Detenido en Alemania un hombre por planear un ataque islamista con machetes contra los soldados de un cuartel
La Fiscalía informa de que el arrestado es sirio. Berlín ha endurecido su política migratoria y de asilo después de varios atentados de corte yihadista
Las autoridades alemanas han detenido a un hombre de 27 años de nacionalidad siria que planeaba atacar con dos machetes a los soldados de un cuartel cercano a la localidad bávara de Hof, en el sur del país. El detenido había adquirido hace unos días las armas, con hojas de 40 centímetros de largo, según ha informado la Fiscalía de Múnich en un comunicado.
El individuo tenía la intención de “matar al mayor número posible de soldados”, asegura el texto del ministerio público, que añade que tenía previsto ejecutar su ataque durante la pausa para comer que hacen algunos de los militares al mediodía en los restaurantes del centro del municipio. Los investigadores creen que el hombre planeaba atentar movido por su ideología islamista radical. “El acusado quería causar conmoción y crear una sensación de inseguridad entre la población”, asegura el comunicado.
El sospechoso fue detenido el jueves, pero no se ha informado del caso hasta el viernes. A preguntas de EL PAÍS, la Fiscalía ha añadido que el detenido entró por primera vez en Alemania el 17 de octubre de 2014 como refugiado y que actualmente tiene un permiso de residencia de protección subsidiaria válido hasta diciembre de 2025. No tiene antecedentes penales ni estaba prevista su deportación. El juez de instrucción ha ordenado el ingreso en prisión preventiva del acusado por “preparación de un acto grave constituyente de un peligro para el Estado”.
Varios atentados en las últimas semanas
Alemania ha vivido en las últimas semanas varios casos de ataques con cuchillo que se están investigando como terrorismo yihadista y que han provocado un intenso debate sobre las leyes de migración y asilo del país. El último ocurrió la semana pasada, cuando un hombre intentó atacar con un machete a los agentes que se encontraban dentro de una comisaría de policía de la localidad de Linz am Rhein, en el oeste del país. Consiguieron reducirlo sin que nadie resultara herido.
Unos días antes la policía de Múnich abatió a tiros a un joven austriaco armado con una carabina antigua que pretendía atentar contra el consulado de Israel en la capital bávara en el aniversario de la masacre de los Juegos Olímpicos de 1972, cuando terroristas palestinos asesinaron a 11 atletas israelíes. El fallecido, de 18 años y que según los medios formaba parte de una familia de origen bosnio bien integrada en la zona de Salzburgo, se había radicalizado en redes sociales, concretamente en TikTok.
El caso que ha supuesto un punto de inflexión en la política migratoria alemana ocurrió en Solingen el mes pasado. Un individuo de 26 años y nacionalidad siria mató presuntamente a tres personas con un cuchillo durante un festival en este municipio del oeste de Alemania, un ataque que fue reivindicado posteriormente por la organización terrorista Estado Islámico. El ataque ha conmocionado a la sociedad alemana, que exige cambios en la gestión de los solicitantes de asilo.
Desde el atentado de Solingen, ocurrido apenas una semana antes de unas elecciones regionales que ganó la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), la oposición conservadora ha aumentado la presión al canciller Olaf Scholz para que adopte medidas para agilizar las deportaciones y contra la inmigración ilegal. El Ejecutivo, una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales, presentó el jueves en el Bundestag un plan contra la migración irregular que incluye más atribuciones a la policía para localizar a quienes deben ser deportados, restricciones de servicios a demandantes de asilo, endurecimiento de la ley de armas y la promesa de más expulsiones.
El yihadista de Solingen debería haber sido deportado a Bulgaria, pero el sistema falló. Los ultras han tratado de capitalizar la conmoción producida tras el atentado, presentándose como el único partido que va a luchar decididamente contra la migración irregular, pero el resto de formaciones, especialmente los democristianos de la CDU, están adoptando su discurso. El tripartito ha anunciado controles en todas sus fronteras a partir del lunes 16, desafiando la normativa del espacio Schengen. Para la oposición, no es suficiente. El líder de la CDU, Friedrich Merz, exige a Scholz el rechazo sistemático en las fronteras de los migrantes, algo que los miembros del Gobierno han descartado por ser ilegal.
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