_
_
_
_

La muerte de dos menores por un tanque israelí en Gaza eleva a ocho los fallecimientos por ataques desde el alto el fuego

Policías de Hamás se enzarzan en un tiroteo con las bandas que saqueaban la ayuda humanitaria

Guerra entre Israel y Gaza
Una mujer palestina, senatada en los escombros de su casa, en Rafah Palestinian woman sits near the rubble of buildings destroyed during the Israeli offensive, following a ceasefire between Israel and Hamas, in Rafah in the southern Gaza Strip, January 22, 2025. REUTERS/Mohammed Salem TPX IMAGES OF THE DAYMohammed Salem (REUTERS)
Antonio Pita

Los altos el fuego que Israel mantiene en Gaza y en Líbano afrontan estos días pruebas de resistencia, con un goteo de muertes en la Franja (ocho en sus cinco días en vigor, los dos últimos este jueves), los intentos de Hamás de asentar su autoridad y una amplia redada israelí en la ciudad de Yenín, en Cisjordania, que ha causado 13 muertos y corre el riesgo de devolver el centro de tensión de Gaza a ese territorio ocupado.

En Gaza, este jueves, los servicios de rescate han anunciado la muerte de dos menores por el disparo de un tanque israelí en el oeste de la ciudad de Rafah. Sus cuerpos ya han sido enterrados. El ejército israelí no se ha pronunciado al respecto.

La tregua aguanta, pese a la cotidianeidad de muertes de gazatíes, entre uno y tres cada día. Un vídeo captó poco después de su inicio cómo las tropas abrían fuego contra un adolescente y, luego, contra un hombre que trataba de rescatar el cuerpo. Los soldados “actuaron contra amenazas”, ha subrayado el ejército israelí en un comunicado.

Los servicios de rescate se centran esta semana en buscar los cadáveres bajo los escombros que no pudieron recuperar durante los 13 meses de bombardeos desde el anterior alto el fuego, poco después de comenzar la invasión, en noviembre de 2023. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás ha anunciado el hallazgo de 120 cadáveres más, que eleva a 47.283 (en su mayoría mujeres y menores) la cuenta global de muertos en 15 meses de guerra, pese al fin —sea parcial o definitivo— de los bombardeos. El número de cadáveres bajo los escombros se calcula en miles.

El alto el fuego ha desterrado también los saqueos de camiones de ayuda humanitaria, con la entrada de 3.200 en los primeros cuatro días.

Israel venía empleando el hambre como arma de guerra, tal y como figura entre los presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad por los que el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, Karim Khan, pidió el pasado mayo el arresto del primer ministro Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa durante gran parte de la invasión, Yoav Gallant. En los últimos meses —al relajarse la ya escasa presión de EE UU y girar la atención a la ofensiva israelí en Líbano y la caída del régimen de Bachar El Asad en Siria—, las Fuerzas Armadas de Israel permitieron, por acción o inacción, los saqueos casi sistemáticos de los camiones por parte de bandas criminales que operaban en sus zonas bajo control. Su objetivo: ganarse favores de cara al día después de la guerra y, sobre todo, que la policía civil de Hamás no protegiese los convoyes. Iba matando a los agentes cuando se mostraban en público y acabaron por permanecer escondidos.

Este jueves, además, y por primera vez, policías del Ejecutivo de Hamás y miembros de estas bandas se han enzarzado en un tiroteo, en la zona de Rafah, captado en vídeo. Se trata de una nueva prueba de la voluntad del movimiento islamista de reafirmar su autoridad sobre Gaza, plasmada en la presencia abierta de milicianos y policías y en el proceso de entrega de rehenes. Hamás ganó en 2006 las últimas elecciones palestinas, pero la comunidad internacional no reconoció el nuevo Gobierno. Un año más tarde, tomó por la fuerza el control de la Franja tras derrotar a la otra gran facción palestina, Al Fatah.

Retos

Este fin de semana, los altos el fuego en Gaza y Líbano vivirán dos retos importantes. En el primero, el sábado, cuando Hamás entregue a cuatro rehenes mujeres e Israel excarcele 120 presos palestinos en el segundo día de canje. Los cientos de miles de desplazados podrán desplazarse entonces entre norte y sur a pie por una de las vías, sin inspección de armas, ha señalado el movimiento islamista en un mensaje a la población.

El domingo, se cumplirán los 60 días que marca otro alto el fuego, el que firmaron Israel y Líbano (en realidad el conflicto era con Hezbolá). Es el plazo para la retirada de las tropas israelíes de la zona meridional que invadieron y el despliegue paralelo de las Fuerzas Armadas del país, para impedir el rearme de la milicia libanesa. Como el relevo no se ha completado y el Gobierno de Netanyahu sugiere que se quedará pasado el plazo, Hezbolá ha lanzado una advertencia, pese a su debilidad: “No aceptaremos vulneración alguna del acuerdo y sus garantías, ni intento alguno de incumplirlas con excusas”, ha señalado, pidiendo a las autoridades libanesas que presionen a los arquitectos del acuerdo: Estados Unidos y Francia. El ejército israelí ha seguido bombardeando de forma ocasional Líbano, que cifra en más de 600 las vulneraciones del alto el fuego y en 37 los muertos desde su inicio, a finales de noviembre.

Según el acuerdo, el Mecanismo tripartito con los cascos azules de Naciones Unida (y el añadido de Washington y París) “coordinará la ejecución por los ejércitos de Israel y Líbano del plan detallado y específico para la retirada por fases y el despliegue en esas zonas, que no debería exceder los 60 días”. El embajador de Israel en Estados Unidos, Michael Herzog, ha argumentado que el plazo “no está escrito en piedra y fue formulado con cierta flexibilidad”, por lo que su país ha pedido a su principal aliado, EE UU, ahora con Donald Trump al frente, “tiempo extra para que el Ejército libanés se despliegue de verdad”. Treinta días más y permanecer en cinco posiciones, según medios nacionales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_