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Los líderes de la UE y del Golfo instan a un alto el fuego inmediato en Gaza y Líbano

Los dos bloques reconocen “diferencias” en los principales conflictos internacionales, Oriente Próximo y Ucrania, pero celebran un “nuevo capítulo” en las relaciones bilaterales

Foto de familia de la primera cumbre de líderes de la UE y del Consejo de Cooperación del Golfo
Foto de familia de la primera cumbre de líderes de la UE y del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) con la presencia del príncipe heredero saudí Mohamed bin SalmánJohanna Geron (REUTERS)
Silvia Ayuso

La UE y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG - Arabia Saudí, Baréin, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar) han celebrado este martes una “nueva era” en las relaciones entre dos regiones estratégicas y de fuertes intereses compartidos, tanto geopolíticos como económicos, tras la celebración en Bruselas de la primera cumbre de líderes de ambos bloques. La cita había generado una buena dosis de ansiedad por las diferencias reconocidas de las dos regiones, sobre todo en los principales conflictos internacionales del momento: Ucrania —cuyo presidente, Volodímir Zelenski, llega este jueves a Bruselas— y Oriente Próximo, pero que pese a ello buscan un acercamiento mutuamente beneficioso en materia de comercio o inversiones (la UE es el segundo mayor socio comercial de los países del CCG, 170.000 millones de euros en intercambios comerciales en 2023), conectividad o incluso lucha contra el cambio climático.

El dilema se ha resuelto con una larga declaración conjunta que supone un juego de delicados equilibrios para tocar todos los problemas que “preocupan” a las dos regiones, con el compromiso de buscar soluciones —como el llamamiento conjunto a un alto el fuego inmediato en Oriente Próximo—, pero sin llegar a realizar condenas rotundas a algunos de los actores más destacados, desde Rusia a Irán o Israel. De igual manera, en la cita han pasado de puntillas por la presencia en Bruselas de una de las figuras internacionales más controvertidas: la del príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán (MBS), considerado responsable de facto del brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul en 2018.

“Los líderes no han rehuido reconocer que las dos partes tienen visiones distintas en algunas cuestiones”, señalan fuentes de la UE y corrobora el CCG. Aun así, “están de acuerdo en que ambos bloques buscan contribuir a la prosperidad, la paz y la cooperación”, agregan. “Hemos logrado encontrar un lenguaje común para las cuestiones más apremiantes”, ha celebrado al respecto el alto representante para Política Exterior, Josep Borrell, al término de la reunión.

“Queremos más estabilidad, más seguridad, más prosperidad y más respeto al derecho internacional”, había dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al comienzo de una cita que, paradójicamente, ha supuesto la acogida oficial en la capital de Europa de Bin Salmán. Declarado paria político desde el asesinato de Khashoggi, desde que comenzó la ofensiva rusa en Ucrania, el príncipe heredero saudí ha sido progresivamente rehabilitado por Occidente, desde el presidente estadounidense Joe Biden al francés Emmanuel Macron. En Bruselas, ha sido recibido tanto por Michel como por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y ha posado sonriente junto a los demás líderes en la foto de familia, a la que ha llegado charlando con el mandatario galo y donde ha posado al lado del presidente del Consejo Europeo.

La voluntad declarada de los Veintisiete era intentar “atraer” al CCG a sus posiciones en torno al conflicto en Ucrania, aunque se han mostrado conscientes de las buenas relaciones de los países del Golfo con Rusia y la dificultad que esto supone a la hora de emitir una declaración crítica con el Kremlin. Este problema se ha revertido a la hora de abordar el otro gran conflicto mundial, el de Oriente Próximo, por la posición mucho más crítica con Israel de esta región que la que mantienen una parte de los países europeos —como Hungría, Alemania, Austria o República Checa— que hasta ahora ha limitado fuertemente el tono crítico de la UE ante el Estado judío. “Es importante subrayar la gravedad de los crímenes de Israel perpetrados contra civiles. Llamamos a la UE a unir al mundo para encontrar una solución de dos Estados”, ha declarado al respecto el emir de Qatar y presidente de turno del CCG, jeque Tamim bin Hamad al Thani, que además ha agradecido “a todos los países que han reconocido el Estado palestino”, como España, y ha llamado a los demás “a seguir su ejemplo”.

Los países del Golfo, mientras tanto, miden mucho más sus palabras cuando se trata del papel de Irán en el conflicto que Europa. “Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos y movilizar todas nuestras capacidades diplomáticas para detener la extremadamente peligrosa escalada con un Irán ahora lanzando un ataque balístico masivo contra Israel o los hutíes atacando nuestros barcos e interrumpiendo la navegación”, ha reclamado Von der Leyen.

La declaración final es, en este sentido, un ejercicio de equilibrio en el que se tocan todos los temas, pero en un lenguaje diplomático y largamente trabajado —el texto final no ha estado listo hasta prácticamente el final de la cita— que permite a todos afirmar que se ha logrado acerar posiciones sin irritar necesariamente a los líderes de los países mencionados.

Respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania, salvo condenar específicamente “ataques contra civiles e infraestructura civil crítica, especialmente en el sector energético”, la declaración va en línea, sobre todo, con las resoluciones de Naciones Unidas sobre el conflicto y el “respeto a la soberanía e integridad territorial de los Estados”, así como a los “principios de la Carta de Naciones Unidas, el derecho internacional y el derecho humanitario internacional”.

En cuanto a Oriente Próximo, se insta al respeto “por todas las partes” del derecho internacional y, sobre todo, a un alto el fuego inmediato tanto en Gaza como en Líbano, pasos previos a una solución que pasa necesariamente, subrayan los signatarios, por la creación de dos Estados. Los dos bloques también han condenado “todos los ataques contra misiones de la ONU”, especialmente contra los cascos azules de la misión en Líbano Unifil, a la par que han manifestado su apoyo a la Agencia para Refugiados Palestinos (UNRWA), acosada por Israel. Más comedidas han sido las palabras respecto a Irán, país con el que han subrayado la importancia de mantener un “compromiso diplomático para lograr la desescalada regional”, si bien las dos partes muestran su “clara determinación de que Irán nunca debe desarrollar o adquirir un arma nuclear”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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