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Zelenski desautoriza a su jefe del ejército por admitir que hay pocas opciones de avanzar en el frente

Ursula von der Leyen visita Kiev para garantizar el apoyo de la Comisión Europa en su camino hacia la UE

El jefe del ejército ucranio, Valeri Zaluzhni, junto al presidente del país, Volodímir Zelenski, durante una visita a un campo de entrenamiento militar el 3 de noviembre. Foto: UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SER (VIA REUTERS) | Vídeo: EPV

Los malos augurios en el frente de guerra se han trasladado a la cúpula del poder en Ucrania. La primera fractura pública entre los dos líderes más importantes del país, el presidente, Volodímir Zelenski, y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni, se ha retransmitido este sábado en directo. Zaluzhni concedió el pasado miércoles una entrevista en The Economist que ha supuesto un terremoto en la sociedad ucrania. El general confirmaba en la revista británica que la guerra está estancada y que “muy probablemente” no habrá progresos significativos en por lo menos un año parar liberar los territorios ocupados por Rusia. Zelenski ha desacreditado en una rueda de prensa al comandante en jefe al negar que el frente esté en tablas: “No hay un estancamiento. Hay dificultades y diferentes opiniones, pero no tenemos derecho a abandonar porque, ¿cuál es la alternativa? ¿Ceder una tercera parte de nuestro Estado? Nada cambiará, sabemos lo que significa un conflicto congelado”.

Zelenski se refería así a la guerra en Donbás (2014-2022), cuando las hostilidades entre el ejército ucranio y los separatistas apoyados por Rusia se mantuvieron durante años en un frente congelado que forzó a Kiev a firmar los acuerdos de Minsk, asumiendo la pérdida del control de parte de las provincias de Donbás. “Lo diré claro, no estamos en una situación de estancamiento, ya lo habíamos hablado, no es nada nuevo”, ha insistido Zelenski durante una conferencia de prensa conjunta con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de visita en Kiev para tratar el proceso ucranio de adhesión a la UE.

La sexta visita de Von de leyen a Kiev se produce en vísperas de que la Comisión publique el informe sobre el progreso de los países candidatos, entre ellos, Ucrania, en el cumplimiento de las reformas necesarias para ingresar en el club comunitario. En el caso de Kiev, que el texto sea positivo sobre sus avances —y será positivo, según varias fuentes de Bruselas— se convertirá en un poderoso aval para que los Estados miembros den luz verde a abrir negociaciones de adhesión en diciembre. La presidenta de la Comisión llega, además, en un momento complicado, cuando se ha perdido gran parte del foco en Ucrania, que ahora está en la guerra de Israel en Gaza.

Menos apoyo internacional

Con su visita, Von der Leyen, que esta semana ha recorrido también los países de los Balcanes y antes, Moldavia, que también aguardan sus calificaciones sobre el progreso de las reformas para entrar en la Unión, la presidenta de la Comisión quiere asegurar a Zelenski que Ucrania no caerá en el olvido y que seguirá recibiendo apoyo. Von der Leyen ha elogiado los progresos realizados por Ucrania en sus reformas para acceder a la UE y ha vuelto a prometer que el país recibirá 50.000 millones de euros más de los fondos europeos, aunque esa promesa depende en realidad de la aprobación presupuestaria de los Estados miembros; y todavía no la han dado. “Frente a vuestra valentía, solo hay una cosa que el resto de Europa puede hacer, y es estar al lado de Ucrania el tiempo que sea necesario”, ha proclamado la presidenta de la Comisión en un discurso ante la Rada, el parlamento ucranio. Sus palabras son también un mensaje de apoyo nítido frente al bloqueo que está aplicando la mayoría del Partido Republicano en el Congreso de los Estados Unidos para aprobar un nuevo paquete de ayuda económica a Ucrania.

Von der Leyen espera, además, que el viaje a Ucrania, los Balcanes y Moldavia haga que se olvide en cierta forma la crisis que ha abierto en el seno del Consejo Europeo con algunos Estados miembros por su polémico viaje a Israel varios días después de los atentados del 7 de octubre, donde se reunió con el Gobierno de Benjamín Netanyahu el día que lanzaba los avisos contra Gaza para reclamar la evacuación forzada de la población hacia el sur e iniciaba el asedio, y donde no reclamó públicamente a Israel que cumpla con el derecho internacional y humanitario dentro de su derecho a defenderse de los ataques en los que Hamás mató a más de 1.300 personas.

Fatiga colectiva

“Nadie cree en nuestra victoria como yo, nadie”, aseguró Zelenski en una entrevista que concedió el 30 de octubre en la revista Time. Esta entrevista también causó un revuelo en Ucrania porque el texto era pesimista sobre el cansancio que el mandatario admitía detectar en la comunidad internacional en cuanto al apoyo a su país: “El cansancio con la guerra progresa como una ola. Lo ves en Estados Unidos y lo ves en Europa”. Zelenski rechazaba cualquier negociación de alto el fuego porque esto solo supondría “dejar una herida abierta para las futuras generaciones”, es decir, postergar la solución al problema, el interés ruso de acabar con el Estado ucranio.

