La oposición en el exilio reclama a Al Julani una nueva Constitución “incluyente” en Siria
El dirigente de la Coalición Nacional Siria exige la formación de una Asamblea Constituyente y un Gobierno provisional “sin sectarismo”
Mientras Ahmed al Shara ―anteriormente conocido como Abu Mohamed al Julani― y su grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) se afianzan en el poder en Siria, conquistado por las armas hace apenas 10 días, y reciben un creciente reconocimiento internacional, la oposición en el exilio al depuesto régimen de Bachar el Asad reclama su inclusión en el proceso de transición. El líder de la Coalición Nacional Siria (CNS), la principal alianza de fuerzas “opositoras y revolucionarias”, nacida al calor de las revueltas antigubernamentales de marzo de 2011, Hadi al Bahra, ha pedido este miércoles al Gobierno interino que se abra de manera “incluyente” y “sin sectarismo”, y que conforme una Asamblea Constituyente para redactar una nueva ley fundamental para Siria. Al Julani ha declarado sus buenos propósitos prodemocráticos a través de las redes sociales y ante cadenas de televisión internacionales, pero aún no ha entablado negociaciones con muchas de las antiguas fuerzas insurgentes.
El silencio y las declaraciones unilaterales ―para no correr el riesgo de equivocarse―, además de los hechos consumados ―como la toma de control efectivo de la Administración― han sido hasta ahora los ejes de la estrategia de Al Julani, nuevo hombre fuerte en Siria y con quien se apresuran a entrar en contacto potencias extranjeras, como Francia y Alemania, presentes esta semana en Damasco, y organizaciones internacionales como la ONU y la UE. Los milicianos de HTS patrullan ahora las calles de la capital con los flamantes uniformes de los nuevos ejército y policía de Siria, y sus asesores políticos suelen acompañar como una sombra a los altos funcionarios que han quedado al frente de las instituciones tras el desmoronamiento de régimen de la familia El Asad.
El aldabonazo de la coalición en el exilio para exigir una gobernanza creíble, sin sectarismos que excluyan a otras fuerzas políticas sirias, viene a recordar al islamismo político de HTS, que busca inspiración en el modelo de Turquía bajo el liderazgo de Recep Tayyip Erdogan en las dos últimas décadas. El líder de la Coalición Nacional Siria se ha mostrado dispuesto a regresar a Damasco tras más de una década de exilio “cuando se den las circunstancias adecuadas y esté garantizada la libertad de expresión”.
En una conferencia de prensa en Estambul, citada por Reuters, Al Bahra lamentó no haber recibido aún ninguna comunicación directa de Al Julani. Sin embargo, ha hecho un llamamiento a la población siria para que respalde a las autoridades del Gobierno provisional, dirigido por el primer ministro Mohamed al Bashir, con el que sí ha reconocido haber mantenido algún contacto, hasta el final de su mandato, programado para el 1 de marzo de 2025.
El 8 de diciembre, el mismo día en que una coalición de fuerzas rebeldes derrocó la dictadura de Bachar el Asad, el líder de la CNS fijó como uno de sus principales objetivos la formación de una Asamblea Nacional Constituyente, que redacte una nueva Constitución en el plazo de seis meses, así como un Gobierno de transición de 18 meses de duración. El enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen, ya intentó poner en marcha hace cinco años el denominado Comité Constitucional Sirio —formado por representantes del Gobierno del régimen, de la sociedad civil y de las fuerzas que apoyan a los grupos rebeldes—para avanzar en la negociación de una Constitución que sentara las bases para una convocatoria electoral libre. Los trabajos técnicos elaborados entonces se conservan en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, pero la iniciativa se vio condenada al fracaso, como casi todas las de mediación internacional en Siria.
HTS surgió del llamado Frente al Nusra, fuerza yihadista que rompió lazos tanto con el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) como con Al Qaeda, a cuya red global llegó a estar afiliado. Estos orígenes siembran dudas sobre la sinceridad de sus promesas de emprender un proceso de transición hacia la democracia en Siria. El grupo sigue siendo considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, aunque tanto Washington como Bruselas han entablado ya contactos indirectos con su dirección. Consciente de su posición de fuerza, Al Julani solicitó a Pedersen, con quien se reunió el lunes en la capital siria, una revisión de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que hace ahora nueve años sentó de forma unánime las bases para una salida política al conflicto sirio con la bendición formal de las grandes potencias. Paz y estabilidad, investigación de los crímenes de guerra y elecciones libres constituyen el núcleo de la resolución de la ONU que todavía marca la hoja ruta para la nueva Siria.
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