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Los fiscales descartan iniciar un nuevo juicio al ranchero de Arizona que disparó a un grupo de inmigrantes con un AK-47

George Alan Kelly, de 75 años, había sido acusado de homicidio por la muerte del mexicano Gabriel Cuen Buitimea, pero su proceso fue anulado porque el jurado no alcanzó el acuerdo

George Alan Kelly
George Alan Kelly en la corte, en febrero de 2023.Mark Henle (AP)
Luis Pablo Beauregard

George Alan Kelly es hombre libre. El ranchero de Arizona, de 75 años, no enfrentará un nuevo juicio por asalto agravado y homicidio en segundo grado del mexicano Gabriel Cuen Buitimea, ocurrido en enero del año pasado en Nogales. La Fiscalía del condado de Santa Cruz ha descartado de momento comenzar un nuevo proceso contra Kelly, quien disparó con una AK-47 contra un grupo de inmigrantes dentro de su propiedad cuando estos huían de la Patrulla Fronteriza. La semana pasada, el juez Thomas Fink anuló el juicio contra el ranchero después de que los ocho miembros del jurado no alcanzaran un acuerdo tras dos días de deliberaciones. Los fiscales tenían entre sus opciones acusar a Kelly de otros delitos menos graves o desechar el caso. Se han inclinado por la segunda opción.

“Debido a las circunstancias únicas y los retos que rodean este caso es que la Fiscalía del Condado de Santa Cruz ha decidido no buscar un nuevo juicio”, leyó dentro del tribunal una de las encargadas de la acusación, Kimberley Hunley. En los próximos días se sabrá si los fiscales, quienes nunca pudieron probar la culpa más allá de la duda razonable, cierran el caso para siempre o dejan abierta una posibilidad para juzgarlo más adelante.

Las palabras de Hunley sacaron lágrimas al duro ranchero, para quien ha terminado una pesadilla judicial que podía enviarlo a prisión por 10 años. Kelly sentía que patrullar la frontera estaba entre sus responsabilidades y aseguraba que la zona estaba siendo invadida por inmigrantes, haciendo eco a la cobertura de los medios de la derecha. En mensajes de texto mostrados en el juicio, Kelly llegó a bromear con un amigo sobre cazar migrantes, un tema que incluso abordó en una novela autopublicada. En enero rechazó un acuerdo de la Fiscalía, quien le ofreció declararse culpable de homicidio imprudente, una acusación menos severa que incluía menos tiempo en prisión.

El juez del caso, Thomas Fink, escucha los argumentos iniciales de las partes, el 22 de marzo.
El juez del caso, Thomas Fink, escucha los argumentos iniciales de las partes, el 22 de marzo.Angela Gervasi (AP)

Para los familiares de Cuen Buitimea, en cambio, la tortura continúa mientras exigen justicia por el asesinato de un hombre desarmado que recibió un disparo de metralleta por la espalda. La Cancillería mexicana asegura que ha brindado acompañamiento a las dos hijas de la víctima, quienes se reunieron con los encargados de la acusación la semana pasada. A pesar de la falta de resolución en el juicio, la Secretaría de Relaciones Exteriores considera que los fiscales presentaron “pruebas sólidas” durante un proceso que no deja responsables de la muerte de un migrante de 48 años. El acusado también enfrentaba un cargo de asalto agravado en contra de un inmigrante hondureño que formaba parte del grupo y quien testificó en el juicio.

El desenlace ha sido bien recibido por la derecha radical estadounidense. Usuarios de X agradecen a Kelly el haber defendido el territorio “de invasores ilegales”, le llaman héroe, y aseguran que el juicio nunca debió de haberse llevado a cabo. El proceso se seguía con atención fuera de Arizona, pues se llevaba en paralelo a una campaña presidencial donde la frontera y la gestión de la inmigración ha sido uno de los temas más importantes para los votantes de los partidos republicanos y demócrata.

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Kelly, quien siempre se declaró no culpable, había sido acusado por la muerte de Buitimea, ocurrida en su propiedad el 30 de enero de 2023. Las autoridades habían asegurado que el fallecido vivía en Nogales (México), una comunidad al otro lado de la frontera, y quien había sido deportado por última vez en 2016 después de varios cruces. Aquella mañana cruzó ilegalmente rumbo a Estados Unidos junto a otras personas. En su camino divisaron a la Patrulla Fronteriza, por lo que decidieron volver a territorio mexicano para evitar ser aprehendidos.

El grupo de inmigrantes pasó en su retorno por el rancho de ganado de Kelly. Este, a unos 100 metros de distancia, dijo haber disparado al aire para ahuyentarlos y porque temía por su seguridad y la de su esposa. Su defensa aseguró que nunca apuntó directamente a nadie. Los ocho miembros del jurado visitaron el rancho donde sucedieron los hechos. En el predio, los investigadores hallaron nueve casquillos de una metralleta semi automática. Todos estaban alrededor de la zona donde se encontró el cuerpo de la víctima.

George Alan Kelly sale del edificio de la corte en Santa Cruz, el 22 de marzo en Nogales (Arizona).
George Alan Kelly sale del edificio de la corte en Santa Cruz, el 22 de marzo en Nogales (Arizona).Angela Gervasi (AP)

“No hubo ningún otro disparo en esto. La víctima registró una herida grave de una bala que provino de una AK-47 cuya trayectoria inició directamente en la residencia del señor Kelly”, aseguró durante el juicio el principal detective del caso, Jorge Ainza, quien aseguró desde el estrado que cree que el ranchero disparó a propósito contra Cuen Buitimea.

A lo largo del mes que duró el juicio, los fiscales intentaron subrayar las inconsistencias en el relato de Kelly. Después de haber abierto fuego, el hombre llamó a agentes de la Patrulla Fronteriza. Le confesó a Jeremy Marcel, uno de los uniformados de la fuerza de seguridad, que les había disparado porque estos le dispararon primero. Las autoridades, sin embargo, no encontraron evidencia alguna de que Cuen Buitimea ni otro migrante estuviera armado. Ninguna bala o casquillo fue hallada cerca de la casa de los Kelly.

El testimonio del acusado cambió una vez que recibió consejo de sus abogadas, Brenna Larkin y Kathy Lowthorp. Estas cargaron durante el juicio contra la policía por haberse negado a seguir otras líneas de investigación. También se centraron en una estrategia en la que pretendieron restar importancia a las primeras declaraciones de su cliente. “La policía no escuchó correctamente lo que Alan les dijo y no les importaba, de todas maneras ya habían decidido que era culpable”, aseguró la defensa en el proceso.

La versión parece haber sido la que conquistó al jurado. Lowthorp aseguró el lunes 22 de abril, cuando se anuló el juicio, que entre los ocho miembros de la deliberación solo uno quería declarar a Kelly culpable. Los otros siete se inclinaron, en cambio, por absolver al ranchero de Arizona del delito de homicidio en segundo grado.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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