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Ucrania califica de crimen de guerra el nuevo bombardeo ruso sobre el centro de Odesa

Zelenski promete “represalias” tras un ataque que ha causado dos muertos y 22 heridos. También ha dañado la catedral ortodoxa y una decena de edificios de la zona histórica, que se halla bajo protección de la Unesco

Interior de la catedral ortodoxa de Odesa, atacada en la madrugada del domingo por misiles rusos. Foto: JAE C. HONG (AP) | Vídeo: EPV
Luis de Vega (Enviado Especial)

Rusia ha atacado en la noche del sábado al domingo la ciudad de Odesa con una veintena de misiles que han causado al menos dos muertos y 22 heridos, cuatro de ellos menores de edad. El bombardeo, calificado de “bárbaro crimen de guerra” por el Gobierno ucranio, ha provocado también importantes daños al patrimonio. Este ha sido el quinto día de ataques sobre esta región a lo largo de esta semana. Entre los objetivos alcanzados la pasada madrugada se encuentran la catedral ortodoxa de la ciudad, la iglesia de la Transfiguración, así como una decena de edificios del centro histórico que, desde el pasado febrero, forma parte de lugares de especial protección de la Unesco, según han confirmado fuentes del Ayuntamiento a este periódico. Las autoridades militares informaron de que sus defensas antiaéreas lograron interceptar nueve de un total de 19 proyectiles de diverso tipo disparados por el ejército ruso.

Rusia “sentirá la represalia”, dijo el presidente Volodímir Zelenski en un mensaje en la red social Telegram en el que condena el lanzamiento de “misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, una catedral… No puede haber excusa para el mal ruso. Como siempre, este mal perderá. Y, definitivamente, habrá represalia hacia los terroristas rusos por [atacar] Odesa”.

El Ministerio de Interior ucranio, tras comunicar el número de víctimas del ataque, lo calificó de “crimen de guerra que nunca será olvidado y perdonado”. Y lamentó también el destrozo causado a la catedral. El templo, cuya estructura original databa de 1794, fue ya destruido por las autoridades soviéticas en 1936 bajo el mandato de Josef Stalin. Su posterior reconstrucción, ya tras la independencia de Ucrania en 1991, no concluyó hasta 2003. La catedral pertenece al patriarcado ruso de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania.

“Los bombardeos de misiles rusos matan personas y arruinan sitios icónicos en Odesa, protegida por la Unesco”, denunció también en Twitter el jefe de la diplomacia ucrania, Dmitro Kuleba, quien instó “a todos los Estados y organizaciones a condenar este bárbaro crimen de guerra”, añadió.

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El bombardeo ruso mereció el mismo calificativo por parte del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. “El continuo terror ruso con misiles a Odesa, protegida por la Unesco, constituye otro crimen de guerra por parte del Kremlin, demoliendo también la catedral ortodoxa, un patrimonio mundial”, afirmó Borrell en su cuenta de Twitter. El jefe de la diplomacia europea señaló que Rusia ya ha dañado cientos de lugares culturales “intentando destruir Ucrania”.

El jefe de la administración militar regional, Oleg Kiper, aseguró que fueron dañados 25 monumentos arquitectónicos, según una evaluación preliminar.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso rechazó que hubiera atacado la catedral y sostuvo mediante un comunicado que los daños se debieron a la caída sobre el templo ortodoxo “de un misil guiado antiaéreo de las fuerzas armadas de Ucrania debido a las acciones analfabetas de sus responsables de defensa aérea, que siempre [los] ponen deliberadamente en medio de zonas residenciales”.

La Unesco condenó “con la mayor firmeza” los “brutales bombardeos”.“Exhorto a la Federación de Rusia a tomar medidas tangibles para conformarse con las obligaciones que le incumben según el derecho internacional”, ha instado Audrey Azoulay, directora general de la organización. El pasado viernes, la Unesco ya condenó los ataques que Rusia lanzaba sobre Odesa, así como los daños en el patrimonio con los bombardeos en los últimos días sobre otras ciudades, como Lviv y Mikolaiv. El comunicado del 21 de julio decía que, apenas dos semanas después de la destrucción de un edificio histórico en Lviv, “este ataque es el segundo hasta la fecha en un área protegida por la Convención del Patrimonio Mundial, en violación de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado”. El texto recuerda también la destrucción del Centro Cultural de Arte Popular y Educación Artística en Mikolaiv.

En la madrugada del domingo en Odesa pronto empezaron a circular los vídeos grabados en las naves del templo con los destrozos y las llamas mientras los empleados trataban de salvar iconos y otras piezas. La llegada del amanecer mostró mejor los daños en la estructura del edificio, las cubiertas y en el interior. También en las calles del centro, en las que algunos edificios presentaban impactos de los misiles, al tiempo que los ciudadanos trataban de barrer los restos en un intento de recuperar cuanto antes la normalidad. Al menos una decena de inmuebles, además de la catedral, resultaron afectados por el bombardeo, confirmó a este diario Ivan Liptuga, responsable de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Odesa.

Daños en el interior de la catedral ortodoxa de Odesa, este domingo.
Daños en el interior de la catedral ortodoxa de Odesa, este domingo.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)

Catriona Loughran, empleada del Instituto Noruego de los Refugiados (NRC), una organización que trabaja en decenas de países en crisis, reconoce que la noche fue dura en Odesa. Pero cuenta también cómo incluso durante el tiempo que hubo que permanecer en los refugios subterráneos para protegerse del ataque, la población siguió haciendo gala de una “gran resiliencia”. Como muestra, un vídeo que ella misma grabó en el que un grupo de personas sale tocando la guitarra y cantando bajo tierra en plena madrugada.

Según el recuento de las Fuerzas Armadas, Rusia atacó con cinco misiles de crucero tipo Oniks lanzados desde la península ucrania de Crimea, que las tropas del Kremlin controlan y ocupan ilegalmente desde 2014; tres misiles de crucero tipo Kh-22 que fueron lanzados desde aviones Tu-22M3 que volaban sobre el mar Negro; cuatro misiles de crucero Kalibr partieron de ese mismo mar, probablemente desde un submarino; cinco misiles de crucero Iskander-K disparados desde Crimea, y dos misiles balísticos Iskander-M disparados también desde ese mismo territorio. Los misiles interceptados, según las mismas fuentes, fueron cuatro Kalibr y cinco Iskander-K.

Las tropas del Kremlin habían atacado ya Odesa durante cuatro jornadas esta semana, cuando la lluvia de misiles empezó a alcanzar de nuevo la ciudad este domingo. Rusia defiende estos bombardeos en represalia por los ataques lanzados por fuerzas de Kiev sobre Crimea y por su intento de mantener la exportación de cereal por el mar Negro, pese a que Moscú se opone. El acuerdo del grano que auspiciaban la ONU y Turquía desde hace un año y garantizaba un corredor seguro expiró el 17 de julio. El Gobierno del presidente Vladímir Putin se niega a retomarlo si no se levantan algunas de las sanciones con las que la comunidad internacional le ha castigado por invadir Ucrania.

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Sobre la firma

Luis de Vega (Enviado Especial)
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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