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Netanyahu mantiene la orden de atacar Líbano “con todas sus fuerzas” pese a las presiones para un alto el fuego

El primer ministro libanés confía en que salga adelante la propuesta de EE UU y Francia de 21 días de tregua salga adelante, pese al rechazo del mandatario israelí

Imagen de los bombardeos israelíes, desde la ciudad libanesa de Tiro.Foto: Amr Abdallah Dalsh (REUTERS) | Vídeo: EPV

Israel aleja las expectativas de una tregua con Hezbolá. Diferentes países están urgiendo al Gobierno de Benjamín Netanyahu a frenar la escalada hacia una guerra total tras amenazar con una invasión terrestre de Líbano. La advertencia ha llevado a un grupo de Estados a proponer al menos un cese temporal de las hostilidades de 21 días que el primer ministro libanés, Nayib Mikati, ha recibido positivamente “de inmediato”. La encabezan Estados Unidos y Francia y la han apoyado en un comunicado conjunto la Unión Europea, Alemania, el Reino Unido, Italia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Japón y Australia. Netanyahu, que este jueves ha viajado a Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas, ha generado pesimismo respecto a la iniciativa negociadora. “Seguimos atacando a Hezbolá con toda nuestra fuerza. Y no nos detendremos hasta que alcancemos todos nuestros objetivos”, ha advertido al aterrizar en Estados Unidos, mientras su ejército volvía a bombardear Beirut y hacía un simulacro de invasión terrestre.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (d), acompañado de su mujer Sara (i), partió la madrugada del jueves hacia Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (d), acompañado de su mujer Sara (i), partió la madrugada del jueves hacia Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. Avi Ohayon (GPO) (EFE)

El mensaje replicaba el que había lanzado apenas unas horas antes un comunicado divulgado desde su oficina. El texto aseguraba que el primer ministro israelí había dado órdenes a su ejército para que mantenga la presión “con todas sus fuerzas”. El balance del cuarto día de bombardeos en Líbano ha sido de 92 muertos, en torno a 700 en total desde la ofensiva masiva del lunes.

El ejército volvió a bombardear en el suburbio sur de Beirut, para asesinar a un alto mando de Hezbolá, Muhammad Hussein Srour, responsable del mando aéreo. Israel asegura que logró su objetivo.

El aumento de la tensión fronteriza y el riesgo de una guerra abierta es uno de los asuntos que los líderes mundiales están abordando en la sede de la ONU. Todo mientras los centros oficiales de acogida de desplazados en Líbano se siguen llenando. Son 533 en todo el país y albergan 70.100 personas, según ha manifestado el ministro de Interior libanés, Bassam al Mawlawi. No es más que una pequeña parte, ya que otros cientos de miles han optado por huir a casas de familiares o amigos, alquilar apartamentos, tomar una habitación de hotel o irse del país.

Antes incluso de que Netanyahu echara tierra sobre la vía diplomática, algunos integrantes de su Ejecutivo se habían encargado de considerarla inviable. El ministro de Exteriores, Israel Katz, ha respondido categóricamente: “No habrá alto el fuego en el norte [en Líbano]”. Abrir la puerta a la tregua supondría, según entienden esos representantes políticos, dar alas a la milicia libanesa respaldada por Irán. Mientras, en las últimas horas se mantienen tanto los bombardeos de la aviación israelí sobre territorio libanés como el lanzamiento de misiles por parte del partido-milicia hacia Israel.

“El primer ministro ha dado instrucciones a las Fuerzas de Defensa de Israel para que continúen los combates con todas sus fuerzas y de acuerdo con los planes que se habían presentado”, señala un comunicado de la oficina de Netanyahu. “Las noticias sobre un alto el fuego no son ciertas. Se trata de una propuesta franco-estadounidense a la que el primer ministro ni siquiera ha respondido”, añade.

La oficina de Netanyahu lanza, además, un recordatorio, por si alguien lo da por olvidado, sobre la situación en el frente sur, en la Franja palestina. “Los combates en Gaza continuarán hasta que se logren todos los objetivos de la guerra”, concluye el comunicado, en línea con las palabras del propio primer ministro desde Nueva York.

Además de rechazar cualquier posible alto el fuego, el jefe de la diplomacia israelí insiste en que mantendrán los ataques contra la milicia chií “con toda la fuerza hasta la victoria y el regreso seguro de los residentes del norte a sus hogares”, añade Katz en referencia a los 60.000 desplazados del entorno más próximo de la frontera. El responsable de Exteriores es quien sustituye al primer ministro, que tiene previsto regresar el sábado, aunque, según la prensa local, no tomará decisiones esenciales para el devenir de la guerra por propia iniciativa en este plazo de tiempo.

La iniciativa de París y Washington prevé tres semanas de alto el fuego. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha señalado que su propuesta es capaz de arrastrar los apoyos de países europeos y árabes. Mikati considera que todavía hay tiempo para detener la escalada y se mostró esperanzado.

El líder opositor israelí Yair Lapid parece optar por la calle del medio y pide que su país acepte siete días de tregua para no dar excesivas oportunidades a Hezbolá de recuperar fuerzas y “reorganizar sus sistemas de mando”, ha dicho a través de su perfil de la red social X. “No aceptaremos ninguna propuesta que no incluya la expulsión de Hezbolá de nuestra frontera norte”, ha aclarado. Se trata de permitir a los evacuados israelíes de esa zona poder retornar a sus viviendas, algo en lo que Netanyahu lleva días insistiendo como objetivo esencial.

Firmemente contrario se ha mostrado, por su parte, el ministro de Finanzas, el ultranacionalista Bezalel Smotrich. Solo contempla un escenario para la presión militar actual en el norte: “aplastar a Hezbolá”. “No se debe dar tiempo al enemigo para que se recupere de los duros golpes que ha recibido y se reorganice para la continuación de la guerra después de 21 días”. La ministra Orit Strock, compañera de partido de Smotrich y encargada de asentamientos ilegales judíos en la Palestina ocupada, pide que Israel no repita los errores del pasado y cierre la puerta al alto el fuego en el norte.

Al margen de la negociación política, los ataques prosiguen. Al menos 23 personas de nacionalidad siria, casi todas mujeres y niños, han muerto en uno de los bombardeos israelíes sobre un edificio en la localidad de Younine (este de Líbano), en la noche del miércoles al jueves, según informa Reuters, que cita datos del alcalde. En el norte de Israel siguen sonando las alarmas que avisan a los habitantes de la posibilidad de ataques desde Líbano. Una treintena de cohetes han sido interceptados en el entorno de la ciudad de Acre, a unos 15 kilómetros de la demarcación de los dos países. Otras decenas de proyectiles han sido lanzados hacia la bahía de Haifa, más al sur, sin causar víctimas mortales. Las autoridades mantienen el aviso a los vecinos de las zonas más septentrionales de Israel para que no se alejen de los refugios.

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