La OTAN aumenta la presión sobre Turquía y Hungría para que ratifiquen el ingreso de Suecia
Stoltenberg volverá a viajar a Ankara para intentar acelerar el proceso y lograr que se culmine en la reunión de la Alianza de julio en Vilnius
La OTAN aumenta la presión sobre Turquía, pero también sobre Hungría, para que ratifiquen de una vez la entrada de Suecia en la Alianza Atlántica, una decisión tomada ya hace casi un año en la cumbre de Madrid, pero que todavía no ha sido cerrada por los frenos de Ankara, sobre todo, y Budapest. En la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros que se celebra este jueves en Oslo, el mensaje ha sido unánime: tener a Suecia en la OTAN es bueno para todos y el deseo compartido es poder izar la bandera sueca, como trigésimo segundo miembro de la coalición militar, en la próxima cumbre anual de los aliados, en Vilnius (Lituania), el 11 y 12 de julio.
Consciente de que Turquía sigue siendo el principal obstáculo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado que volverá a visitar Ankara para tratar de lograr el visto bueno del recién reelegido presidente, Recep Tayyip Erdogan, con quien también habló por teléfono esta semana.
“Viajaré a Ankara en un futuro cercano para hablar sobre cómo podemos garantizar el acceso lo más rápido posible de Suecia”, ha adelantado Stoltenberg, quien, sin embargo, no ha querido revelar la fecha concreta de su nueva visita a Turquía, aunque ha dicho que acudirá solo, sin representantes suecos.
El consenso de los demás aliados es total: el ingreso de Suecia en la OTAN, como ha recordado Stoltenberg al inicio del encuentro informal en Oslo y han repetido muchos de los ministros a su llegada, no solo es bueno para ese país y los bálticos, “es bueno para la Alianza, porque la hará más fuerte” y, por tanto, “también es bueno para Turquía”.
Y los argumentos turcos para no dar el visto bueno final a Suecia, como sí ha hecho con Finlandia, se están agotando: este mismo jueves, como han recordado varios ministros europeos, y el propio jefe de la diplomacia sueca, Tobias Billström, ha entrado en vigor la nueva legislación antiterrorista que exigía Ankara, que acusaba a Estocolmo de “recibir con los brazos abiertos a los terroristas” por el apoyo público al grupo armado kurdo PKK, que tanto Turquía como la UE califican de terrorista.
“Suecia ha cumplido todos los compromisos a los que llegó en Madrid (…), es hora de que Turquía y Hungría comiencen la ratificación [en sus Parlamentos] de Suecia para entrar en la OTAN”, ha reclamado Billström en Oslo. Una cita a la que, ha lamentado, no ha acudido el representante turco. “Mi mensaje en Ankara será que Suecia ha cumplido y, por eso, ha llegado el momento de ratificar a Suecia. Estoy trabajando duro para asegurarme de que esto pasa lo antes posible”, ha insistido el secretario general de la OTAN.
El ministro sueco ha considerado “positivo” que Stoltenberg viaje a Turquía, pero ha indicado que apuesta por un nuevo encuentro “en las próximas semanas” del mecanismo de seguimiento del acuerdo trilateral sobre la cuestión de Suecia, Finlandia y Turquía como momento clave para lograr el visto bueno de Ankara. “Tras ese encuentro, la ratificación tendrá lugar”, ha confiado Billström. “Esto nunca fue un esprint, es un maratón, pero ahora vemos el final del camino”, ha afirmado.
“Esperamos que la cumbre de Vilnius sea el momento definitivo en que Suecia pueda, por fin, como España desea, ser parte de la familia que somos la OTAN”, ha dicho el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. “En Vilnius, queremos saludar a Suecia como próximo miembro”, ha corroborado la alemana Annalena Baerbock.
Las reticencias de Hungría
Turquía se encuentra en pleno proceso de reconfiguración de su Parlamento tras las elecciones generales y habrá poco tiempo para una ratificación de la candidatura sueca antes de que entre en el receso de verano. Aun así, fuentes aliadas confían en que haya margen para que los diputados turcos aprueben el ingreso de Suecia, para lo cual Erdogan, apuntan, podría convocar una sesión parlamentaria extraordinaria antes de la cita aliada en Vilnius. Es, por tanto, una cuestión de voluntad política, coinciden los aliados, que también esperan que cambie de actitud Hungría, que ha evitado ratificar a Suecia alegando la “preocupación” de sus parlamentarios por “la costumbre de cuestionar constantemente el estado de la democracia húngara” de algunos mandatarios suecos.
Aunque Stoltenberg se ha mostrado “confiado” en que Budapest acabe ratificando a Suecia si Turquía da ese paso, el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha rechazado en Oslo lo que considera como “presiones” de los aliados. “La posición húngara es clara: el Parlamento húngaro decidirá cuándo tendrá lugar la ratificación. No estamos dispuestos a aceptar ninguna presión. El Parlamento húngaro decidirá de forma soberana, lo que el Gobierno apoyará”, ha dicho en un mensaje de su cuenta de Facebook.
Buena parte del encuentro en Oslo, en el que no se toman decisiones en firme por su carácter informal, ha estado orientado a preparar la cumbre de Vilnius que, una vez más, estará centrada en Ucrania y su defensa ante la invasión rusa, que comenzó ya hace casi año y medio.
En el centro de las discusiones están los distintos modelos de seguridad que los aliados proporcionarían a Ucrania para asegurarse de que “la historia no se repite” y Rusia no pueda atacar de nuevo el país en un futuro. En Vilnius se decidirá, tal como adelantó EL PAÍS, si se refuerza la relación con Kiev pasando del formato actual de comisión OTAN-Ucrania a la formación de un consejo OTAN-Ucrania. Un “paso significativo”, según Stoltenberg, “para establecer un foro de consulta conjunto con Ucrania sentada a la mesa como igual” con el resto de los aliados, aunque no forme parte del todo del club.
Stoltenberg, que consideró que de alguna forma “Ucrania pertenece a la OTAN”, recalcó que su ingreso en la organización militar es una decisión que solo deben tomar Kiev y los aliados, sin que Rusia tenga “poder de veto”. Pero los tiempos y formas para hacer de Ucrania un país aliado de pleno derecho difieren. La mayoría duda de que se pueda producir un ingreso formal en un futuro cercano. Así, Stoltenberg ha confirmado que la Alianza Atlántica está “trabajando en un paquete plurianual de apoyo, con una financiación robusta, que garantizará la defensa y disuasión de Ucrania a largo plazo, ayudará a reconstruir sus sectores de seguridad y defensa, y ayudará a Ucrania a hacer la transición de su equipamiento y entrenamiento de la era soviética a uno de completa interoperatividad con la OTAN”.
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