Un primer informe oficial confirma la rotura del cable como la causa del accidente del funicular de Lisboa
El guardafrenos no logró detener la cabina, que descendió a 60 kilómetros por hora hasta empotrarse en un edificio

El accidente del funicular de Lisboa del pasado miércoles comienza a tener algunas respuestas oficiales. A última hora de este sábado, el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes con Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF) difundió su primer informe oficial sobre lo ocurrido y confirmó que el siniestro se debió a la rotura o desconexión del cable de acero que une, vía subterránea, las dos cabinas del funicular de la Gloria. Este sistema está formado por dos unidades que hacen contrapeso entre sí, de forma que el descenso de una de ellas permite el ascenso de la otra.
El miércoles, poco después de las seis de la tarde y cuando una de las dos cabinas apenas había recorrido seis metros desde su salida de la parada de San Pedro de Alcantára, en el Barrio Alto, se quebró el cable que la conectaba a la que iniciaba su ascenso desde la parada de la plaza de los Restauradores.
El punto donde el cable se soltó es una zona no apreciable en una simple inspección visual como la que se realizó pocas horas antes del descarrilamiento. Los inspectores del GPIAAF, que no observaron “defectos en los sistemas de freno o en otros componentes accesibles a la inspección visual”, eximen así a la empresa privada encargada del mantenimiento del elevador de la Gloria de haber fallado en la detección de anomalías.
El guardafrenos del funicular, André Marques, accionó los dos frenos de la cabina al detectar el problema. Pero sin ningún resultado. “Los frenos no tienen capacidad suficiente para inmovilizar las cabinas en movimiento si ambas no están mutuamente equilibradas a través del cable de conexión”, exponen los especialistas.
El funicular descendió en solo 50 segundos un trayecto de 276 metros, con un desnivel de 45 metros (la inclinación media es del 18%), que normalmente se recorre en algo más de un minuto, con una velocidad máxima de 11,5 kilómetros por hora. En el momento del accidente, la cabina descarrilada solo se frenó al empotrarse contra un edificio cuando circulaba a una velocidad de 60 kilómetros por hora y después de diferentes embestidas contra un primer edificio y un poste eléctrico. El siniestro causó 16 muertos y 22 heridos.
El GPIAAF puntualiza que no se pueden aún determinar las causas que provocaron la rotura del cable. Este organismo público tiene previsto publicar un informe más exhaustivo sobre lo ocurrido dentro de 45 días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
