El Rey defiende ante los líderes europeos “una verdadera paz no basada en la fuerza”

Felipe VI ha defendido esta noche en La Alhambra, en la cena ofrecida a los más de 40 mandatarios reunidos en la tercera cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), una “verdadera paz no basada en la fuerza de uno solo sino en el consentimiento de todos, grandes y pequeños”. Previamente, el Rey había mantenido una reunión en dependencias del palacio nazarí con el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, a la que han asistido los ministros de Exteriores de los dos países, José Manuel Albares y Dimitro Kuleba. Posteriormente, acompañado por la reina Letizia, recibió uno a uno a los mandatarios europeos en el Patio de Los Leones.

En un discurso íntegramente en inglés, el Rey ha presentado a Granada como “un ejemplo único de fusión cultural en Europa”, una “ciudad orgullosa de su historia”, como lo es la propia España, un lugar de encuentro de turistas y estudiantes de múltiples países, “una plaza pública europea” abierta a la “libre discusión y pensamiento”.

A continuación, se ha referido a Europa como un continente con una historia también compleja y, todavía hoy, “con posiciones nacionales a veces diferentes y referencias culturales distintas”. “Quizá la combinación de esta historia con nuestros diversos puntos de vista y sensibilidades ha sido la verdadera razón por la que a la lo largo de las últimas décadas nos hemos arreglado para unirnos en torno a valores comunes”, ha continuado. “En torno a la aspiración de una verdadera paz, no basada en la fuerza de uno solo sino en el libre consentimiento de todos, grandes y pequeños” y de una “verdadera democracia, como el régimen que mejor respeta nuestra diversidad dentro de nuestras fronteras y a lo largo del continente”, ha subrayado.

Tras asegurar que los países europeos reunidos en Granada, pese a su diversidad, constituyen “una comunidad política, con valores, aspiraciones e intereses compartidos”, ha elogiado el papel de la CPE como un lugar donde encontrar posiciones comunes que permitan que “la voz de Europa sea oída en el mundo”.

En presencia de líderes como el húngaro Viktor Orbán, que apuestan por la homogeneidad étnica de sus respectivos países, el Rey ha presentado el “espíritu de Granada”, visible en la “mágica” Alhambra, como un recordatorio de lo que “la diversidad y la tolerancia pueden aportar cuando se canalizan como una ventaja, como un recurso” y no como un problema.

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