Zelenski ha incidido en la idea del cansancio en la intervención de este sábado pero, en esta ocasión, ha sido para reconocer que la fatiga colectiva también está creciendo a nivel nacional. “La gente está cansada, todo el mundo está cansado, al margen de su posición, y es comprensible”, ha afirmado el presidente, en otra crítica velada a Zaluzhni. El presidente ha resaltado que Ucrania, a diferencia de Rusia, sigue una estrategia militar que busca evitar bajas entre sus filas. En verano se sucedieron en los medios estadounidenses críticas por parte de altos mandos del Pentágono contra Kiev porque consideraban que el celo por preservar las vidas de sus soldados limitaba la posibilidad de progresar en la ofensiva en el frente de Zaporiyia. La contraofensiva ucrania ha durado cinco meses y solo ha avanzado cerca de 10 kilómetros.

Samuel Ramani, experto del RUSI, el principal centro de estudios de defensa del Reino Unido, ha resumido en un mensaje en sus redes sociales la diferencia de fondo entre el discurso de Zelenski y de Zaluzhni: “Zelenski rechaza los comentarios de Zaluzhni asegurando que el poder aéreo será decisivo y que un avance como el de Járkov todavía es posible. Lo que hay es una disonancia narrativa entre Zelenski y Zaluzhni”.

Lo cierto es que ambos discursos chocan. Zelenski ha afirmado que la llegada de los aviones de combate estadounidenses F-16 en 2024 serán “una solución” para frenar la superioridad aérea rusa. Zaluzhni, en cambio, opinó que estos cazas llegarán demasiado tarde, cuando las defensas antiaéreas rusas se están reforzando cada vez más. Zelenski cree que es posible una ofensiva relámpago sorpresa como la que liberó la provincia de Járkov en septiembre de 2022. El comandante en jefe opina que la guerra de grandes maniobras y avances rápidos es muy improbable que se repita, porque las líneas fortificadas rusas lo impiden y porque hay una igualdad tecnológica en la que ningún contendiente puede imponerse al otro: “La guerra ha entrado en una nueva fase, lo que en el mundo militar llamamos guerra posicional, de fuego estático y de desgaste, como en la I Guerra Mundial, en contraste con la guerra de maniobras, de movimiento y velocidad”. La situación, según añadió el general, “beneficia a Rusia porque le permite reconstruir su poder militar”.

“Callejón sin salida”

Las hostilidades entre la presidencia ucrania y la cúpula militar ya se desataron en la mañana del sábado. Igor Zhovka, vicejefe de la oficina del presidente, cargó este contra el comandante en jefe en el Teletón, el informativo unitario de las principales televisiones ucranias: “Si yo estuviera en la posición de un militar lo último que haría es comentar ante la prensa, en público, lo que está sucediendo en el frente o qué opciones pueden producirse en el frente, porque hacemos más fácil el trabajo al enemigo”. Zhovka ha añadido que en una conversación con otro representante del gabinete de Zelenski, este reaccionó en un estado de “pánico”: “¿Qué tengo que decir? ¿Estamos realmente en un callejón sin salida? ¿Es este el efecto que queríamos conseguir con la entrevista?”.

Los principales medios de comunicación ucranios también interpretaron como una afrenta a Zaluzhni que Zelenski decidiera el viernes relevar al mayor general Viktor Khorenko como comandante de las Fuerzas Especiales. Khorenko criticó su cese al explicar que se enteró por la información publicada en prensa y que Zaluzhni no había solicitado el cambio.

Zaluzhni fue nombrado por Zelenski en 2021 como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranias. Solo él puede competir con Zelenski en popularidad entre la población: es un mito desde el primer momento de la actual guerra, por cómo preparó en secreto al ejército en febrero de 2022 para evitar que las tropas rusas sitiaran Kiev. Cuando la oficina del presidente descartaba la posibilidad de que Vladímir Putin aprobara una ofensiva contra Ucrania, Zaluzhni organizaba la defensa del país, sobre todo, de la capital.

Los analistas militares consultados en las últimas semanas por EL PAÍS corroboran las conclusiones que expresó Zaluzhni sobre la situación de la guerra. El comandante en jefe precisó que la falta de munición que sufren sus brigadas no se solucionará “por lo menos en un año”, cuando la industria armamentística de sus aliados de la OTAN haya aumentado su capacidad de producir proyectiles. Mikola Bielieskov, analista del Instituto de Estudios Estratégicos, organismo dependiente de la presidencia ucrania, confirmaba en un informe del 16 de octubre que la carestía de proyectiles para el ejército ucranio se mantendrá hasta finales de 2024 o principios de 2025, lo que reduce las posibilidades de nuevas ofensivas por lo menos en primavera y verano del año que viene.

Jerôme Pellistrandi, general francés y analista de referencia en Francia sobre la guerra en Ucrania, defiende a Zaluzhni en una entrevista telefónica con EL PAÍS: “Es la realidad, es un militar pragmático y el frente está congelado. El frente seguirá igual durante meses y ninguno puede vencer.” El militar francés subraya que el principal obstáculo para Ucrania ha sido no contar con poder aéreo. “La guerra seguirá”, dice Pellistrandi, “porque Rusia no quiere la paz, por eso es importante para Ucrania incorporarse a la UE, para garantizar la seguridad del territorio que Kiev controla”.

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