Israel rescata por primera vez a dos rehenes civiles en Gaza y provoca al menos 67 muertos en la operación
El ejército admite el empleo de una “intensa potencia de fuego” para llevar a cabo el “complejo” operativo “en el corazón de la ciudad de Rafah”. Los liberados, de 60 y 70 años, tienen también nacionalidad argentina y están en buen estado de salud
Por primera vez en más de cuatro meses de guerra en Gaza, el ejército israelí ha liberado este lunes a dos civiles rehenes en una operación de rescate en Rafah: Fernando Simón Marman, de 60 años, y Norberto Luis Har, de 70, ambos civiles y con doble nacionalidad argentina-israelí. La maniobra, diseñada hace semanas a la espera del momento oportuno para lanzarla, ha ido acompañada de intensos bombardeos aéreos y de artillería como maniobra de distracción que han causado al menos 67 muertos, según las autoridades sanitarias de la Franja. Hamás lo califica de “masacre contra civiles desarmados”. El portavoz del ejército, Daniel Hagari, reconoce el empleo de una “intensa potencia de fuego” necesaria para llevar a cabo una “compleja operación de rescate bajo fuego en el corazón de la ciudad de Rafah”, próxima diana de Israel y de la que pretende desplazar a más de un millón de palestinos.
La operación comenzó en torno a la una de la madrugada, con bombardeos constantes desde helicópteros y drones que derribaron hasta 14 edificios, según ha informado el corresponsal en Rafah de la cadena libanesa Al-Mayadeen. Lo más difícil, según el portavoz militar, fue introducir de incógnito a las tropas en una zona en la que no están desplegadas. Iban recibiendo en tiempo real información muy precisa obtenida por los servicios de inteligencia (lo que apunta a una delación de alguien muy cercano tras los cientos de interrogatorios efectuados), echaron abajo la puerta del edificio con explosivos y mataron al menos a tres hombres armados que custodiaban a los rehenes. También a otros, al salir a la calle en dirección al helicóptero que los recogió mientras les disparaban desde dos edificios cercanos. Todo duró una hora y ningún soldado resultó herido de consideración. Fue una acción puntual, no la anunciada invasión de toda la zona de Rafah.
El rescate es un éxito inusual para Israel en un momento de dudas internas sobre la estrategia bélica. Las fuerzas especiales ―protagonistas en el pasado de rescates que han acabado adquiriendo carácter mitológico― solo habían logrado en 129 días de guerra traer de vuelta con vida a Ori Megidish, una militar de 19 años que vigilaba una base en la frontera con Gaza que Hamás atacó el 7 de octubre. El ejército ha admitido además intentos fallidos de rescate que acabaron con bajas y haber matado por error a al menos cuatro secuestrados, tres de ellos pese a sus banderas blancas y mensajes en hebreo escritos con restos de comida.
El rescate da un respiro a Netanyahu justo cuando más se cuestiona su enfoque del asunto de los rehenes. Las familias lo acusan de sacrificarlos por lograr una “foto de la victoria”. Una investigación interna del ejército israelí llegó a la conclusión la semana pasada de que uno de los cautivos muy probablemente murió en un bombardeo aéreo. El canje por presos palestinos que se negocia desde hace semanas no acaba de fructificar y el primer ministro insiste casi a diario en la importancia de la fuerza, también para recuperar a los secuestrados. Lo ha vuelto a hacer este lunes, en un comunicado: “Fernando y Luis, bienvenidos a casa. Saludo a nuestros valientes luchadores por la atrevida acción que llevó a su liberación. Solo la continua presión militar, hasta la victoria total, puede traer la liberación de todos nuestros rehenes”. Luego se ha apuntado el tanto, en una publicitada visita a las fuerzas especiales: “Hace unos días me trajeron la operación para su aprobación y la aprobé”, ha dicho, al definirla como “perfecta” y una “de las más exitosas en la historia de Israel”.
Los dos liberados se encuentran en buen estado de salud, ha confirmado el hospital tras hacerles una primera revisión. El Gobierno ha difundido imágenes del reencuentro con sus familiares en la que se los ve desmejorados y cansados, pero también aliviados y sin heridas. Son cuñados y fueron capturados el 7 de octubre en un kibutz cercano a Gaza, junto con tres familiares: Clara Marman, esposa de Har; su hermana Gabriela Leimberg y la hija adolescente de la segunda, Mia Leimberg. Las tres, también con nacionalidad argentina, pudieron regresar a sus hogares a finales de noviembre, gracias al intercambio entre Israel y Hamás de 105 rehenes por 240 presos palestinos durante una semana de alto el fuego.
La oficina de la presidencia argentina ha manifestado su agradecimiento por la operación. Javier Milei justo acaba de finalizar una visita a Israel, en la que mostró un apoyo cerrado a la ofensiva en Gaza (que ha dejado cerca de 29.000 muertos), reafirmó su promesa de trasladar la Embajada argentina a Jerusalén (solo lo han hecho cinco países en el mundo, el principal, Estados Unidos) y calificó a Hamás de “nazismo moderno”. La presidencia recuerda en el comunicado que Milei pidió tanto a Netanyahu como al presidente israelí, Isaac Herzog, la liberación de todos los rehenes argentinos, siete tras el rescate de Marman y Har.
Tras la operación, permanecen en manos de Hamás y otros grupos palestinos 134 rehenes, al menos 31 de ellas sin vida. El brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín Al Qasam, ha anunciado a última hora que ocho resultaron heridos de gravedad en bombardeos israelíes y tres de ellos han acabado muriendo. “Aplazamos el anuncio de los nombres y fotos de los muertos a los próximos días, hasta que se aclare el estado del resto de heridos”, ha indicado en un comunicado.
Rafah, donde se ha producido el rescate, es la única zona de Gaza que el ejército israelí no ha invadido desde el inicio de la guerra. Pretende hacerlo, como reafirmó Netanyahu este domingo, acompañado de un desplazamiento forzoso masivo, lo que ha generado una cadena de condenas y advertencias. La última, del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, quien definió la perspectiva de “aterradora” por la probabilidad de que muera o resulte herido “un número extremadamente alto de civiles, de nuevo sobre todo mujeres y niños”.
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