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El envío de tropas de paz a Ucrania divide a las grandes potencias europeas

Los principales líderes de una Europa debilitada por la sacudida de Estados Unidos buscan una estrategia común para hacer frente al plan de Trump, que prevé negociar directamente con Rusia

Reunión de líderes europeos en el palacio del Elíseo este lunes. Foto: Filippo Attili / Gobierno de Italia/ LaPresse | Vídeo: EPV

Los líderes de las grandes potencias europeas han debatido este lunes, en una reunión de urgencia convocada en París por el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el suministro de armas a Kiev, el posible despliegue de tropas europeas como garantes de la seguridad en la postguerra dentro de una llamada coalición de países voluntarios y la puesta en marcha de un plan de paz para Ucrania. En un momento clave para Europa, que queda debilitada por la sacudida desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, al anunciar conversaciones directas con Rusia para tratar de poner fin a la guerra en Ucrania en las que excluye a la UE, los dirigentes luchan por coordinar una estrategia europea. Pero el envío de tropas de paz —enviar soldados al terreno en Ucrania— no ha suscitado gran consenso en la reunión y supondrá toda una prueba para la unidad de los afines a Kiev. Por ahora, solo Francia y el Reino Unido se han mostrado dispuestos, mientras que Alemania, Polonia o España creen que es prematuro ponerlo sobre la mesa o son más partidarios de contribuir con otras cuestiones logísticas. Además, sin el apadrinamiento de Estados Unidos o algún respaldo del sistema de mando de la OTAN las reticencias a formar esa coalición son grandes. Europa todavía no ha digerido que Washington está cada vez más lejos y tiene esperanzas de que reconduzca su postura.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, que salió de la reunión antes de que terminase debido a un compromiso electoral en Alemania, abrió la brecha en la discusión sobre el envío de tropas. “Se está hablando a espaldas de los ucranios sobre los resultados de unas conversaciones que no se han producido, que Ucrania no ha consentido y en las que no está invitada a la mesa”, insistió Scholz, que se somete a las urnas este domingo. “Es un debate inadecuado en un momento erróneo y sobre un tema erróneo”, agregó y enfatizó que todavía no se ha alcanzado la paz, puesto que Ucrania está sumida en una “guerra brutal”. “No debe haber división de seguridad y responsabilidad entre Europa y Estados Unidos”.

Mientras Scholz mostraba su disconformidad sobre el planteamiento del envío de tropas, en la reunión continuaban debatiendo los jefes de Gobierno de Italia (Giorgia Meloni), España (Pedro Sánchez), Polonia (Donald Tusk), Países Bajos (Dick Schoof), Dinamarca (Mette Frederiksen) y, ya fuera de la UE, del Reino Unido (Keir Starmer). También han acudido a la capital francesa los presidentes del Consejo Europeo, António Costa; de la Comisión, Ursula von der Leyen; y el secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte. La reunión de alto nivel se ha celebrado solo un día antes de la cita que tendrá lugar en Arabia Saudí entre representantes de EE UU y Rusia sobre el posible fin de la guerra de Ucrania.

“Si es posible ofrecer garantías de seguridad junto con EE UU y la OTAN, entonces Polonia estará activa de diversas maneras, pero no preveo el envío de tropas polacas a Ucrania”, ha lanzado también el primer ministro polaco, Donald Tusk. Starmer, que en las últimas horas ha dicho el que Reino Unido estaría “dispuesto y preparado” para enviar soldados (también está dispuesta Suecia), ha remarcado tras la reunión que involucrar a Washington es crucial. “Una garantía de seguridad estadounidense es la única manera de disuadir de forma efectiva a Rusia de atacar a Ucrania de nuevo”, ha dicho el primer ministro británico, que prevé viajar a Washington la próxima semana para reunirse con Trump. “En este momento, debemos reconocer la nueva era en la que nos encontramos y no aferrarnos desesperadamente a las comodidades del pasado. Es hora de asumir la responsabilidad de nuestra seguridad y de nuestro continente”, ha añadido Starmer.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha considerado “prematuro” el debate sobre el envío de tropas a Ucrania. “Todavía estamos en guerra en Ucrania. Hay soldados que están defendiendo a su país. Todavía no se han dado las condiciones de paz como para que podamos pensar en ese diseño”, ha señalado, coincidiendo así con la posición de Scholz.

Macron, uno de los pocos líderes con canal directo con Trump, habló por teléfono durante 20 minutos con el presidente estadounidense. Ambos mandatarios quedaron en volver a hablar “muy pronto”. Washington, que ya ha dicho que Europa no estará directamente en la mesa de diálogo, ha pedido a los europeos que detallen qué están dispuestos a proporcionar a Kiev dentro de ese blindaje. También les ha reclamado sus planes ante un hipotético ataque ruso a esas futuras fuerzas de paz, según confirman varias fuentes europeas.

