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La UE aprueba la entrada de Rumania y Bulgaria al espacio Schengen

Los Veintisiete avalan el levantamiento gradual de los controles en las fronteras interiores aéreas y marítimas de los dos países en marzo de 2024. Más adelante se ampliará la medida a las terrestres

Fernando Grande-Marlaska
La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado 5 de diciembre en Bruselas.OLIVIER HOSLET (EFE)
Silvia Ayuso

Rumania y Bulgaria empezarán a ser miembros del espacio Schengen en pocos meses. Doce años después de iniciar el proceso de entrada en la zona de libre circulación europea, y a solo unas horas de que acabe este domingo la presidencia rotatoria española del Consejo de la UE, los Estados han acordado por unanimidad este sábado la “plena incorporación” de los dos países a esta zona de más de 400 millones de personas sin controles de pasaportes, que pasará ahora de 27 a 29 miembros. El proceso, no obstante, será realizado de “manera gradual” a partir de marzo. Ese mes se hará efectivo en las fronteras aéreas y marítimas, mientras las terrestres quedarán para más adelante.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha celebrado una decisión que los dos países “se merecen” por haber “trabajado duro” para ello y que, sobre todo, “hará a Schengen más fuerte aún”, según ha declarado en X (antiguo Twitter). “Es un día de gran orgullo para Bulgaria y Rumania”, ha subrayado.

La decisión ha sido posible después de que Austria levantara el veto que mantenía desde hace un año —cuando sí se aprobó, en una reunión de ministros del Interior de la UE, el ingreso en Schengen otro de los países candidatos, Croacia, que se oficializó el pasado 1 de enero— por recelos en materia migratoria. Viena, apoyada en su momento por Países Bajos, alegaba que la migración irregular, una de las cuestiones en las que el Gobierno del canciller Karl Nehammer defiende una postura muy dura, seguía siendo demasiado alta en esos países vecinos, especialmente en Bulgaria, como para aceptar un levantamiento de todos los controles fronterizos. Y ello pese a que ambos Estados son miembros de la UE desde 2007 y llevan años llamando a las puertas de Schengen.

El cambio de opinión de los austriacos se ha producido tras una “intensa negociación” en las últimas semanas entre Austria, Bulgaria y Rumania, con apoyo de la Comisión Europea y de la presidencia española del Consejo de la UE, que ha calificado el acuerdo de este sábado de “justo e histórico”.

Según lo pactado, el proceso comenzará en marzo de 2024, cuando se producirá el levantamiento de los controles en las fronteras interiores “aéreas y marítimas”. A partir de ahí, comenzarán las negociaciones entre Viena, Sofía y Bucarest para decidir cuándo se levantarán también las fronteras terrestres. El acuerdo alcanzado se limita a indicar que los tres países se comprometen a “acordar la fecha de su levantamiento en 2024″.

La comisaria de Interior, Ylva Johansson, ha celebrado también una decisión que, ha subrayado en las redes sociales, hay que reforzar ahora para “garantizar que el año que viene también se asegure la libre circulación por tierra”. La comisaria, una firme defensora de este paso ahora dado, ha prometido seguir ”apoyando activamente el proceso de acceso completo” a Schengen en 2024.

El visto bueno de los 27 Estados comunitarios se esperaba desde que, esta misma semana, Bulgaria y Rumania anunciaran que habían logrado un acuerdo con Austria, extremo que este país también confirmó. En rueda de prensa el jueves, el primer ministro búlgaro, Nikolai Denkov, y la ministra de Exteriores rumana —y excomisaria europea—, Mariya Gabriel, explicaron que el 23 de diciembre alcanzaron un acuerdo con Viena para que esta levantara su veto. Austria había empezado a dar marcha atrás en su no rotundo después de que los dos países acordaran medidas para reforzar su frontera exterior, lo que llevó a Viena a proponer una entrada de ambos a Schengen de manera gradual, en lo que el ministro austriaco del Interior, Gerhard Karn, calificó de “Air Schengen”.

Aunque Rumania y Bulgaria se encuentran en una de las rutas principales del tráfico ilegal de armas, drogas y personas, la Comisión Europea lleva sosteniendo desde hace tiempo que los dos países cumplen todos los requisitos para ingresar en el espacio Schengen. Tras conocerse el veto de Austria y Países Bajos en diciembre de 2022, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, manifestó su disgusto públicamente. “Los ciudadanos de Bulgaria y Rumania merecen formar parte plenamente del espacio Schengen”, declaró tras el encuentro de ministros del ramo en el que se aprobó el ingreso de Croacia como el vigésimo miembro de la UE en este espacio de libre circulación y sin restricciones de personas, bienes, servicios y capital —el mayor del mundo— al que también pertenecen Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.

Actualmente, las fronteras exteriores del espacio Schengen, acuerdo firmado en 1985 en la ciudad luxemburguesa de ese nombre y que entró en vigor una década más tarde, se prolongan por 50.000 kilómetros. El 80% de esas fronteras son marítimas y el 20% restante, terrestres. Dentro de Schengen hay cientos de aeropuertos y puertos marítimos, así como varios puntos de cruce de tierra, en un área de 4,3 millones de kilómetros cuadrados y más de 400 millones de habitantes. Los 27 países participantes —29 cuando finalice el ingreso de Rumania y Bulgaria— aplican normas comunes para controlar las fronteras exteriores y también en materia de visados y de cooperación entre los servicios policiales y judiciales en el ámbito penal.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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