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La magia de la Alhambra eleva el perfil de España como anfitriona internacional

El paseo por el Palacio de Carlos V, la recepción de los Reyes en el Patio de los Leones y la cena en el Parador de San Francisco reafirman la capacidad de organización española tras la reunión de la OTAN en 2022

Cumbre Europea de Granada UE
Los líderes asistentes a la cumbre se preparaban el jueves para la foto en el patio de los Leones de la Alhambra, en Granada.Manu Fernandez (AP)
Jesús Rodríguez

Los más de 40 mandatarios de toda Europa asistentes a la reunión de la Comunidad Política Europea en Granada y sus acompañantes se quedaron literalmente con la boca abierta la tarde del jueves al cruzar el umbral del palacio de Carlos V (construido en 1536) y sumergirse y atravesar lentamente, en soledad, su impresionante patio circular rodeado por 32 columnas dóricas; con la espectacular luz del ocaso granadino cayendo sobre sus cabezas a través de la gran bóveda anular que cubre el patio. Era solo el aperitivo de una noche exitosa de organización, diplomacia y protocolo. Una muestra (la más destacada por su significado y número e importancia de los asistentes) del trabajo que está llevando a cabo la presidencia española del Consejo de la UE durante el semestre que va de julio a diciembre: 25 reuniones de jefes de Estado, Gobierno y ministros en otras tantas ciudades españolas, de Vigo a Córdoba pasando por Logroño, Mallorca o Cáceres. En cada una de ellas, los edificios más emblemáticos de la historia de España, la mejor gastronomía con raíces y estrellas, y un engranaje perfectamente engrasado logístico, de protocolo, sensibilidad y seguridad. Y sobrevolando ese ejercicio de relaciones públicas del más alto nivel, el contenido político de la Presidencia, diseñado por el equipo del Ministerio de Asuntos Exteriores, que coordina la agenda de cada ministerio en momentos como estos: cuando se ponen los cimientos formales del futuro de la UE en temas como la ampliación, las reglas fiscales, la migración y el asilo, o los asuntos sociales y energéticos.

Tras cruzar el patio renacentista llegó el recibimiento oficial a los invitados europeos a Granada por parte del presidente del Gobierno y su esposa, Begoña Gómez, para dirigirse juntos al Patio de los Leones (del siglo XIV), justo en el corazón de la Alhambra, con el objeto de saludar oficialmente a los Reyes y hacerse la foto de familia. Don Felipe (que se acababa de entrevistar minutos antes con Zelenski) y doña Letizia departieron amable ―hasta cariñosamente― con todos en inglés. Demostraron dominar su oficio y ser unos magos de las relaciones internacionales. Una palabra amable para cada uno. Un comentario de actualidad. Lenguaje gestual. Cariñoso con Macron (el último en llegar) y cortés con Meloni. Entrañable con todos. A continuación, pisando albero, paseo hasta los oníricos jardines del Partal, entre palmeras, con el rumor del agua y con Granada recortándose al atardecer, donde la cantaora Marina Heredia, rodeada simplemente de dos guitarras, un cajón y dos cantaoras más, entonó a Granada y a Lorca ante la emoción indisimulada de los líderes europeos. Para terminar la noche, cena de gala en el Parador de Granada, junto a la Alhambra, un antiguo convento construido por los Reyes Católicos, donde degustaron un menú andalusí del chef Paco Morales, con dos estrellas Michelin, y cuyo restaurante es uno de los 50 mejores del mundo. El cóctel era perfecto. Superior incluso a la recepción a la cumbre de la OTAN en el museo del Prado de Madrid, en junio de 2022.

La Alhambra ha sido nuestro Versalles. Si Macron hizo desfilar por la grandeur del grandioso palacio real donde vivió María Antonieta a sus invitados durante el Consejo Europeo de marzo de 2022 y preparó casi una treintena de reuniones informales de ministros de la Unión por toda la geografía francesa, la presidencia española no se ha quedado atrás. El diseño ha sido preciso y, el fondo, profundamente político. Detrás de todo el espectacular continente de las reuniones está la oficina de coordinación para la presidencia Española de la UE. Fue creada ya en octubre de 2021, bajo la dependencia directa del director del gabinete del presidente, Óscar López, y fundada desde cero y dirigida por otra persona de completa confianza de Pedro Sánchez, la veterana diplomática Aurora Mejía, su sherpa en las cumbres europeas. Otras dos mujeres han tenido mucho que ver en distintos aspectos de la organización: la desde marzo secretaria general de Presidencia, Judith González Pedraz (que en Granada ha gestionado directamente la agenda paralela de los acompañantes de los líderes europeos), y la comisaria principal María Marcos Salvador, directora general del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, que se hacía cargo de la seguridad de los invitados del presidente.

Diseño minucioso

Más allá de la cumbre, no es una exageración decir que cada una de estas 25 reuniones de la presidencia española está diseñada al minuto. Semanas antes de que se inicien, se desarrolla en la Oficina de Madrid Río una reunión restringida denominada “de minutaje” en la que los responsables de cada uno de los asuntos de cada cumbre se van desmenuzando palmo a palmo, desde días antes de la llegada de los invitados hasta más allá de su partida. Por dónde entran y salen; si dan declaraciones o no; sus caravanas; sus intolerancias alimentarias; cómo conseguir que no confluyan con los periodistas; la atención a sus ayudantes; el reparto de los distintos niveles de acreditación; la entrega de regalos con productos de la región; sus necesidades especiales. Todo con imágenes proyectadas en 3D del recinto de la cumbre, el aeropuerto (que se blinda para la ocasión), las carreteras, calles y rutas alternativas y un control por GPS de cada vehículo del jefe de la delegación. Son reuniones tensas, donde salen a relucir los puntos débiles que hay que corregir.

España se ha convertido en una experta en la organización de cumbres internacionales. Son un ejemplo de eficacia.

Aún quedan tres meses de presidencia, y como afirma un diplomático del equipo de la Oficina, “el semestre es un ejercicio de diplomacia, es positivo y una oportunidad para España. Van a ver lo mejor de nosotros y los vamos a tratar bien. Y eso engrasa la diplomacia en un momento crucial para Europa”.

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Sobre la firma

Jesús Rodríguez
Es reportero de El País desde 1988. Licenciado en Ciencias de la Información, se inició en prensa económica. Ha trabajado en zonas de conflicto como Bosnia, Afganistán, Irak, Pakistán, Libia, Líbano o Mali. Profesor de la Escuela de Periodismo de El País, autor de dos libros, ha recibido una decena de premios por su labor informativa.

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