La justicia francesa imputa a Carla Bruni en un caso de soborno que amenaza a su marido, el expresidente Sarkozy
Los jueces investigan por qué un testigo clave contra el antiguo jefe de Estado en el caso de la financiación libia de su campaña retiró inesperadamente su acusación
Los problemas judiciales del expresidente francés Nicolas Sarkozy han atrapado finalmente a su esposa, Carla Bruni. La cantante y antigua supermodelo ha sido imputada este martes por su supuesta implicación en un asunto rocambolesco que afecta a su marido.
Los jueces sospechan que Bruni tuvo un papel clave en la llamada Operación salvar a Sarko. Se trataba de lograr que un testigo clave contra Sarkozy exonerase al expresidente de haber recibido dinero libio en la campaña que en 2007 le llevó al poder.
La imputación a Bruni es por “soborno de un testigo” y “asociación de malhechores con el fin de preparar una estafa procesal en banda organizada”, según medios franceses que citan fuentes judiciales. Mientras esté imputada, no podrá verse con ninguno de los otros implicados en el caso, excepto su marido.
La ex primera dama, según los jueces, ejerció de intermediaria entre su marido y la relaciones públicas Mimi Marchand por medio una línea telefónica oculta mientras Marchand ejecutaba la Operación salvar a Sarko. Marchand, jefa de una agencia de fotos especializada en suministrar imágenes a la prensa del corazón, afronta la acusación de haber sobornado, o intentado sobornar, al franco-libanés Ziad Takieddine para que retirase sus graves acusaciones contra Sarkozy.
Los hechos, que tanto Bruni como su marido niegan, ocurrieron a finales de 2020. Sarkozy, que acumula condenas judiciales por corrupción y otros asuntos, acababa de ser imputado por la supuesta financiación de su primera campaña presidencial por el régimen del entonces líder libio Muamar el Gadafi.
Takieddine, un oscuro intermediario residente en Líbano, aseguraba haber entregado al entorno de Sarkozy cinco millones de euros procedentes de Libia. Así lo había declarado ante los jueces.
Pero la historia dio un giro que nadie esperaba. Takieddine dio desde Beirut sendas entrevistas al semanario Paris Match, y a la cadena BFM-TV. “Lo digo alto y claro”, afirmó. “No ha habido financiación de la campaña presidencial de Sarkozy”. “Siempre dije que la verdad acabaría por triunfar”, celebró el expresidente.
Nuevo giro en el guion. Unos meses después, Takieddine volvió a cambiar su versión y acusó ante los jueces a Paris Match de haber “deformado” sus declaraciones. “No olviden que Paris Match pertenece a un amigo de Sarkozy”, les dijo. El propietario era entonces el magnate Arnaud Lagardère.
La nueva retractación del intermediario franco-libanés dejó en mala posición a Sarkozy. Y afloraron detalles del montaje.
Quien había organizaba la entrevista con Takieddine en Beirut fue Mimi Marchand, conocida en Francia como la reina de los paparazzi y cercana también al matrimonio Macron. Según el diario Mediapart, a Takieddine le prometieron cuatro millones de euros para retractarse, de los que, según Le Monde, acabaría recibiendo unos miles.
Los jueces sospechan que, en esta operación para lograr la retractación del intermediario franco-libanés, Carla Bruni se encargaba de coordinar la comunicación entre su marido y Marchand. Por la línea telefónica oculta, Bruni le preguntó a Marchand mientras esta se encontraba en Beirut para organizar la entrevista con Takieddine: “¿Todo va bien, mi Mimi?”
Sarkozy, que el año próximo será juzgado por el caso de financiación libia de su campaña, también ha sido imputado en este caso Takieddine. Le Monde afirma que, cuando en mayo su esposa se sometió a un primer interrogatorio, les dijo a los investigadores, visiblemente, para exonerar a Sarkozy: “Yo soy el único contacto entre Mimi Marchand y mi marido... Soy yo la que debería ser imputada”. Y así ha sido.
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