Perú pide a Colombia la entrega de un feminicida fugado que prendió fuego a su expareja en pleno centro de Lima
El joven, de 19 años y de origen venezolano, fue localizado en Bogotá. Este martes se cumple el plazo para que sea entregado al país vecino
El sábado 18 de marzo, las calles del centro de Lima fueron testigos de un acto macabro. Un hombre roció gasolina y le prendió fuego a su expareja, una joven de 18 años. Mientras la gente que pasaba por allí intentaba desesperadamente apagar las llamas que habían envuelto a Katherine Gómez, el venezolano Sergio Tarache Parra, de 19, escapó a paso veloz sin que nadie lo detuviera. A partir de allí comenzó una cadena de negligencias que están bajo sospecha: la Fiscalía pidió su detención cuatro días después, el Poder Judicial dictó orden de captura al quinto día y el juez Washington Esquerra Puente de la Vega tardó 12 días en impedirle su salida del país.
En medio de la consternación generalizada, la ministra de la Mujer, Nancy Tolentino, brindó unas declaraciones carentes de empatía. “Quisiéramos que las jóvenes elijan bien con quién estar, porque también ellas tienen que estar conscientes que merecen vivir libres de violencia”. La peruana Katherine Gómez falleció una semana después del ataque, por las quemaduras de segundo y tercer grado en el 60% de su cuerpo. “Lo último que me dijo en el hospital fue: mamá, cálmate, estoy bien. Ella sabía que no estaba bien, ha aguantado el dolor. Pero por más que luchaba, su cuerpo ya no daba para más”, dijo Cinthya Machare, su madre, quien desde el primer día inició una férrea lucha para exigir justicia para la mayor de sus tres hijos.
El Programa de Recompensas del Ministerio del Interior ofreció 50.000 soles a quien proporcionara datos valiosos para ubicar a Sergio Tarache. Durante semanas lo único que repetía la Policía fue que se encontraba realizando acciones de Inteligencia. Pero Tarache hacía mucho que ya no estaba en el Perú. El martes 11 de abril, el feminicida fue detenido por agentes colombianos, en Bogotá, tras permanecer desaparecido durante 24 días.
Su error: haberse jactado de su crimen. “De pronto se nos acercó un ciudadano y nos informó que escuchó decir a un sujeto, con acento venezolano, que había cometido un homicidio en el Perú”, han comentado las fuerzas de seguridad, quienes lo intervinieron en la localidad de Barrios Unidos. En un principio, Tarache dijo llamarse José Gabriel Viña, pero luego se comprobó su identidad a través de sus huellas dactilares.
En sus declaraciones, Tarache muestra un nulo arrepentimiento. Ha dicho que atacó a Katherine Gómez porque deseaba irse de fiesta con unos amigos. “Te voy a quemar las patas. No me respetas”, le dijo. Luego, en las inmediaciones de la Plaza Dos de Mayo, sacó una galonera de un vehículo, compró gasolina en un grifo, se lo roció y le prendió fuego con un encendedor. Tarache trabajaba en la zona como jalador de pasajeros.
Los padres de Katherine Gómez se encuentran en Colombia, adonde han viajado para presionar a las autoridades colombianas para que se expulse al asesino de su hija al Perú, donde ya cuenta con un requerimiento de nueve meses de prisión preventiva por el delito de feminicidio agravado. Este martes a las 17.30 horas se vence el plazo para que el Gobierno del país vecino resuelva la expulsión administrativa del venezolano.
La Dirección General de Comunidades Peruanas en el Exterior sostiene que es la vía más recomendable por ser la más inmediata a diferencia de la extradición judicial que podría conllevar varios meses. Lo complejo del asunto es que existe la posibilidad de que Tarache sea expulsado a su país de origen. “Lo que estamos procurando en este momento es que el canal diplomático, que es un canal de negociación y de apelar a la buena voluntad, no se vea interrumpido con acciones de otra naturaleza”, ha dicho Alberto Farje, director de dicha institución.
Por su parte, Javier Arévalo, presidente del Poder Judicial, descarta una obstrucción de parte de Colombia. “Yo creo que el presidente de Colombia no podría proteger a un criminal. Tendría que entregarlo (…) No se puede permitir que estas situaciones se presenten, porque sino todo aquel que cometa un atropello contra una mujer se fugaría a otro país y no pasaría nada”, señaló. Mientras tanto, Cinthya Machare, la madre de Katherine, ha dicho con entereza: “Yo le hice una promesa a mi hija. Lloraré lo que tenga que llorar, pero en su momento. Me tragaré mis lágrimas y haré justicia”.
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