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Putin ordena maniobras de sus fuerzas nucleares en respuesta a “las amenazas de Occidente”

Rusia realizará “en breve” unos ejercicios militares con las fuerzas nucleares no estratégicas, una iniciativa que enmarca en el debate sobre el posible despliegue de tropas occidentales en Ucrania

Vladimir Putin
El presidente ruso, Vladímir Putin, ataviado con un mono de aviador para volar en un bombardero estratégico el pasado 22 de febrero en Kazan (Rusia).SPUTNIK (via REUTERS)
Javier G. Cuesta

El presidente y comandante en jefe supremo de Rusia, Vladímir Putin, ha ordenado realizar “en breve” un ejercicio militar que involucre a sus fuerzas nucleares no estratégicas, la segunda línea de su arsenal por nivel de potencia y capaz de dar un primer golpe en un hipotético conflicto con Occidente. El Kremlin lo argumenta como respuesta a las propuestas de los líderes occidentales de desplegar tropas en Ucrania. “El ejercicio tiene como objetivo mantener la preparación de las unidades que utilizan armas nucleares no estratégicas para garantizar incondicionalmente la integridad territorial y la soberanía del Estado ruso frente a las amenazas de los altos cargos occidentales”, ha manifestado el Ministerio de Defensa ruso este lunes a través de un comunicado. El anuncio, una señal de advertencia, se produce también después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, planteara el uso de la fuerza nuclear que posee Francia como herramienta de disuasión para proteger a sus socios europeos.

El Kremlin ha vertido la nueva amenaza en una semana simbólica. Putin será investido este martes para un nuevo mandato presidencial, y Rusia celebrará el jueves una fecha sagrada para el país: el Día de la Victoria, el aniversario del triunfo soviético sobre la Alemania nazi.

El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, ha concretado que la orden de Putin responde “a las declaraciones de [el presidente francés] Emmanuel Macron, del ministro de Asuntos Exteriores británico [David Cameron] y de los funcionarios estadounidenses”. “Hablaron de su disposición, e incluso de su intención, de enviar contingentes armados a Ucrania, es decir, de exponer a los soldados de la OTAN al ejército ruso. Esta es una escalada completamente nueva de tensión sin precedentes y que requiere atención y medidas especiales”, ha declarado el representante del jefe de Estado ruso.

Las formaciones de misiles del distrito militar sur ruso se coordinarán con la aviación y la armada para “practicar la preparación y el uso de armas nucleares no estratégicas”, ha enfatizado el Ministerio de Defensa. Aunque la doctrina militar oficial del Kremlin prevé emplear sus 6.000 cabezas nucleares solo “cuando la existencia misma del Estado esté en peligro”, el alto mando contempla también la opción de lanzar una bomba nuclear táctica y menos potente para conseguir sus objetivos infundiendo miedo al rival. Esta estrategia, contemplada desde que Putin llegó al poder a principios de los 2000 ante la superioridad tecnológica estadounidense, ha sido llamada “la escalada para la desescalada”.

El presidente francés puso sobre la mesa un tema tabú para la OTAN el pasado febrero: desplegar tropas en el interior de Ucrania. Aunque el Elíseo matizó posteriormente que se trataría solo de asesores militares para el ejército ucranio, Macron volvió a insistir el pasado 2 de mayo en el envío de militares occidentales “si las fuerzas rusas atraviesan el frente y hubiera una petición ucrania, lo que no es el caso hoy por hoy”.

Por su parte, el ministro de Exteriores británico, David Cameron, declaró la pasada semana en una entrevista con Sky News que reforzar a las fuerzas ucranias con soldados de la Alianza Atlántica supondría “una escalada peligrosa”. Sin embargo, Cameron cruzó otra supuesta línea roja del Kremlin al manifestar a la agencia Reuters que Kiev “tiene derecho” a emplear las armas de largo alcance que le ha suministrado Londres contra los objetivos militares enemigos que se encuentran dentro de territorio ruso.

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El Ministerio de Exteriores ruso convocó este lunes al embajador de Reino Unido, Nigel Casey, para transmitir a Londres que la respuesta a un bombardeo con misiles de origen británico en territorio ruso “podría ser el ataque contra cualquier instalación o equipo militar británico en Ucrania y más allá de sus fronteras”.

Kiev golpea la exportación de gasolina rusa

Más allá de la amenaza nuclear, Ucrania aguarda la llegada de las nuevas municiones prometidas por EE UU y Reino Unido, pero sigue librando la guerra por la existencia con sus propios medios. Esas prácticas han tenido su principal reflejo en una ofensiva de drones ucranios sin precedentes contra las refinerías rusas. Como consecuencia, las exportaciones rusas por barco de derivados del petróleo se desplomaron en abril más de un 20% respecto al mismo mes de 2023, y más de un 11% en comparación con marzo, según datos de una consultora privada. La nueva estrategia ucrania ha pasado factura a Moscú, cuyas ventas al exterior de fueloil y gasolina cayeron al nivel más bajo desde que la consultora Kpler comenzó a seguir su mercado en 2017.

“La temporada de reparaciones y la falta de capacidad después de los ataques ucranios con aparatos no tripulados provocaron el mes más débil en las exportaciones rusas de productos petrolíferos”, apunta la compañía en un informe al que ha tenido acceso el medio ruso RBK.

Kiev comenzó en marzo una campaña de bombardeos contra la industria petrolera rusa para golpear una de las principales fuentes de ingresos del Kremlin. El objetivo del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, es incrementar así las dificultades que sufre Rusia para mantener sus refinerías ante la escasez de piezas de repuesto provocada por las sanciones. Según las estimaciones de la agencia de estadísticas rusa Rosstat, la producción de derivados del petróleo se había reducido en más de un 10% desde que comenzaron los ataques hasta mediados de abril.

Los ataques ucranios han alcanzado refinerías situadas en lo más profundo de la zona europea de Rusia. Solo en marzo fueron golpeadas las instalaciones de regiones tan distantes como las de Nizhni Nóvgorod, Samara, Oriol, Riazán, Rostov y Leningrado, fronterizas algunas de ellas con Finlandia y otras con el Cáucaso.

“La situación no es crítica porque el petróleo se puede desviar a otras refinerías que funcionan al 75% u 80% de su capacidad”, afirma a este periódico por teléfono Stanislav Mitrajóvich, experto del Fondo Nacional de Seguridad Energética ruso, aunque resalta que esta medida supondrá un quebradero de cabeza en el transporte ferroviario ruso y los ataques pueden tener un impacto en el encarecimiento de los productos dentro del país.

El Kremlin ha prohibido la exportación de gasolina entre el 1 de marzo y el 1 de agosto para evitar una escalada de precios en el mercado interno. “La desventaja es que las empresas y el Gobierno ganan bastante dinero con la exportación de gasolina”, señala Mitrajóvich, que no descarta los riesgos de una subida de los precios del combustible “en el verano, cuando habrá un aumento en la demanda de gasolina, aunque de momento no ha tenido un impacto terrible”.

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