Polonia urge al resto de la OTAN a actuar frente a la amenaza rusa
La sospecha en Varsovia y otras capitales europeas es que Putin quería poner a prueba la capacidad de reacción de la Alianza ante una incursión aérea


Hay en Polonia, como en otros países de la frontera oriental europea, una sensación de haber tenido razón antes de tiempo. De haber alertado desde hace años al resto de europeos de la amenaza rusa. La sensación de que estos avisos, a menudo, caían en saco roto. Ahora las autoridades polacas ven el momento propicio para urgir a los aliados de la OTAN a actuar con rotundidad frente a Rusia.
La invasión rusa de Ucrania de 2022 sirvió a estos países que por su historia y su geografía creían conocer mejor a Rusia para decirles a sus socios: “¿Veis como teníamos razón y Rusia era un peligro?”.
La incursión de drones rusos esta semana en el espacio aéreo polaco es, para este país, una nueva prueba, si hacían falta más, de la necesidad de que los aliados se refuercen militarmente ante Moscú. No es alarmismo ni belicismo, sostienen en Varsovia, pensar que, después de atacar a Ucrania, Vladímir Putin podría ir a por un país de la OTAN o la UE.
La incursión fue “un ataque o provocación”, según el primer ministro polaco, Donald Tusk. La OTAN se mostró más cauta en su análisis de las causas e intenciones del incidente, que este jueves llevó a Polonia y las vecinas Lituana y Ucrania a pedir a los aliados un refuerzo de sus defensas ante Rusia. “Solo una respuesta adecuada y fuerte evitará una mayor escalada”, dijeron los ministros de Exteriores de estos países en un comunicado.
Polonia exigió la convocatoria de una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. Las fuerzas armadas polacas decidieron el cierre del espacio aéreo, durante tres meses, en una franja en la frontera con Ucrania y Bielorrusia. Desde los cielos vecinos —el de la Bielorrusia aliada de Moscú y la Ucrania víctima de la guerra de Putin— llegaron, en la madrugada del miércoles, los 19 drones rusos. Alguno alcanzó a introducirse más de 300 kilómetros sobre el territorio de Polonia, señal, según algunos expertos, de que no se trataba de drones desviados por error.
Aviones polacos y de la OTAN derribaron a tres o cuatro, en lo que Tusk describió como ”una situación que coloca [a Polonia] más cerca del conflicto abierto, más cerca que nunca desde la II Guerra Mundial”. “Nuestra tarea hoy”, explicó el mismo miércoles ante el Parlamento, “es la plena movilización de todos los miembros de la OTAN y la eliminación de cualquier tentación de asumir una posición cómoda y decir: ‘Nos encontramos lejos de la frontera oriente. Esta no es nuestra guerra, estamos en otro continente”.
El mensaje de Tusk se dirigía al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que asume una posición de equidistancia entre Ucrania y Europa, y la Rusia de Putin. Pero también puede entenderse como un aviso a los países de la periferia europea como España. Para estos, la guerra en Ucrania queda más lejos y no consideran tan urgente como Polonia o los países balticos la necesidad de aumentar el gasto militar.
La sospecha en Varsovia y varias capitales europeas es que, con la operación de la noche del martes al miércoles, Putin quería poner a prueba la capacidad de reacción de la OTAN ante una incursión aérea. También su cohesión.
El veredicto sobre si lo logró o no, no es definitivo. Sí, en el derribo de los drones participaron, además de Polonia, Países Bajos, Italia y Alemania, una muestra de unidad. Era la primera vez que aviones se activaban ante amenazas al espacio aéreo aliado. Y sí, la OTAN activó su artículo 4, que prevé consultar en caso de que un socio se sienta amenazado.
Pero no es seguro que esta respuesta haya sido suficiente ni haya impresionado a Putin. Carlo Masala, profesor en la Universidad de la Bundeswehr en Múnich, considera que el despliegue militar —cazas F-35, aviones radar AWACS, baterías antimisles Patriot— ha sido enorme visto el resultado.
“Supone un esfuerzo relativamente grande para cuatro drones”, dice por teléfono Masala, autor del ensayo Wenn Russland gewinnt. Ein Szenario (Cuando Rusia gane. Un escenario). “Esto significa algo que todos sabemos: la defensa contra los drones es algo que en la OTAN se ha descuidado por completo en los últimos años”. Añade el experto: “Imagínese que los rusos, como hacen Ucrania, hubiesen atacado con 800 drones. Habría habido muchos impactos en Polonia”.
Reacción templada
Masala, en conversación con El PAÍS, destaca la reacción relativamente templada de la OTAN. El miércoles, mientras el Gobierno polaco denunciaba un “ataque o provocación”, el secretario general aliado, Mark Rutte, decía ignorar si la acción rusa en territorio polaco —es decir, aliado—, había sido intencionada o no.
“La OTAN, por supuesto, se esfuerza por no contribuir a ningún tipo de escalada”, dice el experto alemán. Así hay que entender, dice, que se subrayase que se trató de un ataque armado —lo que podría haber llevado a activar el artículo 5, que contempla la defensa mutua— y a destacar que la reacción aliada fue un éxito. “Se trata de indicios de que se está quitando importante a la cuestión para no verse obligados a adoptar medidas drásticas”, observa.
Si Putin quería a prueba a la Alianza Atlántica, también es significativa la reacción de Trump, que despachó los ataques con un breve y algo enigmático mensaje en su red social: “¿Qué pasa con Rusia violando el espacio aéreo de Polonia con drones? ¡Allá vamos!”.
“Putin se burla del presidente Trump y de sus esfuerzos por lograr la paz”, declaró el ministro polaco de Exteriores, Radosław Sikorski.
El ministro polaco difundió en la red social X una frase de un artículo del ensayista estadounidense Robert Kagan: “Si Trump no hace nada en respuesta al ataque ruso contra Polonia, los europeos deberán dejar de engañarse a sí mismos y afrontar el hecho de que los americanos no están ahí para defenderles”.
Trump, por ahora, no hecho anda. Y la frase resume bien la inquietud de muchos polacos ante la posición de EE UU. Era la potencia protectora y no es seguro que vaya a seguir siéndolo.
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