Un muerto y 13 heridos tras una explosión en una fundición en Ohio
El suceso se produce semanas después del descarrilamiento de un tren con sustancias tóxicas que después se incendió en ese mismo Estado
Una planta industrial ha sufrido una explosión y un incendio este lunes en las afueras de Bedford (Ohio), al sureste de Cleveland. El accidente, cuyas causas se desconocen, ha provocado una gran humareda en la fundición, cercana a la autopista y ha dejado un muerto y al menos 13 heridos, la mayoría de ellos con quemaduras, según han informado los servicios de emergencia.
La fundición que ha ardido es de la firma I Schumann & Co, una metalúrgica especializada en aleaciones de cobre, latón y bronce, según explica la compañía en su página web. Un total de 13 personas han sido trasladadas al hospital, una de ellas en estado crítico que después ha fallecido, mientras que otro herido más ha sido tratado en el lugar de los hechos.
Los daños provocados por la explosión son significativos tanto en la planta como en los exteriores, donde los escombros han salido disparados y provocado daños en los coches que había aparcados en el exterior. Algunos edificios cercanos también han sufrido daños.
El accidente en la planta industrial de la afueras de Bedford se produce cuando continúa la preocupación por el nivel de contaminación en la localidad de East Palestine, también en Ohio, a unos 110 kilómetros de distancia en dirección sureste, donde el 3 de febrero pasado descarriló un tren cargado con mercancías peligrosas, entre ellas el cloruro de vinilo, que al arder libera sustancias muy tóxicas.
En dicho accidente no hubo víctimas, pero el vertido de sustancias contaminantes provocó la muerte de miles de peces en un río cercano. Las autoridades evacuaron el pueblo tras el descarrilamiento y el incendio de parte de los vagones y dieron permiso a los habitantes para regresar unos días después. Los análisis de muestras de aire y de agua no han detectado la presencia de sustancias tóxicas, pero la desconfianza continúa entre los vecinos, que temen un impacto a largo plazo sobre su salud.
Además, el accidente ha devaluado las propiedades en la zona y dañado la actividad económica. Hay numerosas demandas presentadas contra Norfolk Southern, la compañía dueña del tren que descarriló. La propia Agencia de Protección del Medio Ambiente (la EPA) ha iniciado acciones legales contra la empresa para que se haga cargo de los costes de limpieza y remediación inmediatos y de los que surjan en el futuro como consecuencia del accidente.
Ojos irritados
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, envió el domingo una carta al consejero delgado de la empresa, Alan Shaw, advirtiéndole de que la compañía debe “demostrar un apoyo inequívoco a la población” de East Palestine, Ohio, y sus alrededores. “Norfolk Southern debe cumplir su compromiso de compensar a los residentes, y también debe cumplir su obligación de hacer lo que sea necesario para dejar de poner en peligro a comunidades como East Palestine”, escribió Buttigieg. “Este es el momento adecuado para que Norfolk Southern adopte una posición de liderazgo dentro de la industria ferroviaria, cambiando a una postura que se centre en apoyar, no en frustrar, los esfuerzos para elevar el estándar de la regulación de la seguridad ferroviaria en Estados Unidos”.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, declaró el viernes que los productos químicos vertidos en el río Ohio ya no suponen un riesgo, aunque los habitantes de la comunidad afirman que sufren constantes dolores de cabeza e irritación de ojos. El Estado planea abrir una clínica médica en el pueblo de 4.700 habitantes para analizar sus síntomas, a pesar de las repetidas declaraciones de que los análisis del aire y el agua no han mostrado signos de contaminantes.
El tráfico ferroviario de mercancías ya se ha restablecido en la zona y hay quienes acusan a Norfolk Southern de haber optado por la explosión y quema de los vagones para poder despejar antes la vía.
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