La convocatoria hoy de un centenar de manifestaciones antiinmigración eleva la tensión en el Reino Unido

La policía británica está en estado de alerta ante el riesgo de escalada de la violencia promovida por extremistas ultranacionalistas desde hace más de una semana en Inglaterra e Irlanda del Norte. Plataformas de extrema derecha han convocado en torno a un centenar de movilizaciones para la noche de este miércoles por todo el territorio de Inglaterra, fundamentalmente frente a centros de atención a personas migrantes, unidades de apoyo y bufetes de abogados que dan servicio a solicitantes de asilo y refugiados. El primer recuento de la policía era de 30 concentraciones de protesta, pero a media tarde del miércoles la cifra creció hasta un centenar. Además, paralelamente grupos de activistas han organizado 40 actos de protesta contra los ultras y en defensa de la convivencia.

La policía británica está en estado de alerta ante el riesgo de escalada de la violencia promovida por extremistas ultranacionalistas desde hace más de una semana en Inglaterra e Irlanda del Norte. Plataformas de extrema derecha han convocado movilizaciones para la noche de este miércoles en al menos 30 localizaciones por todo el territorio de Inglaterra, fundamentalmente frente a centros de atención a personas migrantes, unidades de apoyo y bufetes de abogados que dan servicio a solicitantes de asilo y refugiados.

Las autoridades han movilizado a cerca de 6.000 agentes del orden público, entre los que incluyen 2.000 antidisturbios, que están preparados para intervenir ante potenciales altercados como los que han tenido lugar desde el martes de la semana pasada, tras el apuñalamiento múltiple de la jornada anterior en la localidad de Southport (noroeste de Inglaterra), en el que murieron tres niñas de entre seis y nueve años.

El primer ministro, el laborista Keir Starmer, mantiene que las comunidades afectadas esta noche estarán “seguras”, tras haber coordinado la respuesta con autoridades policiales y de inteligencia a última hora del martes en un nuevo gabinete de emergencias COBRA. La reunión —la segunda en dos días— evidencia la preocupación de Downing Street ante la prolongación de una oleada de disturbios que ha dejado ya más de 420 detenidos y que supera el centenar de imputados. El Gobierno ha anunciado que presentará cargos contra la mayoría de los implicados antes del final de esta semana, por lo que los tribunales han habilitado sesiones adicionales para acelerar el proceso.

La policía continúa revisando la credibilidad de las evidencias que circulan en internet sobre las convocatorias de este miércoles. Los casi 6.000 agentes movilizados son especialistas en orden público y forman parte del “ejército permanente” de policías anunciado el pasado lunes por Starmer como una de las medidas de respuesta ante la crisis.

Mensajes difundidos en canales como Telegram o WhatsApp incluyen una lista de más de 30 localizaciones repartidas por Inglaterra, a las que se convoca a partir de las 20.00 horas (las 21.00 en horario peninsular español). Las ubicaciones son, sobre todo, frente a unidades de apoyo a migrantes. Además, los mensajes recomiendan cubrirse la cara e incluyen consignas como “no dejarán de venir [los migrantes] hasta que se lo digas” o “no más inmigración”.

Pese a las garantías transmitidas por el Ejecutivo, los distritos donde están previstas las convocatorias han puesto en marcha contingencias para minimizar daños. En Londres, donde hay tres movilizaciones organizadas, algunos negocios próximos a los centros donde se esperan las protestas han puesto tablones de madera para cubrir los escaparates de cristal. La policía ha recomendado a los residentes, además, minimizar la exposición, por lo que tiendas, centros de salud o guarderías cerrarán sus puertas más temprano de lo habitual.

En Walthamstow, al noreste de la capital británica, al igual que en otras áreas del país, vecinos y colectivos de derechos humanos preparan también marchas para rechazar la violencia, pero la diputada laborista Stella Creasy, que representa esa circunscripción en el Parlamento, ha transmitido la petición policial de no acudir, para facilitar la labor de identificación de los extremistas y minimizar el riesgo de enfrentamientos. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, por su parte, ha confirmado que trabaja con las fuerzas de seguridad para proteger edificios y ha reconocido el “miedo” adicional que los incidentes entrañan para la comunidad musulmana, religión que él mismo practica, y para las minorías étnicas en general.

La movilización ha estado canalizada por las redes sociales, por lo que el Ejecutivo aspira a que la promoción de la violencia por internet se penalice, al igual que los delitos materiales cometidos durante los disturbios. Además, la Fiscalía estudia ya la posibilidad de imputar por terrorismo a algunos de los implicados y, según ha avanzado a la BBC su director, Stephen Parkinson, se han detectado ya casos en los que están justificados los cargos por enaltecimiento de una ideología de violencia.

El Gobierno espera que la justicia exprés aplicada a los promotores de los altercados y la difusión de su identidad contribuya a sofocar el estallido desencadenado, inicialmente, por la desinformación sobre el autor del apuñalamiento múltiple del 29 de julio. Pese a tratarse de un joven de 17 años nacido en Gales en el seno de una familia originaria de Ruanda, noticias falsas compartidas en la Red mantenían que se trataba de un ciudadano sirio, supuestamente en el radar de los servicios de inteligencia desde su llegada al Reino Unido en 2023.

En su respuesta ante la crisis, el Ejecutivo tiene a su favor el rechazo mayoritario de la sociedad a la violencia. Según una encuesta publicada en las últimas horas por la firma demoscópica YouGov, el 85% de los británicos se opone a los disturbios y solo un 7% los apoya. Apenas una de cada ocho personas considera que los promotores de los altercados representan a la mayoría de la sociedad.

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