Israel y Hezbolá se acusan de violar el alto el fuego mutuamente en su segundo día en vigor
Miles de civiles desafían la presencia israelí en el sur del país y viajan de regreso a sus hogares. El ejército libanés empieza a desplegarse al sur del río Litani
Una cosa son las órdenes militares israelí y otra, la realidad de los desplazados de guerra libaneses deseosos de regresar a sus casas. La portavocía del Ejército israelí difundió este jueves un mapa con una zona del sur de Líbano marcada en rojo con diez localidades en el que advierte a la población de que “se pone en peligro” si accede. La prohibición es hasta nuevo aviso e incluye diez localidades. Son justo algunos de los pueblos a los que intentan regresar desde la víspera (cuando entró en vigor el alto el fuego entre Israel y Líbano) miles y miles de civiles de los más de un millón de desplazados que dejaron los dos últimos meses de guerra abierta. Y como unos quieren volver ya a sus casas, pero los soldados siguen presentes en la zona (se irán retirando progresivamente en 60 días, dando paso al ejército libanés, según el acuerdo de alto el fuego) ya han surgido las primeras tensiones. Tanto Israel como su enemigo en el campo de batalla, la milicia libanesa Hezbolá, se han acusado mutuamente en la mañana de este jueves de violar la tregua.
“Varios sospechosos fueron seguidos”, informó en un mensaje el portavoz militar israelí Avichay Adraee, “algunos de los cuales viajaban en vehículos, y llegaron a zonas del sur del Líbano, lo que constituye una violación del acuerdo. Las fuerzas de las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] abrieron fuego contra ellos”. Según la agencia de noticias Reuters, tanques israelíes alcanzaron las áreas de Markaba, Wazani y Kfarchuba, Khiyam, Taibe y las llanuras agrícolas alrededor de Marjayún.
El acuerdo de tregua prohíbe las “operaciones militares ofensivas” en Líbano, pero el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ya advirtió este miércoles de que responderán “con contundencia” a cualquier intento de Hezbolá de reconstituirse, que también vulneraría el pacto.
Poco después de que Adraee hiciera estas declaraciones en la red X, el diputado de Hezbolá Hasán Fadlalá manifestó que el que había violado el acuerdo de alto el fuego había sido el ejército israelí al disparar contra civiles que regresaban a sus hogares en sus aldeas a lo largo de la frontera sur de Líbano con Israel. “El enemigo israelí está atacando a quienes regresan a las aldeas fronterizas”, dijo Fadlalá a un grupo de periodistas después de una sesión parlamentaria.
Los disparos de soldados israelíes al aire como advertencia al ver a personas acercarse a sus posiciones se han sucedido desde el martes. Este periodista ha podido escuchar disparos de artillería desde la carretera que conduce de Marjayún a Nabatiye El ejército ha arrestado en las últimas horas a cuatro personas, que inicialmente vinculó a Hezbolá, para luego relativizarlo.
En redes sociales se pueden ver vídeos impensables hace apenas 72 horas, como un vecino grabándose con el móvil al lado de un tanque, que mueve el cañón en su dirección sin abrir fuego. En otros se ve a gente quitar las banderas que habían colocado los soldados israelíes, que penetraron como máximo unos cinco kilómetros en territorio libanés. Los incidentes en la frontera desde la entrada en vigor del alto el fuego este miércoles habían sido hasta ahora menores. Una alerta de ataque con proyectiles en Arab el Aramshe (un poblado beduino en Israel a tiro de piedra de la frontera que había sufrido desde octubre de 2023 el lanzamiento por Hezbolá de numerosos drones y proyectiles anticarro) resultó ser una falsa alarma.
Aunque la tranquilidad reinó en la primera jornada de tregua, el ministro de Defensa de Israel decidió mantener cerradas las escuelas de las localidades del norte y de los Altos del Golán, territorio sirio en manos de Israel. La decisión desoye la recomendación de las Fuerzas Armadas de levantar las restricciones y permitir el regreso a las aulas de los alumnos.
Desde primera hora de la mañana de este jueves, la carretera que lleva al sur de Líbano en paralelo al Mediterráneo se ha convertido en un hormiguero de coches. Son más que en la víspera, en la que algunos tenían aún dudas sobre la seriedad del fin de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá. Todos quieren volver a sus casas. El estado de ánimo es de alegría, con gente sonriente, música alabando a “la resistencia” (Hezbolá) y niños haciendo el signo de la victoria. Varios de los vehículos están coronados por colchones, con maleteros y asientos traseros llenos de bolsas. Unos pocos agitan también banderas amarillas del partido-milicia chií.
Mientras, los primeros refuerzos del ejército libanés han empezado a desplegarse al sur del río Litani. En Qalaia, una unidad que se dirigía hacia el cuartel de la cercana Marjayún, fue recibida con arroz y flores. Es una de las aldeas cristianas en las que Hezbolá es percibido como el enemigo, como mínimo tanto como Israel.
Las Fuerzas Armadas libanesas desplegarán 10.000 soldados durante estos dos meses. En una primera fase, derivará cerca de 6.000 (actualmente desplegados en otros puntos del país) para apostarse en zonas sin presencia de tropas israelíes, más al norte de la frontera. El ejército libanés cuenta ya en el sur con casi 4.500 soldados, que se concentrarán en los puntos con más potencial explosivo. Su papel será asegurarse de que Hezbolá no tiene milicianos, armas, ni capacidad de fabricar misiles al sur del Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera. A partir de ahora, no solo lo vigilará Unifil, la misión de cascos azules capitaneada por el español Aroldo Lázaro, sino también un comité de seguimiento que presidirá Estados Unidos. Israel exigió su creación en el acuerdo de alto el fuego.
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