Irán despliega de nuevo en las calles a la policía de la moral para perseguir a las mujeres sin velo
El cuerpo de seguridad redujo su presencia durante las protestas contra el régimen desencadenadas por la muerte de una joven detenida por llevar mal el hiyab
El cuerpo de seguridad encargado de obligar a las iraníes a que se pongan el velo —la policía de la moral— patrulla de nuevo las calles de Irán, meses después de que sus características furgonetas blancas con una franja verde dejaran de verse. En diciembre, algunas autoridades del país dieron incluso a entender su desaparición, nunca confirmada oficialmente, un anuncio que muchos iraníes acogieron con gran incredulidad. El portavoz de la policía iraní, Saeed Montazer al Mahdi, les dio la razón este domingo al confirmar la reanudación de las patrullas de esa fuerza de seguridad, el mismo día en que se cumplían 10 meses de la muerte bajo custodia policial de la joven kurda Mahsa Amini, el pasado 16 de septiembre.
El sospechoso fallecimiento de Amini, de 22 años, que había sido detenida por llevar mal colocado el velo, desencadenó una oleada de protestas contra el régimen que las autoridades solo lograron sofocar mediante la represión. Al menos 500 personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad, según ONG iraníes en el exilio. Más de 22.000 personas fueron detenidas en los cinco meses que duraron las protestas y siete hombres jóvenes ejecutados en la horca en relación con las manifestaciones.
Montazer al Mahdi no solo confirmó el retorno de patrullas como la que terminó con la detención y fallecimiento de Amini. De sus palabras, se deduce que las autoridades del país no han logrado reprimir el acto de desobediencia civil que en Irán constituye prescindir del velo, un gesto que miles de iraníes han adoptado desde la muerte de la joven kurda. El portavoz apuntó que la vuelta de la policía de la moral al espacio público obedece al objetivo de “hacer frente a quienes, por desgracia, ignoran las consecuencias de no llevar el hiyab adecuado e insisten en desobedecer las normas”. El policía concluyó advirtiendo a las mujeres de que “serán transferidas al sistema judicial”.
El código de vestimenta islámico que obliga a las iraníes a no mostrar el cabello y vestir ropas amplias fue adoptado en 1983, cuatro años después del triunfo de la Revolución Islámica. De acuerdo con el artículo 638 del Código Penal, cualquier mujer que infrinja esa ley puede ser castigada con multas y hasta dos meses de prisión. Si hay reincidencia, también con hasta 74 latigazos. Muchas iraníes juzgadas en los últimos años por no llevar velo han sido acusadas a su vez de cargos más graves, como los de incitar a la prostitución y atentar contra la seguridad del Estado, que acarrean largas penas de cárcel.
En los últimos meses, las autoridades iraníes han multiplicado las amenazas para obligar a cubrirse al creciente número de mujeres que se muestra en público con la cabeza descubierta. El pasado 15 de abril, la policía anunció que, a partir de ese día, las cámaras que vigilan el tráfico de Teherán y del resto de ciudades de Irán tendrían el cometido de captar imágenes de las mujeres que no llevan velo para desatar contra ellas el peso de la ley. Cuando no habían transcurrido ni 24 horas, muchas mujeres empezaron a recibir mensajes en sus móviles en los que se les amenazaba con acciones judiciales si reincidían.
Muchos iraníes acogieron con sorna esta invectiva, sobre todo porque algunos hombres empezaron también a recibir esos mensajes en los que se les conminaba a ponerse el velo, por lo que en las redes sociales cundieron las mofas sobre la escasa exactitud de las cámaras del régimen iraní.
Cierre de negocios
En los últimos meses, las autoridades del país han cerrado también miles de negocios por infringir la ley del velo y varias mujeres han sido condenadas a costearse una terapia psicológica por no cubrirse el cabello. El diario semirreformista Shargh Daily ha informado de casos como el de una médica obligada a limpiar el Ministerio del Interior durante 200 horas después de haber sido identificada en su coche sin velo.
También en esta ocasión, algunos iraníes han mostrado su escepticismo sobre la eficacia del retorno de la policía de la moral. Ismaili, una estudiante universitaria que aparece sin velo en un vídeo de la agencia Reuters, recalcó que “el número de personas que no obedecen ahora [a la ley del hiyab] es demasiado elevado”. Y concluyó: “No pueden con todos nosotras, lo último que pueden hacer es utilizar la violencia y la fuerza contra nosotras”.
Un vídeo ampliamente difundido este fin de semana en las redes sociales y en los medios de comunicación iraníes en el exilio muestra la supuesta detención de una adolescente a manos de una agente de la policía de la moral, que trata de llevarla a la fuerza hasta una furgoneta blanca. Según activistas como la conocida disidente Masih Alinejad esa grabación se tomó el pasado sábado. Este lunes, la agencia de noticias semioficial Tasnim —vinculada con la Guardia Revolucionaria de Irán— aludió a vídeos como ese, desmintiendo que fueran recientes. La agencia asegura que las furgonetas de la policía de la moral no volverán a las calles y que los agentes patrullarán en coche o a pie y darán “advertencias verbales” en caso de ver a personas vestidas de forma “inusual”. Sin embargo, otros vídeos, también difundidos en las redes sociales, muestran minibuses blancos en diversos barrios de la capital iraní, destinados a trasladar a dependencias policiales a las mujeres sin velo detenidas por ello, denunciaron los internautas.
This is Iran today and this is how the morality police arrested a teenager for not wearing a hijab. Mahsa Zhina Amini was taken away like this, then killed. Where are those journalists who excitedly reported the cancellation of those morality police? #WomanLifeFreedom pic.twitter.com/xndXlnnkSB
— Masih Alinejad 🏳️ (@AlinejadMasih) July 15, 2023
Tanto el Sharg Daily como otro periódico semirreformista, el Hammihan, han criticado el retorno de este impopular cuerpo de seguridad en sus páginas. El Hammihan advirtió este lunes de que la presencia de estos agentes en las calles puede “provocar el caos” en la sociedad.
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