Los portavoces y asesores de Macron se esforzaban en las últimas horas en restar importancia a la cita de esta tarde. “No es una cumbre”, “ha habido más de este tipo”, “es solo el comienzo de otras conversaciones”… Pero cuanto más insisten, cuanto más subrayan que se trata de “un encuentro informal”, más evidente resulta la relevancia de una cita inédita en un momento clave para la supervivencia de la Unión Europea, tal y como sus fundadores la concibieron. Más allá del número de participantes invitados a la reunión y del indiscutible papel que Macron ha jugado como interlocutor durante el conflicto de Rusia contra Ucrania, hay un motivo que sustenta de forma clara la elección de París como punto de partida de estas conversaciones para que Europa sea tomada en serio: su fuerza nuclear. Y ese, en un momento en que cambia el orden mundial, es un motivo más que válido y un mensaje escrito en el mismo lenguaje que hablan los otros grandes interlocutores sentados en la mesa global.

Grieta en la UE

El encuentro en París ha tenido un formato restringido, más práctico que una cumbre con los 27 Estados miembros, entre los que hay algunos, como Hungría y Eslovaquia, mucho más cercanos a Rusia, que ya han expresado su malestar por la reunión convocada de urgencia por Macron. La participación de todos los miembros de la UE en un debate tan concreto sobre las garantías de seguridad para Ucrania habría visibilizado la falta de unidad y la lentitud de Europa para dar pasos concretos. Esa grieta dentro de la UE, sin embargo, cada vez es más clara. El primer ministro eslovaco, Robert Fico ha criticado la participación de la cúpula de las instituciones en la cita en París y ha declarado que la Unión no tiene un mandato específico para intervenir en las conversaciones. “Es un tema con el que la UE no tiene nada que ver”, ha dicho Fico, que sostiene que el envío de tropas y las garantías de seguridad son solo competencia de Naciones Unidas o de acuerdos bilaterales.

Pero Costa y Von der Leyen han cerrado filas con Kiev y han insistido en que es cada vez más urgente aumentar la defensa europea. Un debate, unido al del incremento del gasto militar, cada vez más caliente. Trump ha exigido a los aliados europeos de la OTAN que gasten un 5% de su PIB en defensa, un ensanche enorme desde el 2% que marca el compromiso actual de la Alianza y al que países como España o Italian ni siquiera llegan. Bruselas estudia ahora abrir la mano y flexibilizar el corsé fiscal para que los Estados miembros tengan más margen sin incumplir el pacto de estabilidad.

“La seguridad de Europa se encuentra en un punto de inflexión”, remarcó Von der Leyen en las redes sociales. “Sí, se trata de Ucrania, pero también se trata de nosotros. Necesitamos una mentalidad de urgencia. Necesitamos un aumento en la defensa. Y necesitamos de ambos ahora”, ha insistido la jefa del Ejecutivo comunitario, que viajará junto al colegio de comisarios la próxima semana a Ucrania, coincidiendo con el tercer aniversario de la invasión a gran escala lanzada por Rusia.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, llega al Elíseo.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, llega al Elíseo. TERESA SUAREZ (EFE)

Debate sobre la financiación de la defensa europea

Silvia Ayuso

En paralelo a la reunión de París, en Bruselas los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo empezaron a abordar el debate sobre la financiación de la defensa europea que se ha agudizado por las presiones de Washington para aumentar significativamente el presupuesto de la UE en la materia. 

Pese al consenso unánime en que el momento para hacerlo es ahora, el cómo sigue siendo una discusión con visiones por el momento encontradas, incuso sobre la propuesta de la Comisión de proponer una cláusula de escape en el Pacto de Estabilidad para “inversiones en defensa” que, como confirmó Ursula von der Leyen en la Conferencia de Seguridad de Múnich, “permitirá a los Estados miembros aumentar significativamente su gasto en defensa”. Dicha cláusula, usada ya durante la crisis de la pandemia de covid, permite flexibilizar las reglas fiscales que obligan a los Veintisiete a mantener el déficit presupuestario por debajo del 3% del PIB. El comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, ha asegurado este lunes que la Comisión está ya trabajando en una propuesta sobre las “modalidades de la flexibilidad” y sobre el margen del que dispondrán los Estados miembros para hacer uso de ella que debería llegar “en las próximas semanas”.

El ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha considerado que “hay espacio para que la UE aumente su endeudamiento” en vista de los retos actuales, especialmente en materia de defensa. Pero la iniciativa comunitaria no convence a todos. A falta de ver la letra pequeña de la propuesta, el ministro de Finanzas neerlandés, Eelco Heinen, ha dejado claro que para su país, uno de los halcones fiscales de Europa —“el dinero no es gratis”, ha subrayado Heinen— la solución pasa más por hacer esfuerzos nacionales en el presupuesto nacional, aunque duelan. También Alemania se ha dicho “escéptica”, si bien podría “discutir”  la posibilidad, avanzada por el canciller Olaf Scholz, de permitir una excepción en el Pacto de Estabilidad de la UE para todas las inversiones en equipos de defensa que superen el objetivo actual de la OTAN del 2%, ha dicho su responsable de Finanzas, Jörg Kukies.


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