Fallece Kim Ki-nam, el ‘Goebbels norcoreano’ que forjó el culto a la personalidad de los líderes
Conocido en Corea del Sur con ese apodo, el cerebro propagandístico de Corea del Norte ayudó a cimentar la legitimidad política de la dinastía familiar de los Kim desde los años sesenta
Corea del Norte se despide del principal compositor de la sinfonía que ha cimentado el poder de la dinastía Kim desde la Guerra Fría. Kim Ki-nam, el cerebro propagandístico que contribuyó a forjar el culto a la personalidad de los líderes supremos del país, falleció el martes a los 94 años, según informó este miércoles la agencia central de noticias norcoreana KCNA. A pesar de compartir apellido, Kim Ki-nam no tenía vínculos sanguíneos con la estirpe gobernante. El rotativo oficialista Rodong Sinmun elogia su gran lealtad al Partido de los Trabajadores y a los mandatarios que han dirigido desde 1948 con puño de hierro la nación más hermética del planeta. En el obituario, es descrito como un “teórico prestigioso y destacado activista político” que dedicó su vida a la “sagrada lucha por defender y fortalecer la pureza ideológica de nuestra revolución”.
Nacido en el seno de una familia de estibadores, Kim fue ascendiendo en la escala social gracias a su implicación en actividades políticas, recoge la biografía oficial publicada por los medios locales. Fue profesor en la Universidad Kim Il-sung, donde “se dedicó a formar talentos competentes que contribuyeran a la sagrada causa de construir un poderoso país socialista”, describe KCNA. Así se ganó la confianza del fundador del régimen, Kim Il-sung, y, en 1956, pasó a formar parte del Comité Central del Partido de los Trabajadores. Diez años más tarde, se convirtió en el vicedirector de la maquinaria propagandística de Pyongyang, donde trabajó mano a mano con Kim Jong-il, padre y predecesor del actual presidente, Kim Jong-un. En 1985, Kim Ki-nam ascendió a la dirección del departamento de Propaganda y Agitación, puesto que ocuparía durante 32 años y en el que le relevaría Kim Yo-jong, hermana de Kim Jong-un, en 2017.
Los analistas coinciden en que Kim Ki-nam fue uno de los principales artífices de apuntalar la legitimidad del régimen durante tres generaciones y que ejerció una gran influencia en las políticas del país. Su papel como principal arquitecto de las narrativas oficiales del Estado le granjeó notoriedad en Corea del Sur, donde los medios de comunicación le apodaron el “[Joseph] Goebbels norcoreano”, en referencia al ministro de propaganda de la Alemania nazi, conocido por su mantra “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Kim Ki-nam dedicó seis décadas a “consolidar los fundamentos ideológicos y teóricos del Partido”, destaca el diario Rodong Sinmun, del que fue nombrado redactor jefe en 1976. El citado periódico lleva este miércoles, en portada, su retrato acompañado de una necrológica, y relega a la segunda página la foto de Kim Jong-un asistiendo al velatorio. El líder norcoreano presidirá el comité estatal encargado de su funeral, que tendrá lugar mañana, según KCNA. El gesto pone de manifiesto la estrecha relación del mandatario de Corea del Norte con el exjefe de la propaganda, así como la importancia que Pyongyang otorga a su figura. Kim Ki-nam fue uno de los siete altos cargos que acompañaron a Kim Jong-un en el coche fúnebre de su difunto padre en 2011.
La decisión de Kim Jong-un de dirigir personalmente los preparativos del funeral también envía un mensaje a los cuadros del partido, animándolos a permanecer leales a su Gobierno. Los medios estatales afirman que Kim Ki-nam “vivirá para siempre” gracias a sus “contribuciones”, tal y como hicieron en el obituario publicado tras la muerte del mentor de Kim Jong-un, Hyon Chol-hae, de quien dijeron que había alcanzado “la vida eterna” por su servicio al líder.
Kim Ki-nam fue uno de los pocos funcionarios norcoreanos que ha visitado Corea del Sur. En 2009, encabezó una delegación funeraria tras la muerte del presidente surcoreano Kim Dae-jung, y se reunió con el entonces mandatario surcoreano Lee Myung-bak. Kim Dae-jung fue impulsor de una era de reconciliación entre Seúl y Pyongyang conocida como la “Política del Sol” que se extendió desde 1998 hasta 2007. La Guerra de Corea (1950-1953) terminó con la firma de un armisticio en lugar de un tratado de paz, lo que, en teoría, supone que formalmente las dos Coreas no han puesto fin al conflicto bélico de la Guerra Fría. En el año 2000, Kim Dae-jung protagonizó una histórica visita al Norte que avivó las esperanzas de paz en la península. Ese mismo año, fue galardonado con el Nobel de la Paz.
La muerte de Kim Ki-nam se produce en un momento en el que Pyongyang está realizando importantes cambios en el discurso, tanto en clave nacional como internacional, además de aumentando su belicosidad. A finales de 2023, las autoridades norcoreanas anunciaron que, en adelante, el país trataría a Corea del Sur como un Estado enemigo hostil y, este año, se eliminó de la Constitución la idea de una reunificación pacífica.
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