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Putin anuncia el despliegue de armamento nuclear táctico en Bielorrusia

El mandatario ruso sostiene que 10 aviones bielorrusos están listos para transportar armas atómicas. Washington asegura que no hay indicios de que Moscú tenga previsto utilizarlas

Lukashenko y Putin, el pasado 17 de febrero en Moscú.Foto: SPUTNIK (VIA REUTERS) | Vídeo: REUTERS
Javier G. Cuesta

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció este sábado su intención de desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia, país colindante con Ucrania y con tres miembros de la OTAN: Polonia, Lituania y Letonia. Putin afirmó que la medida no viola los tratados de no proliferación y que las armas permanecerán en todo momento bajo control de Moscú.

El anuncio se produce un mes después de la decisión del Kremlin de suspender su participación en el último acuerdo bilateral con Washington para el control de las armas nucleares, el New Start. Este limita el despliegue de armas atómicas estratégicas, de mayor potencial y alcance que las tácticas. Ante este anuncio del presidente ruso, Estados Unidos reaccionó con cautela. Un comunicado del Departamento de Defensa recalcó este sábado por la noche que no hay indicios de que Moscú pretenda usar sus armas nucleares.

“No hay nada inusual en esto. En primer lugar, EE UU ha hecho esto durante décadas”, afirmó el mandatario. Washington tiene desplegadas bombas tácticas en bases en Italia, Alemania, Bélgica, Turquía y Países Bajos. “Hemos acordado [con Bielorrusia] que haremos lo mismo, sin violar nuestras obligaciones, enfatizo, sin violar nuestras obligaciones con respecto a la no proliferación de armas nucleares”.

“Ya hemos ayudado a nuestros colegas bielorrusos a reequipar sus aviones. Diez aeronaves están listas para usar este tipo de armas”, aseveró Putin entrada la noche de ayer en el canal Rossiya 24. “También le hemos entregado a Bielorrusia nuestro conocido y muy efectivo sistema de misiles Iskander, que también puede ser un portador [de ojivas nucleares]”, agregó el líder ruso. La guinda de su intervención fue el anuncio de la construcción de una instalación especial de almacenaje de armas nucleares tácticas que será completada el 1 de julio.

El alto representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, afirmó este sábado que el despliegue de armas nucleares tácticas de Rusia en Bielorrusia supone “otra escalada del conflicto”, en una entrevista a Efe en Santo Domingo. Por su parte, un alto funcionario estadounidense citado por Reuters señaló que Rusia y Bielorrusia habían hablado de un acuerdo de este tipo el año pasado, y que Washington no ve señales de que Moscú tenga previsto utilizar sus armas nucleares.

“No hemos visto ninguna razón para ajustar nuestra postura nuclear estratégica ni indicios de que Rusia se esté preparando para utilizar un arma nuclear. Seguimos comprometidos con la defensa colectiva de la alianza de la OTAN”, añadió el comunicado de la oficina de prensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Un poder enorme pero limitado

Putin hizo énfasis en que este peligroso movimiento de piezas solo contempla armas nucleares tácticas, cuyo poder destructivo, siendo enorme, es más limitado. Las armas tácticas son de menor alcance y potencia que las estratégicas, con capacidad de cruzar océanos y destruir ciudades enteras. Las tácticas tienen una potencia de entre 1 y 50 kilotones, aunque EE UU, y es razonable pensar que Rusia también, disponen de artefactos de en torno a 0,3 kilotones (300 toneladas de TNT), capaces de provocar una explosión equiparable a la del puerto de Beirut (Líbano) en agosto de 2020. Little Boy, la bomba que destrozó Hiroshima en 1945, tenía una potencia de 15 kilotones.

Según la Federación de Científicos Estadounidenses, Rusia cuenta con alrededor de 2.000 de estas armas frente a unas 200 de Estados Unidos, la mitad en Europa, y que después de la Guerra Fría comenzó a desmantelarlas por considerarlas obsoletas y un riesgo. “Lo que comienza con un ataque nuclear táctico o un intercambio nuclear de “ojo por ojo” entre dos países puede escalar a una guerra nuclear total que termine con la destrucción inmediata y total de ambas naciones”, advierte François Diaz-Maurin, experto del Boletín de Científicos Atómicos, en su ensayo Ningún lugar donde ocultarse: cómo una guerra nuclear puede matarte a ti y a casi todo el mundo.

