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Erdogan asegura que las fuerzas turcas han “neutralizado” al líder del Estado Islámico

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirma una operación el sábado pasado de los servicios secretos contra dirigentes de la organización yihadista en el área de Afrin, bajo control turco

Andrés Mourenza
La vivienda en la que se produjo el sábado, según ha informado el presidente turco, la muerte de Abu Hussein Al Quraishi, líder del ISIS, este lunes cerca de Afrin.
La vivienda en la que se produjo el sábado, según ha informado el presidente turco, la muerte de Abu Hussein Al Quraishi, líder del ISIS, este lunes cerca de Afrin.Ghaith Alsayed (AP)

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, asegura que Turquía ha “neutralizado” al hasta ahora líder y autoproclamado califa de la organización yihadista Estado Islámico (también conocida como ISIS o Daesh). La acción ocurrió el pasado sábado en Afrin, un área del noroeste de Siria controlada por Turquía y fuerzas rebeldes sirias afines desde 2018. El dirigente del grupo terrorista se negó a entregarse a las fuerzas turcas y se inmoló tras activar un chaleco explosivo.

“La Organización Nacional de Inteligencia [MIT, los servicios secretos turcos] han estado siguiendo desde hace mucho tiempo al autoproclamado líder del Daesh, que responde al alias de Abu Hussein Al Quraishi”, explicó el mandatario turco durante una entrevista en directo el domingo por la noche con el canal de televisión público TRT, como parte de la campaña de las elecciones del próximo 14 de mayo. “Esta es la primera vez que cuento esto. Esta persona fue neutralizada en una operación llevada a cabo por la MIT ayer [sábado]”, dijo Erdogan, sin dar más detalles de la operación.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos había publicado el mismo domingo que “un prominente líder del ISIS murió y otro fue arrestado” durante una operación de “fuerzas especiales turcas y efectivos del Ejército Nacional Sirio”, formado por facciones rebeldes sirias bajo la batuta de Turquía. Fuentes locales explicaron a la agencia Reuters que los combates se iniciaron en la noche del sábado al domingo y se escuchó una fuerte explosión.

La operación se produjo en una aldea cercana a Yindires, en el noroeste de Siria, en una finca abandonada que era utilizada como escuela islámica, afirmó un residente de la zona citado por la agencia AFP. La cadena turca NTV, que cita fuentes oficiales, ha informado este lunes de que la acción de las fuerzas turcas duró cuatro horas. Según su relato, pidieron a Al Quraishi que se rindiese y se entregase. Este se negó y los militares turcos derrumbaron el muro para entrar en el recinto. Cuando se encontraban dentro, el líder del grupo terrorista se inmoló con un chaleco explosivo.

La localidad donde se desarrolló la operación se halla en la comarca de Afrin, dominada por fuerzas kurdas hasta que, en enero de 2018, Turquía lanzó una operación militar que culminó en su ocupación. Miles de habitantes de la zona huyeron a áreas bajo control de las milicias kurdas y, en su lugar, Turquía estableció a desplazados árabes y facciones rebeldes que huían de las ofensivas del régimen de Bachar El Asad.

Tras perder las vastas extensiones de territorio que controlaban en Siria e Irak, algunos líderes y dirigentes del ISIS han buscado refugio tanto en las zonas rebeldes del norte de Siria bajo control directo turco como un poco más al sur, en la provincia de Idlib, que se halla bajo la férula del grupo salafista Hayat Tahrir al Sham (antigua filial siria de Al Qaeda) si bien hay una cierta presencia militar turca. Se trata de zonas abarrotadas por millones de desplazados de otras regiones del país que sobreviven en campamentos o míseras viviendas, donde las instituciones son muy débiles y los grupos armados compiten entre sí por el control en frecuentes enfrentamientos. “Es notable que los dirigentes del Estado Islámico se encuentren en áreas de influencia de las fuerzas apoyadas por Turquía, y se escondan entre las facciones, sacando partido del caos y la inseguridad”, escribe el observatorio este lunes en su web.

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En octubre de 2019, militares estadounidenses mataron en Idlib al fundador y autoproclamado primer califa del Estado Islámico, Abu Bakr Al Bagdadi. También en Idlib murió su sucesor, Abu Ibrahim Al Quraishi, en otra operación estadounidense en febrero del año pasado. A partir de ahí, la longevidad de los líderes del grupo yihadista se ha acortado: en noviembre, el autoproclamado como tercer califa, Abu Al Hasan Al Quraishi, cayó en el sur de Siria en una operación llevada a cabo por rebeldes sirios. Y el nuevo líder solo ha durado hasta este mes de abril.

Pese a ello, células del ISIS continúan llevando a cabo ataques, especialmente en las zonas desérticas del noreste de Siria, bajo control de las milicias kurdas. Según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, únicamente en el mes de abril, la organización yihadista mató a 11 miembros de las fuerzas de seguridad kurdas en una veintena de ataques.

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