Trump convierte los incendios de California en arma política
A 10 días de su investidura, el presidente electo de EE UU arremete contra la gestión del gobernador Gavin Newsom, que se perfila como uno de sus grandes rivales demócratas durante su mandato. El presidente Biden ha reclamado “no politizar” la tragedia
Casi 180.000 personas han recibido órdenes de evacuación y los bomberos luchan contra el reloj para tratar de sofocar los cinco incendios que han dejado al menos cinco muertos y arrasado casi 11.000 hectáreas en Los Angeles. Donald Trump, a 10 días de asumir la presidencia de Estados Unidos, ha visto en el desastre una oportunidad para apuntarse tantos políticos y quitárselos a uno de sus grandes posibles rivales en los próximos cuatro años, el gobernador de California, Gavin Newsom. Y de criticar, de nuevo, a la Casa Blanca de su predecesor, Joe Biden, que ha lanzado un llamamiento a “no politizar” la catástrofe.
Newsom y Trump han chocado una y otra vez desde la llegada al poder de Trump por primera vez en 2017. Para el presidente electo, la progresista California encarna todo aquello que detesta: políticas que promueven la diversidad, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, el uso de vehículos eléctricos, la acogida de inmigrantes. Un Estado que en cada ciclo electoral apoya de manera abrumadora al candidato presidencial demócrata: en noviembre ganó allí la vicepresidenta Kamala Harris, originaria de ese territorio. Y Newsom, antiguo alcalde de la liberal San Francisco, representante de Harris durante la campaña de 2024 y probable contendiente por la candidatura presidencial demócrata en las elecciones de 2028, representa todo ello.
El gobernador fue uno de los primeros políticos demócratas en reaccionar al claro triunfo de Trump en las elecciones del pasado noviembre, al dar pasos para proteger las políticas progresistas de su Estado: “No nos vamos a encoger y dejar que nos conviertan en su presa”, prometió, en referencia al control republicano de los tres poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Ahora, Trump ha encontrado un argumento para reavivar esa enemistad y culpar a Newsom y sus políticas del desastre en el sur de California.
En una serie de mensajes en su red social, Truth, en los que se refiere al gobernador como “Gavin Newscum” [su apodo para el gobernador, traducible como ‘Gavin Nueva Basura’], escribe que “el fuego se ha extendido rápidamente durante tres días, nada de contención. ¡Nadie ha visto unos números tan malos hasta ahora! Gran incompetencia de Gavin Newscum y Karen Bass [la alcaldesa de Los Ángeles]… Y la agencia de gestión de riesgos de Biden no tiene dinero. ¡Todo se ha gastado en el Nuevo Timo Verde! ¡Los Ángeles está arrasada!”
Su gran argumento, en esta ocasión, se centra en las políticas californianas sobre el medio ambiente, que trasvasan agua para proteger humedales y el ecosistema en ellos. El presidente electo acusa a su rival político de haber bloqueado un trasvase de agua que él aprobó en 2020 del norte del Estado, mucho más frío y húmedo, al sur, y de derrochar agua para proteger un pez en peligro de extinción. Culpa a esas medidas de que las bocas de agua que los bomberos debían utilizar para sofocar el incendio estuvieran secas.
“Quería proteger un pez que básicamente no vale nada, dándole menos agua (¡no funcionó!) pero la gente de California no le preocupaba”, escribió el líder republicano, que regresará a la Casa Blanca el próximo día 20. “Ahora hay que pagar el precio” de esa decisión, añadió. “Exigiré que este gobernador incompetente permita que el agua fresca, limpia, hermosa, fluya a California! ¡Él es el culpable de esto!”, insistió en otro mensaje. También incluye en sus quejas a la Administración Biden, y exige que Newsom presente su dimisión.
Tras una reunión en el Congreso en Washington con los legisladores del Partido Republicano, volvió a insistir: “Es una completa tragedia, y un error del gobernador”. aseguraba. “Tienen millones y millones de litros de agua y los tiran al Pacífico”. También arremetía contra Biden en otro mensaje: “Ni agua en las bocas de agua, ni dinero en la agencia de gestión de desastres. Eso es lo que me deja Joe Biden. ¡Gracias, Joe!”
Como en otras ocasiones en las que ha lanzado o promovido bulos, incluidas sus célebres acusaciones de comer gatos y perros contra inmigrantes haitianos en Springfield (Ohio), da igual que las cosas no sean como las presenta el presidente electo. Los bomberos californianos han apuntado como causa de los problemas en las bocas de agua la demanda sobrehumana desatada por la ferocidad y el volumen de los incendios, que luchan aún por controlar. Que hay agua suficiente en la zona para cubrir la demanda, pero lo complicado es trasladarla a la zona precisa de los incendios, en las colinas de los Palisades y Pasadena-Altadena.
En un briefing el jueves en la Casa Blanca, Biden apuntaba que parte del problema había surgido por la decisión de las compañías eléctricas de cortar el suministro en la zona, por temor a que el contacto de sus cables con el fuego pudiera desatar incendios aún mayores. Eso hizo que también el bombeo de agua se quedara sin electricidad, pero el problema va a resolverse con la instalación de potentes generadores. En cuanto a las medidas para proteger la especie de pez en cuestión, el eperlano de San Francisco (smelt en inglés), no tienen nada que ver con el suministro de agua para Los Angeles, según apuntan las autoridades californianas.
Los demócratas se han apresurado a contestar. “La gente está escapando, literalmente. Ha habido gente que ha perdido la vida; niños que se han quedado sin escuelas; familias completamente rotas, iglesias quemadas. Y este tipo quiere politizarlo”, ha declarado Newsom a la cadena de televisión CNN. Su portavoz, Gardon, ha insistido en que “el gobernador está centrado en proteger a la gente, no en el politiqueo, y en asegurarse de que los bomberos tienen todos los recursos que necesitan”. Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, por su parte, han atribuido al cambio climático la causa de los incendios, los últimos en una serie de fuegos de gran tamaño que han afectado al sur de Estados Unidos en los últimos años.
Newsom declaró el estado de emergencia en California el mismo martes, cuando los fuegos cobraban virulencia. El miércoles, el presidente Joe Biden proclamaba el Estado zona de emergencia, lo que permite la asignación de fondos federales para combatir el desastre. Este jueves ha anunciado que el Gobierno cubrirá todos los gastos de la recuperación durante los próximos 180 días. Pero también ha indicado que el Congreso, en el que el Partido Republicano de Trump cuenta con mayoría en las dos cámaras, tendrá que dar el visto bueno “cuando vayamos a pedir ayuda para que los afectados puedan recibir la ayuda que necesitan, porque es algo que de verdad importa”.
También ha hecho hincapié en que la catástrofe no debe quedar politizada: “lo que necesitamos es entender exactamente qué está ocurriendo, y que (los afectados) reciban el apoyo que neesitan, no convertir esto en un tema político. Esto no va de política, sino de dar a la gente la garantía de que, aunque va a llevar tiempo, tenemos esto controlado”.
Biden, que se encontraba en California desde el lunes por la noche para una serie de actos oficiales, visitó el miércoles una estación de bomberos. El jefe de Estado saliente anunció a última hora de la noche del miércoles que debido a los incendios cancelaba el viaje que tenía previsto a Italia, el último al extranjero de su mandato y en el que iba a reunirse con el papa Francisco, las autoridades italianas y el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.
Biden ha insistido en que el Gobierno estadounidense está dispuesto a hacer “absolutamente todo” lo necesario para contener los fuegos.
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