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El ejército ruso entrena con armas capaces de lanzar bombas nucleares tácticas

El Kremlin responde con estas maniobras al debate sobre el despliegue de tropas de la OTAN en Ucrania. Los ejercicios quedan ensombrecidos por la detención de otro popular general ruso

Ejercito Rusia
Vehículo lanzamisiles ruso con el distintivo usado en la invasión de Ucrania, "Z", en un vídeo difundido por el Ministerio de Defensa de Rusia este 21 de mayoRussian Defence Ministry (via REUTERS)
Javier G. Cuesta

El expresidente Dmitri Medvédev abogó el lunes por que hablaran los misiles Iskander... y este martes el ejército ruso ha puesto a punto sus fuerzas nucleares no estratégicas. En el Distrito Militar Sur de Rusia, que comprende desde el Cáucaso a los territorios ocupados de Ucrania, incluida Crimea, el personal del Ministerio de Defensa ruso ha comenzado a practicar la carga de sus misiles hipersónicos con cabezas nucleares y su lanzamiento contra el enemigo.

El Kremlin ordenó realizar estas maniobras después de la investidura del presidente Vladímir Putin, el pasado 7 de mayo, para demostrar su posible respuesta a las supuestas “amenazas y provocaciones de Occidente”, en particular el debate sobre el despliegue de tropas de la OTAN en Ucrania. Sin embargo, las maniobras han quedado ensombrecidas por la detención de un popular general que participó en la exitosa defensa de la línea Surovikin contra Ucrania.

Las autoridades acusan al excomandante del 58.º Ejército Iván Popov, Spartak, de unos supuestos delitos de corrupción. Se trata de cargos similares a los que Moscú ha empleado para justificar el encarcelamiento estas semanas del exviceministro de Defensa Timur Ivanov y del exresponsable de proteger los secretos de Estado Yuri Kuznetsov. La noticia ha caído como una bomba entre los círculos proguerra rusos por su destacado papel en la defensa contra la contraofensiva ucrania de 2023 y porque Popov se atrevió a denunciar al alto mando las debilidades de sus Fuerzas Armadas antes de ser relevado y destinado a Siria estos meses. La acusación contra Popov le imputa haberse enriquecido precisamente con la construcción de sus fortificaciones.

Los ejercicios de las fuerzas nucleares rusas han incluido cohetes de corto alcance 9K720 Iskander y misiles hipersónicos aire-tierra Kinzhal, capaces de golpear a más de 2.000 kilómetros de distancia a 10 veces la velocidad del sonido. El Ministerio de Defensa ha detallado a través de un comunicado que sus tropas se han centrado en la primera etapa de las maniobras “en obtener munición especial para el sistema Iskander, equipar los lanzadores y avanzar de forma sigilosa hacia la zona de posición designada para su disparo”.

“Escalar para desescalar”

Las fuerzas nucleares no estratégicas rusas son la segunda línea de las armas de destrucción masiva del Kremlin. Aunque la doctrina oficial remarca que Moscú solo utilizaría sus armas atómicas en caso de peligrar la existencia del Estado, Putin y su alto mando han considerado desde principios de la década de los 2000 lo que los expertos llaman “escalar para desescalar”: lanzar un primer golpe con una bomba nuclear menor para amedrentar al rival y lograr que ceda en las negociaciones de paz.

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“El ejercicio en curso tiene como objetivo garantizar incondicionalmente la integridad territorial y la soberanía de la Federación de Rusia en respuesta a las declaraciones provocadoras y las amenazas de altos cargos occidentales concretos”, reitera el comunicado difundido este martes por el Ministerio de Defensa ruso. Moscú apunta directamente al presidente francés, Emmanuel Macron, que abrió el debate de enviar tropas a Ucrania en caso de que Rusia avanzara en el frente, y se mostró dispuesto a reforzar su arsenal nuclear.

Medvédev, vicesecretario del Consejo de Seguridad, descartó el lunes una paz duradera con Ucrania e hizo apología de estas armas, justo un día antes de comenzar las maniobras militares. “Ninguna garantía occidental ayudará. Por lo tanto, las mejores garantías para nosotros son los Sarmat, los Yars, los Iskander, los Tsirkon y los Kinzhal”, dijo el expresidente ruso a la agencia Tass. Además, y a pesar de que Moscú dice luchar contra “régimen nazi”, Medvédev manifestó que le da igual quién lidere a Kiev porque “puede capitular cualquier jefe de Ucrania, incluso un cerdo con una kipá”.

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