La policía detiene a decenas de personas en otro campamento propalestino de la Universidad de California
Las autoridades del campus de Santa Cruz afirman que el bloqueo de los manifestantes a la entrada del centro ha afectado a la comunidad académica
La policía ha levantado este viernes otro campamento universitario propalestino. Alrededor de 80 personas han sido arrestadas esta mañana por las autoridades en el campus de la Universidad de California Santa Cruz. La rectora del centro aseguró que se ha visto obligada a solicitar el apoyo policial después de que fueran ignorados varios llamados para que se retirara la protesta de la entrada principal del centro. La presencia de las fuerzas de seguridad han provocado momentos de tensión e incluso golpes a estudiantes por parte de los uniformados, quienes acudieron al llamado preparados con equipamiento antimotines.
Los policías comenzaron a llegar en la madrugada a la zona, ubicada a 120 kilómetros al sur de San Francisco. Videos publicados en las redes sociales muestran a los uniformados con cascos y escudos faciales. Estos encaraban a los integrantes del campamento y les apuntaban con las porras. Los jóvenes estaban encadenados con los brazos para evitar romper filas y aguardando a que las autoridades dieran el primer paso. Los manifestantes habían ignorado la exigencia de disolver la protesta y abandonar el área. Antes del choque, los policías quitaron símbolos, pancartas y retiraron objetos que bloqueaban el paso a la universidad.
Los propalestinos repudiaban la presencia de las autoridades y pedían a gritos abandonar el campus. También hubo algunos mensajes de apoyo a los “mártires” de Gaza. Después de varios minutos de encararse, ya cuando el día había despuntado, la policía procedió a detener a quienes no salieron del área. Transmisiones en directo mostraron los forcejeos con los manifestantes para romper la cadena humana. Algunos estudiantes han dicho a los periodistas presentes en el sitio que fueron golpeados con los garrotes en el pecho y las costillas.
Imágenes muestran también a varios policías sometiendo a jóvenes tirados en el piso boca abajo. Las autoridades les ataron las manos con grilletes de plástico. Para las 13.00 la mayoría ya había sido detenida. Un conteo de la agencia Associated Press asegura que más de 3.000 personas han sido detenidas en este tipo de protestas desde el 18 de abril.
Cynthia Larive, la rectora de UC Santa Cruz, ha asegurado que la protesta afectó a la comunidad. “Esta decisión [de llamar a la policía] no se tomó porque estos individuos se estén manifestando, sino porque han decidido hacerlo a través de acciones ilegales”, señala en un comunicado. Entre estas, cita los cortes viales, las barricadas y obstáculos construidos con materiales de construcción y tablones de madera. Esto ha supuestamente afectado las operaciones dentro del centro, que tiene unos 20.000 estudiantes.
Larive cita un caso ocurrido el martes, cuando se impidió el paso a un vehículo de emergencia al centro, donde un niño requería atención médica. “Minutos y segundos pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia y acciones como esta muestran una falta de consideración a nuestra comunidad”, señala la académica.
La rectora ha seguido los mismos pasos que han tomado la mayoría de los rectores del sistema, solicitar el apoyo de la policía para quitar los campamentos y detener a quienes se resisten a abandonarlos. Los estudiantes condenan la guerra en Gaza y exigen a la universidad, uno de los centros más populares del Oeste estadounidense, a eliminar las inversiones a empresas que mantienen vínculos comerciales con Israel. La represión de este tipo de acampadas ha sido la respuesta principal desde que se retiró el campamento en Los Ángeles un día después de que un grupo de agitadores golpeara a los manifestantes propalestinos.
La represión por parte de las autoridades universitarias ha provocado el rechazo del cuerpo académico. Profesores y empleados de los campus se han sumado a una huelga desde el 20 de mayo. Esta ha sido seguida por los trabajadores de Santa Cruz, Los Ángeles y Davis, en el centro del Estado. El 3 de junio habrá una nueva protesta contra los rectores en los centros de Santa Bárbara y San Diego. Dos días más tarde se unirá el profesorado de Irvine, aunque el llamado también incluye asistentes, investigadores y otros empleados. La Universidad de California considera que esta es una huelga ilegal y ha amenazado con castigos, e incluso con despidos, para quienes la sigan. Esto a pesar de que el personal que se ha manifestado pertenece a una sección del sindicato United Auto Workers, una de las organizaciones gremiales más grandes del país.
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