El alcalde de Londres exige al Gobierno de Sunak que se hable abiertamente de los perjuicios causados por el Brexit
La salida de la UE ha costado al Reino Unido más de 162.000 millones de euros y la pérdida de casi dos millones de puestos de trabajo, según un estudio encargado por el Ayuntamiento
Para Londres, una ciudad abierta al mundo en la que los ingleses son minoría, el Brexit fue siempre más trágico que en el resto del Reino Unido. Y aunque paradójicamente la economía de la metrópoli haya resistido mejor ese divorcio, su melancolía de la UE sigue siendo más intensa. Por eso el alcalde laborista es un verso suelto en un partido que, bajo el liderazgo de Keir Starmer, ha hecho las paces con el pasado.
“Preferiría no estar hablando de nuevo sobre el Brexit”, ha dicho Sadiq Khan a los invitados de la cena anual que el Ayuntamiento organiza con los inversores y empresarios de la city financiera de Londres. “Pero parte del trabajo de alcalde consiste en defender la ciudad. Tenemos que ser sinceros. El Brexit no es simplemente una preocupación secundaria que podemos dejar atrás. Es un factor clave en la crisis del coste de la vida que sufrimos hoy y ha sido la causa de muchas oportunidades perdidas, de negocios perdidos y de ingresos perdidos, en un momento en que ni las empresas ni las personas se lo podían permitir”, ha asegurado Khan.
El Ayuntamiento de Londres ha encargado a la consultora Cambridge Econometrics, con la que ya había trabajado anteriormente, un informe sobre las consecuencias del Brexit, tres años después de su entrada en vigor. Los datos son desoladores. No solamente por los daños ocasionados ya por el divorcio entre Londres y Bruselas, sino por la proyección que refleja el estudio para la próxima década, hasta 2035.
Si en 2023 el Valor Añadido Bruto del Reino Unido supone un 6% menos de lo que habría supuesto de haber permanecido en la UE, es decir, unos 162.000 millones de euros, la cifra ascenderá a 360.000 millones en 2035. Si el Brexit ha supuesto 1,8 millones de puestos de trabajo menos en todo el país —300.000 menos en Londres—, dentro de una década esa pérdida de oportunidades laborales alcanzará los tres millones de empleos.
De media, cada británico es 2.300 euros más pobre en 2023 por culpa de la salida de la Unión Europea. En el caso de los londinenses la cantidad es muy superior, hasta alcanzar los casi 4.000 euros.
“En vez de esquivar o evitar la cuestión, es obligatorio que todos tengamos una discusión madura y honesta respecto al mejor modo de avanzar. Resulta obvio que el Brexit no ha sido bueno. La versión dura que acabamos teniendo [con salida del mercado interior y el espacio aduanero de la UE] ha lastrado nuestra economía y empujado al alza el coste de la vida. Los alimentos son más caros, con lo que incrementa la presión en los hogares y tiene un impacto negativo en sectores claves para nuestro éxito como la hostelería, la construcción y los servicios financieros”, ha señalado Khan.
Distancia con el Partido Laborista
Las elecciones para la alcaldía de Londres se celebrarán el próximo mayo. Las elecciones generales en el Reino Unido están previstas, según ha sugerido el primer ministro, Rishi Sunak, para el próximo otoño. Pero mientras las encuestas sonríen a Starmer, y otorgan una ventaja media de 18 puntos porcentuales al Partido Laborista, las previsiones del alcalde Khan son mucho menos halagüeñas. Su popularidad se ha deteriorado en los últimos años, y polémicas como la subida de la tasa de congestión de vehículos o la ampliación de la Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ, en sus siglas en inglés) han reducido sus posibilidades de repetir al frente de la ciudad. Khan se aferra a la bandera que los londinenses, mucho más que el resto de los británicos, mantienen viva: la lucha contra el Brexit.
La petición del alcalde de que se abra un debate pragmático sobre los beneficios de incorporarse al mercado interior de la UE o a su espacio aduanero va mucho más allá de lo prometido por Starmer, que se ha limitado a asegurar que intentará renegociar el actual Acuerdo Comercial, cuando se abra el plazo de revisión en 2025, para intentar obtener mejoras concretas. Starmer es consciente de que la herida del Brexit no duele tanto en el norte o centro de Inglaterra, tradicionales apoyos del laborismo, como en la cosmopolita Londres. El 60% de los londinenses votó en contra de la salida de la UE en 2016.
En un momento en el que la inmigración se está usando en términos negativos como arma política y el debate gira en torno a cómo agilizar las deportaciones de irregulares a Ruanda, Khan ha reclamado un debate sobre el asunto “basado en las pruebas, y no en los prejuicios”. “No estoy a favor de fronteras abiertas o de inmigración descontrolada. Pero tenemos una grave escasez de mano de obra, y debemos ser honestos respecto a lo que es mejor para esta ciudad. Necesitamos tanto trabajadores británicos como extranjeros para reforzar nuestros servicios públicos y nuestras empresas, así como para que la capital y el país avancen”, ha defendido el alcalde londinense.
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