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Kim Jong-un promete a Putin “estar siempre juntos” en su “guerra sagrada” contra Occidente

El presidente ruso cree haber encontrado la fórmula para eludir las resoluciones y sanciones impuestas por la ONU a Corea del Norte para que aquel país le proporcione la munición que necesita en el frente de Ucrania

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, saludaba este miércoles al presidente ruso, Vladímir Putin, en el cosmódromo Vostochni, en la región rusa de Amur.Foto: MIKHAIL METZEL /SPUTNIK / KREMLI (EFE) | Vídeo: EPV

Los dirigentes de Rusia y Corea del Norte, Vladímir Putin y Kim Jong-un, han brindado este miércoles por su alianza militar frente a Occidente. “En Corea hay un proverbio: ‘La ropa nueva es buena; y el amigo, viejo’. En nuestro pueblo decimos: ‘Más vale un viejo amigo que dos nuevos”, dijo Putin en su brindis por Kim, a lo que el dictador asiático levantó la copa por su salud y respondió, “firmemente convencido”, que el Kremlin y su ejército se impondrá no en uno, sino en dos frentes: “En la operación militar especial [de Ucrania] y en la construcción de un Estado fuerte [en Rusia]”.

Los dos mandatarios se citaron en el cosmódromo Vostochni, en la región de Amur, en el extremo oriental del país que dirige con puño de hierro Putin. “Rusia se ha alzado en una lucha sagrada para defender su soberanía estatal y proteger su seguridad frente a las fuerzas hegemónicas que se oponen a ella”, afirmó Kim al inicio de la reunión para enfatizar que su país será fiel al Kremlin.

“Hemos apoyado siempre ―y apoyamos― todas las decisiones del presidente Putin y del Gobierno ruso. Espero que estemos siempre juntos en la lucha contra el imperialismo y por la construcción de un Estado soberano”, culminó el dictador norcoreano sentado frente a Putin, antes de dar paso a la parte secreta de la cumbre. Antes del acto, varios miembros de los séquitos del norcoreano probaron los asientos debido al sobrepeso del dirigente asiático, según el vídeo que revelaron los canales rusos.

Corea del Norte, ahora modelo de inspiración para Moscú, sufre uno de los regímenes más duros y aislados del mundo. El país ha sido sancionado, principalmente por sus ensayos nucleares, por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, del que forman parte Rusia y China. Sin embargo, Putin cree haber encontrado la fórmula para que Pyonyang le proporcione la munición que se está agotando en sus polvorines del frente ucranio.

“Permítame recordarle que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso restricciones a la importación de armas y municiones por Corea del Norte, pero no vi nada sobre una prohibición a que exporte, por ejemplo, proyectiles de 152 mm”, dijo el mandatario ruso en una minientrevista organizada con el canal Rossiya 1, tras las más de cinco horas que duró la reunión y la posterior cena entre los mandatarios.

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En los actos, como parte de sus respectivas comitivas, estuvieron presentes varios altos cargos de los dos gobiernos. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, también atendió al mismo canal estatal, el único que tuvo acceso a la parte rusa. “¿Venceremos?”, le preguntó el reportero. “Rusia no tiene otras opciones”, respondió Shoigú arqueando los brazos.

Rusia recibirá munición de artillería a cambio de “ayuda humanitaria” y, presuntamente, apoyo tecnológico para que Corea del Norte desarrolle sus propios satélites y submarinos nucleares, según cree la inteligencia estadounidense.

“Nuestro país, el primero en reconocer el Estado soberano e independiente de la República Popular Democrática de Corea”, manifestó Putin al dar inicio a las conversaciones. Pyonyang celebra este año el 70º aniversario del armisticio con Corea del Sur (firmado en 1953) que consolidó la partición de la península y al régimen fundado por el abuelo de Kim Jong-un, Kim Il-sung (1948-1994). El dictador actual sucedió a su padre, Kim Jong-il, en 2011.

Temores en EE UU, Corea del Sur y Japón

El líder norcoreano llegó a Rusia el martes a bordo de un ferrocarril especial de color verde oliva que abandonó la capital el domingo. “Su tren partió en medio de una calurosa despedida por parte de los altos cargos del Partido, el Gobierno y las Fuerzas Armadas y de los ciudadanos de Pyongyang”, informó la agencia oficial de Corea del Norte.

La cumbre ha elevado las preocupaciones de Washington, Seúl y Japón sobre las conversaciones. “Teniendo en cuenta que le acompañan un gran número de militares, estamos vigilando de cerca si se van a celebrar negociaciones sobre el comercio de armas entre Corea del Norte y Rusia y [sobre] transferencias de tecnología”, declaró Jeon Ha-kyou, portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur en una comparecencia recogida por la agencia surcoreana Yonhap.

El mandatario del aislado país asiático celebró este encuentro después de una semana intensa en la que presentó en sociedad un nuevo submarino con capacidad de “ataque nuclear táctico” y tras presidir el sábado una ceremonia por el 75º aniversario de la fundación de Corea del Norte (1948). Los fastos, que incluyeron un desfile paramilitar con lanzamisiles antiaéreos, contaron con la presencia de una delegación de China, liderada por el vice primer ministro, Liu Guozhong, y otra de Rusia, compuesta por un conjunto de música y danza militar.

El trayecto a Rusia es el primer viaje al extranjero de Kim tras haber sellado durante tres años las fronteras de la ya de por sí hermética república nuclear para tratar de frenar el avance de la pandemia. Consumada la muy tímida reapertura del país, que hace poco recuperó los vuelos de la aerolínea estatal Air Koryo a Pekín, avanza hacia el esperado encuentro con el dirigente ruso tras haber alcanzado en 2022 un frenesí en el campo de los lanzamientos de misiles balísticos que supera al de años precedentes. En la primera mitad de 2023, Pyongyang ha continuado con su programa de cohetes con el disparo, entre otros, de un nuevo tipo de misil balístico de combustible sólido.

Corea del Norte considera sus ensayos militares una fórmula de defensa necesaria frente al creciente acercamiento entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, cuya asociación observa como una amenaza. A su vez, la aproximación de Washington, Seúl y Tokio responde a lo que perciben como un peligro intensificado en la región, muy vinculado a su vez con los movimientos del Kremlin en el otro flanco de Eurasia.

“La invasión rusa de Ucrania no ha hecho sino acrecentar los temores surcoreanos, con debates cada vez más abiertos sobre las repercusiones directas que una maniobra similar de China en Taiwán tendría para Corea del Sur y Asia Oriental en general”, recogía en una nota reciente el analista Ramón Pacheco Pardo, profesor del King’s College de Londres y titular de la cátedra KF-VUB Corea del Centro de Seguridad, Diplomacia de la VUB Brussels School of Governance.

La oficina del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha reclamado también sentido de la responsabilidad a Moscú. “Muchos países observan la cumbre entre Corea del Norte ―que está sometida a sanciones de la ONU― y Rusia ―miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU― con un poco de preocupación por diversas razones. Pero, como ha declarado el presidente, esperamos que Rusia actúe con responsabilidad como miembro permanente del Consejo de Seguridad”, ha declarado un funcionario del gabinete presidencial.

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