Trump lanza un “último aviso” a Hamás para que libere de inmediato a todos los rehenes en Gaza
El movimiento islamista responde al presidente de EE UU que sus “reiteradas amenazas” ayudan a Netanyahu a incumplir el acuerdo de alto el fuego

Tras unos días marcados por el desprecio público al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y por la guerra arancelaria, Donald Trump ha vuelto la mirada a Oriente Próximo para lanzar un “último aviso” a Hamás: o libera de inmediato a los 59 rehenes israelíes que quedan en Gaza o desatará un “infierno”. “Shalom Hamás’ significa hola o adiós. Pueden elegir”, ha escrito en la madrugada de este jueves el dirigente estadounidense en un mensaje en su red social, Truth Social.
Para subrayar su amenaza, Trump recordó que está enviando a Israel “todo lo que necesita para terminar el trabajo” en Gaza. Es decir, 12.000 millones de dólares en armamento, incluidas las bombas de casi una tonelada que retuvo parcialmente su predecesor, Joe Biden, y que pueden provocar daños en un radio de 365 metros. El republicano envió este mensaje tras recibir en la Casa Blanca a ocho de los liberados —bien en canjes, bien en operaciones militares— en los 16 meses de guerra. Mientras, el enclave palestino cumple su quinto día consecutivo sin entrada de ayuda humanitaria, por decisión del Gobierno de Benjamín Netanyahu, para forzar a Hamás a aceptar los incumplimientos israelíes del acuerdo de alto el fuego que firmaron en enero.
El mensaje de Trump es una sucesión de amenazas que acaba extendiendo a todos los gazatíes. “Liberen a todos los rehenes ahora, no más tarde, y devuelvan inmediatamente todos los cadáveres de las personas que asesinaron, o se acabó para ustedes”, espeta a Hamás. Si no lo hacen, añade, “ni uno solo” de sus miembros estará a salvo. Luego, se dirige a los más de dos millones de habitantes de la Franja para augurarles un “bonito futuro” si dejan de “retener rehenes”.
“Más vale que se lo tomen en serio”, ha remachado más tarde su secretario de Estado, Marco Rubio. “[Trump] no dice estas cosas sin creérselas, como la gente está descubriendo en todo el mundo. Si dice que va a hacer algo, lo hará”.
Hamás ha respondido este jueves, a través de su portavoz Abdul Latif Al Qanu. Ha asegurado que “las reiteradas amenazas de Trump” contra el pueblo palestino “sirven como apoyo a Netanyahu para que evada [el cumplimiento] el acuerdo, endurezca el cerco e imponga más hambruna”.
El primer ministro israelí mantiene bloqueado el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza desde el pasado domingo, para forzar a Hamás a entregar la mitad de los rehenes en un día, sin garantías de que eso llevará al fin de la guerra. La propuesta se desvía del texto del acuerdo de alto el fuego que firmaron justo antes de que Trump regresase a la Casa Blanca.
El movimiento islamista insiste en completar el proceso, pero Netanyahu (envalentonado por la carta blanca de Trump que ha recibido desde entonces) bloquea la negociación del paso a la segunda fase. Esta tenía que haber comenzado hace casi un mes, según la fecha estipulada en el pacto. “El camino óptimo para asegurar la liberación de los cautivos israelíes restantes es que la ocupación inicie negociaciones para la segunda fase y rinda cuentas de acuerdo con el acuerdo negociado por los mediadores”, ha señalado Al Qanu en su comunicado.
Como la primera fase concluyó la semana pasada sin continuidad, se ha generado una suerte de impasse, con las delegaciones negociadoras en El Cairo y los camiones con ayuda humanitaria para Gaza varados en la frontera con Egipto. Una pequeña manifestación en Tel Aviv mandaba este jueves un mensaje, a través de la pancarta, al Ejecutivo de coalición de Netanyahu: “No reventéis el acuerdo. Sacadlos del infierno, poned fin a la guerra”, decía.
![Manifestación con fotografías de los rehenes israelíes en Gaza con un mensaje para Netanyahu en la pancarta: "No reventéis el acuerdo [de alto el fuego]", este jueves en Tel Aviv.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RLKLGBEGL4T24PUQRAVIPXTXLA.jpg?auth=c4397aa436ad493b7cc1afe143db69bb638b378d29103c9073ff7f77f5dcba32&width=414)
El “hola o adiós” del mensaje de Trump encarna el método de palo y zanahoria con el que trata al movimiento islamista. La Casa Blanca había admitido horas antes las primeras negociaciones directas con Hamás, en otro de sus golpes de timón a la tradicional política exterior del país. Washington nunca había conversado directamente con la milicia, a la que considera grupo terrorista desde 1997, durante la oleada de atentados que lanzó su brazo armado, las Brigadas de Ezedin Al Qasam, a raíz de la masacre en la mezquita Ibrahimi de Hebrón por un colono ultranacionalista israelí.
Las negociaciones, iniciadas hace dos semanas, se centran en la liberación de Edan Alexander, el último rehén vivo en Gaza con nacionalidad estadounidense además de israelí. Tiene 21 años y apareció en un vídeo difundido por el grupo islamista en noviembre de 2024. Hamás retiene también los cadáveres de otros cuatro cautivos estadounidenses.
El enviado presidencial para la liberación de rehenes, Adam Boehler, lidera las “conversaciones y contactos”, que, según la agencia Reuters, han acercado la posibilidad de alcanzar la segunda fase de la tregua. La oficina de Netanyahu se limitó a dar cuenta de que “ha expresado a EE UU su posición” al respecto.
Flotillas
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, ha asumido el papel en el Gobierno de dar cuenta cada pocos días de ideas o planes relacionados con la propuesta de Trump de “limpiar” Gaza de su población. La semana pasada puso un puerto y un aeropuerto de Israel al servicio del plan y este jueves ha ordenado a las Fuerzas Armadas que permitan a partir de ahora a las “flotillas de protesta” llegar a la costa de Gaza. El objetivo: dejar ahí a su tripulación, apoderarse de los barcos, transportarlos hasta el cercano puerto israelí de Ashdod y usarlos “para evacuar a los residentes de Gaza que estén interesados en abandonarla”.
El comunicado es particularmente inusual porque no se conocen preparativos de flotilla alguna en solidaridad con Gaza, al estilo de las que trataron de romper simbólicamente el cerco israelí la década pasada. La más famosa fue la Flotilla de la Libertad, porque su asalto en 2010 por fuerzas especiales acabó con nueve muertos y una crisis diplomática con Turquía. Desde entonces, las misiones han sido escoltadas hacia puertos israelíes o frustradas en origen.
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