El despliegue nuclear ruso era un paso cada vez más claro desde hace tiempo. El presidente bielorruso dejó el camino listo cuando llevó a cabo su pseudorreferéndum constitucional del 27 de febrero de 2022, justo tres días después de que Rusia comenzase la invasión de Ucrania. Las enmiendas aprobadas por Minsk incluían un mayor blindaje legal del presidente y la posibilidad de trasladar armas nucleares de su aliado a su territorio.

“Aleksandr Grigórievich Lukashenko ha planteado durante mucho tiempo la cuestión del despliegue de las armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia”, dijo Putin, que aprovechó el reciente anuncio del envío de munición de uranio empobrecido británico a Ucrania para elevar su amenaza nuclear. Este tipo de proyectiles no tiene un poder destructivo masivo, pero sus materiales presentan una alta toxicidad.

”Todo lo que pidió el presidente de Bielorrusia, todas las cuestiones que planteó al respecto, se están implementando, y todos nuestros acuerdos se llevarán a cabo en un futuro muy cercano”, agregó Putin. Los ejércitos de ambos países llevaron a cabo, cinco días antes de la invasión de Ucrania, el 19 de febrero, unos ejercicios militares conjuntos en Bielorrusia en los que participaron las fuerzas de disuasión nuclear rusas. Meses antes, el Kremlin envió varios bombarderos estratégicos a patrullar su frontera con la UE con la excusa de la crisis de los refugiados de Oriente Próximo provocada por Minsk desde 2021.

Esta escalada nuclear dispara la tensión sobre todo con Polonia, uno de los países que han abanderado el suministro de ayuda militar a Ucrania y que ha sido blanco de los furibundos ataques de Lukashenko para justificar el envío de tropas rusas a su terreno.

La deriva de los acontecimientos en materia de armas nucleares despierta una inquietud generalizada. Ya el presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió en octubre del año pasado de que el mundo vive el momento más peligroso desde 1962. “No nos hemos enfrentado a la perspectiva del apocalipsis como la de ahora desde [la presidencia de] Kennedy y la crisis de los misiles en Cuba”, dijo el mandatario estadounidense poco después de que Putin afirmase que defenderá “por todos los medios” sus conquistas.

Pero la preocupación también alcanza a Pekín. Putin advirtió de que daría “una respuesta acorde” al envío de munición de uranio empobrecido durante la rueda de prensa conjunta que el mandatario ruso y el presidente chino, Xi Jinping, ofrecieron tras su cumbre en Moscú el martes 21 de marzo. En aquel encuentro, el líder del gigante asiático hizo firmar a Putin una declaración que abogaba por evitar la carrera de las armas de destrucción masiva. “Todos los Estados poseedores de armas nucleares no deben desplegarlas fuera de sus territorios nacionales y deben retirar todas las desplegadas en el extranjero”, recogía un documento que, cuatro días después, parece papel mojado ante los pasos de Putin: “No puede haber ganadores en una guerra nuclear y nunca deberá desencadenarse”.

El despliegue de armas nucleares tácticas anunciado por el Kremlin no ha podido ser, por el tiempo que toma una decisión así, consecuencia del envío de munición de uranio empobrecido adelantado esta semana. Pero Putin señaló que tiene otra medida preparada: “Debo decir que Rusia tiene algo que responder, por supuesto. Tenemos, sin exagerar, cientos de miles, cientos de miles de esos proyectiles. Todavía no los hemos utilizado”, subrayó el jefe de Estado.

Por otra parte, el Kremlin se prepara para una guerra larga. “El complejo militar-industrial ruso crece a un ritmo muy rápido, a un ritmo que muchos no se lo esperaban”, ha hecho hincapié Putin, que ha estimado que su país produce tres veces más municiones que los miembros de la OTAN.

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