controladas, según se puede ver en las imágenes satélite.

Itamar Ben Gvir, el ministro de Seguridad Nacional de Israel que ya impulsaba el eufemismo de “emigración voluntaria” antes de que Netanyahu lo abrazase como política oficial y de que Hamás lanzase su ataque masivo sorpresa en octubre de 2023, ha aprovechado un brindis con mandos de la Policía israelí para manifestar su intención de construir en el futuro un “barrio residencial para policías en Gaza”, frente al Mediterráneo. “La playa, por cierto, es un sitio perfecto”, añadió antes de recibir un largo aplauso por la frase: “Vamos a terminar la misión, a ocupar Gaza y a impulsar un proceso migratorio”.

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Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
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