El jefe de la UNRWA: “Sorprende la deshumanización y la falta de empatía ante el sufrimiento de los palestinos”
El comisionado general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, lamenta la campaña de Israel contra el organismo y urge a aumentar la entrada de ayuda en Gaza, en situación de “hambruna inminente”
Philippe Lazzarini (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1964) es comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) desde marzo de 2020. Economista y diplomático de formación, se estrenó en el ámbito humanitario en 1989 como enviado a distintas misiones del Comité Internacional de la Cruz Roja. A lo largo de su carrera ha contemplado las nefastas consecuencias de la guerra en Irak, Somalia, Sudán del Sur y Ruanda, entre otros destinos, pero las de los ataques de Israel sobre Gaza le superan. “Me siento terriblemente frustrado y deprimido”, reconoce durante una entrevista a EL PAÍS este jueves en Madrid, a donde ha acudido para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el Rey de España y otras autoridades en su labor incansable de recabar apoyos para la organización que lidera.
La posibilidad de un alto el fuego, las pretensiones de Israel de desmantelar la UNRWA y sus consecuencias centran la charla. Sus palabras más crudas, no obstante, son para describir el horror que viven los gazatíes ante la pasividad de la comunidad internacional: “Me pregunto cómo es posible que una guerra de esta naturaleza, que podemos ver 24 horas y siete días a la semana, haya llevado a una situación en la que lo insoportable se está convirtiendo en soportable”, lamenta. “Lo realmente sorprendente es el nivel de deshumanización y la falta de empatía ante el sufrimiento de los palestinos. He estado en muchos conflictos antes, pero ninguno de ellos ha sido llevado a las pantallas de la misma manera que este. Y a pesar de ello, no ha influido en las políticas que podrían haber puesto fin a esta locura”.
Pregunta. Israel acusó a 12 trabajadores de la UNRWA de haber participado en los ataques del 7 de octubre perpetrados por Hamás. Ahora denuncia que otros 450 miembros de esta milicia son empleados de la agencia ¿Qué responde?
Respuesta. Cuando recibí el 18 de enero la primera acusación, me quedé horrorizado y mi primera medida fue rescindir el contrato del personal y pedir al secretario general [de la ONU, António Guterres] que pusiera en marcha una investigación que hoy sigue en curso. Desde entonces no he recibido más información fundamentada de la autoridad israelí sobre las alegaciones que comparten públicamente en las redes sociales; solo pido al Gobierno israelí que coopere con el equipo de investigación independiente.
P. ¿Cómo valora la decisión de algunos países de retirar el apoyo financiero a la agencia a raíz de esa polémica?
R. La decisión se tomó muy rápidamente. En solo 48 horas desde que se difundió la información, 16 países decidieron congelar sus contribuciones, que sumaban 450 millones de dólares (unos 411 millones de euros). Casi un mes después, varios han indicado que les gustaría reanudar su apoyo, pero esperan a que haya algún resultado en las investigaciones, y que se les asegure que la agencia está comprometida con la transparencia y que garanticemos que el personal cumple con los valores de la ONU. De hecho, el viernes los comisarios europeos decidieron liberar 50 millones de euros; espero que los demás países también lo hagan.
P. La UNRWA dijo que no podría continuar sus operaciones más allá de finales de febrero si no se reanudaba esa financiación. ¿Hasta cuándo pueden seguir trabajando?
R. La situación sigue siendo muy precaria. Deberíamos poder operar hasta finales de abril. Ha habido varias contribuciones, pero no son suficientes. También tenemos que tranquilizar al personal y a la población de Gaza y de toda la región, ya que seguimos prestando servicios vitales.
P. ¿Qué movimientos está llevando para tratar de recuperar los apoyos perdidos?
R. Estoy constantemente en contacto con países que tienen una larga relación con la agencia, y soy prudentemente optimista en cuanto a que la mayoría de los que han decidido suspender sus contribuciones, las reanudarán. También he pedido a varios países del Golfo que aumenten su apoyo.
