Los combates en Sudán dejan ya más de 700.000 desplazados internos
La ONU reconoce que las comunidades de acogida están mostrando gran generosidad, pero advierte de que la presión es “enorme” y que los choques siguen dificultando la entrega de ayuda humanitaria
Los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido han dejado ya más de 700.000 personas desplazadas dentro del país, el doble que hace una semana, según informó este martes la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU. Las hostilidades, que también han llevado a otras más de 150.000 personas a huir hacia otros países, están provocando una alarmante crisis humanitaria, a pesar de los intentos de la comunidad internacional de, como mínimo, rebajar el nivel de violencia. El Ministerio de Salud del país ha contabilizado en paralelo al menos 600 muertos y más de 5.000 heridos desde el inicio de los enfrentamientos, ya en su cuarta semana.
Muchos de los desplazados internos están siendo acogidos ahora por familiares o se están refugiando en edificios públicos como escuelas y mezquitas, según explicó el portavoz del organismo de Naciones Unidas, Paul Dillon, que ha remarcado “la abrumadora generosidad del pueblo sudanés y sus comunidades, que han abierto sus puertas a estos desplazados internos”. Al mismo tiempo, sin embargo, Dillon ha asegurado que este gran flujo de personas ejerce “enormes presiones” sobre las familias y comunidades de acogida: “En muchos casos, ya están sufriendo los efectos de más de tres semanas de combates”.
La entrega de ayuda humanitaria, sin embargo, sigue viéndose dificultada por la falta de garantías de seguridad, según Dillon. En la última semana, tanto la ONU como grandes organizaciones humanitarias están redoblando esfuerzos para enviar y distribuir ayuda al país en un intento de mitigar los efectos de lo que consideran “una catástrofe total”, pero la intensidad de los combates está frenando las operaciones. El secretario general de la ONU, António Guterres, indicó asimismo el lunes que la mayoría, si no todas, las agencias de Naciones Unidas y sus socios humanitarios en Sudán se han visto afectados por saqueos a gran escala desde el inicio de los combates. Entre los productos saqueados hay unas 17.000 toneladas de alimentos por valor de más de 13 millones de dólares (casi 12 millones de euros).
Durante las tres primeras semanas de combates, en torno a un 72% de los desplazados internos en Sudán se encontraban en la región occidental de Darfur, que, junto a la capital del país, Jartum, ha concentrado los combates más encarnizados. Ambas zonas sufren de una aguda escasez de comida, agua, medicinas, electricidad, combustible y dinero en metálico, y los choques también han llevado al borde del colapso total su sistema sanitario. En Darfur se hallaban además la mayor parte de los 3,7 millones de desplazados que ya había en Sudán antes de la contienda actual. Dillon no ofreció este martes cifras sobre los lugares de origen y destino de los desplazados más recientes, aunque notó que se está documentando un aumento en los Estados alrededor de Jartum. Hasta el martes de la pasada semana se habían registrado 340.000 desplazados internos en el país.
Los bandos enfrentados, por su parte, siguen sin mostrar indicios de querer reconducir la situación. A pesar de que el sábado iniciaron en Arabia Saudí una ronda de conversaciones promovidas por el reino y los Estados Unidos para abordar un alto el fuego humanitario, desde entonces no han trascendido detalles acerca de avances en las negociaciones y los enfrentamientos han continuado, sobre todo en Jartum. Desde que estallaron los combates el 15 de abril se han violado todas las treguas que se han anunciado.
En declaraciones públicas, además, las partes siguen mostrándose igualmente inflexibles. El comandante del Ejército, Abdelfatá Al Burhan, afirmó el lunes durante una entrevista con una cadena de televisión egipcia que, por el momento, no abrirán un diálogo político con los paramilitares y que su objetivo continúa siendo derrotarlos y expulsarlos de Jartum. Las Fuerzas de Apoyo Rápido, por su parte, declararon en un comunicado que no se han detenido en el campo de batalla y que siguen buscando derrotar al Ejército.
Los combates en Sudán también están provocando un gran éxodo de personas hacia fuera del país. Hasta principios de esta semana, más de 65.000 sudaneses habían cruzado ya a Egipto, unos 35.000 a Sudán del Sur, la mayoría de ellos retornados sudsudaneses, unos 30.000 más a Chad, sobre todo procedentes de Darfur y retornados chadianos, y más de 15.000 hacia Etiopía. Miles más han escapado hacia la República Centroafricana y Arabia Saudí. La agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, calcula que, si no se detienen los combates, hasta unas 860.000 personas podrían tener que acabar abandonando Sudán.
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