Armenia desaira de nuevo a Rusia con sus primeros ejercicios militares con Estados Unidos
Las maniobras llegan después de que el Gobierno de Ereván definiera su alianza con Moscú como “un error estratégico”, enviara ayuda a Ucrania y tramitara su adhesión al Tribunal Penal Internacional
Armenia ha emprendido este lunes sus primeros ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos pese a las amenazas de Rusia, su hipotético aliado en el Cáucaso. Hastiada por las concesiones de Moscú a su enemiga Azerbaiyán desde la guerra de Nagorno Karabaj de 2020, Ereván ha enviado varias advertencias en los últimos días al Kremlin, su supuesto protector como líder de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alternativa rusa a la OTAN. La inacción de las tropas de paz de Moscú ante el bloqueo por parte de Bakú de la zona que controla Armenia en Nagorno Karabaj ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Las maniobras militares son el último de varios desaires de Ereván al Kremlin. Armenia envió la pasada semana ayuda humanitaria a Ucrania por primera vez desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Y esta fue entregada personalmente por Anna Akopián, la mujer del primer ministro, Nikol Pashinián, con motivo de la tercera cumbre de Primeras Damas y Caballeros, un acto en Kiev protagonizado por las parejas de los líderes de los países aliados de Kiev.
El distanciamiento entre Ereván y Moscú comenzó en septiembre del pasado año, cuando Azerbaiyán atacó territorio armenio reconocido internacionalmente en unas escaramuzas que costaron cientos de vidas sin que Rusia actuase. A este episodio le siguió después la crisis humanitaria provocada por el bloqueo de Azerbaiyán de la denominada república de Artsaj desde diciembre, un territorio de población armenia en la zona de Nagorno Karabaj que fue reconocida internacionalmente parte de Azerbaiyán tras la fragmentación de la URSS. Su independencia ha sido la causa de dos guerras, la primera entre 1991 y 1994 y la última en 2020. En esta última, Bakú conquistó gran parte del territorio y Artsaj quedó aislada salvo por el corredor de Lachín, controlado tanto por los azerbaiyanos como por las fuerzas rusas.
La OTSC no ha apoyado nunca a Armenia frente al ejército de Azerbaiyán y las tropas de paz rusas desplegadas tras el alto el fuego tampoco han actuado contra el bloqueo de Artsaj, un cerco que Bakú atribuye a supuestos “activistas medioambientales”. El primer ministro armenio definió su alianza con Rusia como “un error estratégico” en una entrevista publicada por el diario italiano La Repubblica el pasado 3 de septiembre. Dos días después, su Gobierno retiró su representante en la OTSC y anunció sus primeras maniobras conjuntas con EE UU.
A estas acciones se añade además otra bofetada diplomática a Moscú. El Gobierno armenio ha comenzado este mes a tramitar en el Parlamento la ratificación del Estatuto de Roma para formar parte del Tribunal Penal Internacional. Este tribunal emitió en marzo una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por crímenes de guerra en el traslado forzoso de menores ucranios a Rusia. Según contó a la agencia Ria Novosti una fuente del Ministerio de Exteriores ruso, Moscú amenazó a Ereván a través de canales de comunicación cerrados con que este paso tendrá serias consecuencias para su país.
Los ejercicios militares conjuntos con EE UU han sido justificados por el Ministerio de Defensa armenio con el irónico propósito de preparar su “participación en misiones internacionales de mantenimiento de paz”. Sin embargo, Armenia, que apenas puede defender sus fronteras frente a Azerbaiyán, ha enfatizado que quiere evaluar con estos ejercicios militares sus “capacidades operativas con la OTAN”. Las maniobras Eagle Partner 2023 se llevarán a cabo entre el 11 y el 20 de septiembre y en ellas participa una brigada armenia.
Pashinián argumentó que Rusia, absorbida por su guerra contra Ucrania, ha dejado de lado el Cáucaso y Armenia debe buscar otros aliados. Sus declaraciones provocaron un gran malestar en el Kremlin. “No estamos de acuerdo con la tesis del primer ministro”, respondió el portavoz de Putin, Dmitri Perskov, la pasada semana. “Rusia es una parte absolutamente integral de esta región y no se irá a ningún lado. Rusia no puede abandonar Armenia”, manifestó el representante del Kremlin, y agregó que en Rusia viven más armenios que en su propio país.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, también comentó esta crisis este fin de semana desde la cumbre del G-20 en Nueva Delhi. “Dicen que si la OTSC hubiera condenado a Azerbaiyán, entonces Armenia cooperaría con la OTSC. Cuando les preguntamos por qué se relacionan con los estadounidenses y los europeos, que no condenan a Azerbaiyán, nos responden que no son sus aliados”, ha afirmado el diplomático.
Lavrov ha negado además que Moscú entregase Nagorno Karabaj a Azerbaiyán en 2020. “La cuestión está cerrada”, ha recalcado tras apuntar que en la cumbre trilateral de Praga del año pasado Pashinián, Alíyev y el líder turco, Recep Tayyip Erdogan, reconocieron las fronteras pactadas en la declaración de Almaty de 1991, “según la cual la entonces Región Autónoma de Nagorno Karabaj forma parte de Azerbaiyán”.
La presencia de Moscú en Armenia no se limita solo a los 5.000 militares desplegados hasta 2025 en la misión de paz de Nagorno Karabaj. Rusia cuenta también con otros 10.000 soldados distribuidos en varias bases militares y algunos puntos estratégicos de la capital, según el medio armenio EVN.
Peskov volvió a ser interrogado este lunes sobre la posible salida de Armenia de la OTSC. “Hemos escuchado muchas discusiones sobre este tema, incluso de analistas prooccidentales en Armenia, pero no hemos recibido ninguna señal oficial al respecto”, ha manifestado el portavoz de Putin. El representante del Kremlin ha reconocido que existen “ciertos problemas” con Armenia, pero instó al diálogo porque “los intereses nacionales de los dos países dictan la necesidad de profundizar nuestra alianza”.
Mientras, la crisis humanitaria de la zona armenia de Nagorno Karabaj empeora tras 10 meses de bloqueo. El acceso de los convoyes de alimentos y medicamentos a una región donde viven unas 120.000 personas sigue vetado. Hikmet Hajiyev, asesor de política exterior del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha señalado a Reuters que Bakú permitirá el paso de los camiones de Cruz Roja con la condición de que las autoridades de Artsaj permitan también la entrada de vehículos con supuesta ayuda de Bakú. Fuentes de la diáspora armenia han explicado a este periódico que con esta negativa quieren evitar que Azerbaiyán logre concesiones poco a poco en aquel territorio en disputa.
El politólogo y exasesor de la presidencia rusa Alexéi Chesnakov afirma que Pashinián presiona “porque no puede o no quiere cumplir los acuerdos alcanzados tras la guerra de 2020 debido a que la situación política interna no lo permite”. En su opinión, a Aliyev, que cuenta con el apoyo israelí y turco, “no le interesa ahora una guerra”.
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