P. ¿Cuál cree que es la motivación de la campaña israelí contra la UNRWA?
R. Pedir el desmantelamiento de la UNRWA es una forma de despojar a los palestinos de su estatus de refugiados. Y a través de esto abordar la cuestión del derecho al retorno de una manera técnica en lugar de abordarlo a través de un proceso político adecuado [Israel no reconoce la facultad que les otorga el derecho internacional de regresar a sus hogares en Israel o los territorios palestinos ocupados]. Es un poco miope porque el estatuto de los refugiados palestinos no está relacionado con los servicios que presta la agencia.
P. Ante esa campaña de Israel contra la UNRWA, ¿tendría sentido que ACNUR asumiera las funciones de la agencia?
R. La UNRWA fue creada para proporcionar servicios críticos de socorro y para trabajar con los refugiados palestinos hasta el día en que haya una solución política duradera y justa. Se suponía que éramos una organización temporal, que desgraciadamente ya ha durado 75 años. No somos otra cosa que la expresión del fracaso colectivo de la comunidad internacional para encontrar una solución política y duradera en la región. Una vez que esto ocurra, la UNRWA estará en condiciones de entregar sus servicios.
P. ¿Cuál es la solución duradera?
R. Una solución política. Tenemos que poner todos nuestros esfuerzos para lograr la solución de los dos Estados, que sigue siendo el compromiso de la comunidad internacional.
P. Si Hamás gobierna de facto en la Franja, es imposible trabajar de espaldas a ellos. ¿Cuál es la relación que mantienen Hamás y la UNRWA?
R. La agencia, como todas las de la ONU, tiene una política de no contacto político con Hamás. No nos sentamos con el brazo político de Hamas y, obviamente, aún menos con el brazo militar. Dicho esto, para operar en Gaza e incluso para entrar, se necesita una autorización. La cooperación es una cooperación técnica. Por ejemplo, durante la covid, cooperamos para asegurar que la respuesta sanitaria fuera la misma para refugiados y no refugiados. Pero puedo decirle que la UNRWA es percibida como una amenaza por Hamás.
P. ¿Una amenaza por qué?
R. Solíamos tener 300.000 niñas y niños en las escuelas de la Franja. Somos los únicos que contamos con un plan de estudios adecuado sobre derechos humanos y también nos aseguramos de que toda la enseñanza se ajuste a las normas de la UNESCO. Ahora bien, siempre organizamos un campamento para los niños en verano y al último acudieron más de 240.000 para realizar actividades deportivas, artísticas y musicales. Mientras, al que organizó Hamás solo acudieron 20.000. Siempre han intentado socavar nuestros campamentos.
P. ¿Qué espera de las conversaciones para un futuro alto el fuego?
R. Tenemos que ser optimistas. Se lo debemos a la gente de Gaza y a los rehenes. No debemos escatimar absolutamente ningún esfuerzo para que suceda y por eso es necesario dar también un respiro a la población y aumentar significativamente la ayuda humanitaria.
P. Una ayuda que, más que aumentar, disminuye…
R. Es increíble: nos enfrentamos a una situación completamente artificial, creada por el hombre, en una región donde nadie había tenido hambre antes de la guerra. Y hoy está completamente extendida; en Gaza hablamos de inanición y de hambruna inminente.
P. ¿La conocida como “masacre de la harina” se podría haber evitado?
R. Llevamos semanas advirtiendo de que mientras la ayuda no sea la adecuada, se creará más desesperación, ansiedad y caos. Tenemos una combinación de una operación militar con la entrada de muy poca ayuda en un momento de inmensa necesidad. Y esa es la razón por la que hemos sido testigos de la situación más insoportable de una gente desesperadamente hambrienta, mendigando comida y al mismo tiempo siendo tiroteada. La única respuesta para evitar una situación similar es llevar una ayuda humanitaria significativa y a gran escala de forma ininterrumpida. Si la gente sabe que al convoy de hoy le seguirá el de mañana, y a ese el de pasado mañana, no se volverá a producir algo así.
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