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Rusia despliega armas nucleares en su Flota del Norte por primera vez en tres décadas

El servicio de inteligencia noruego advierte de que el riesgo de una escalada nuclear ha aumentado por la posibilidad de malentendidos entre Moscú y la OTAN. Moscú acumula aviones y helicópteros cerca de Ucrania

Un submarino de misiles balísticos nucleares en un desfile el Día de la Marina Rusa en San Petersburgo, el 26 de julio de 2017.
Un submarino de misiles balísticos nucleares en un desfile el Día de la Marina Rusa en San Petersburgo, el 26 de julio de 2017.Anadolu Agency (Getty Images)
Javier G. Cuesta

El desgaste del ejército ruso por la ofensiva en Ucrania ha aumentado el riesgo de una posible escalada nuclear en sus fronteras con la OTAN. Moscú ha extraído tropas de la zona para reemplazar sus bajas y las ha sustituido con armas tácticas atómicas en sus navíos de la Flota del Norte por primera vez desde el derrumbe de la Unión Soviética, según la inteligencia militar noruega. Oslo teme que la presencia de estas ojivas suponga “una amenaza especialmente grave en varios escenarios que pueden involucrar a países de la Alianza Atlántica”, puesto que la desconfianza mutua “ha elevado la posibilidad de eventos no deseados y de malentendidos entre Rusia y la OTAN”.

Asimismo, fuentes de inteligencia occidentales aseguraron este martes que Rusia está acumulando aviones y helicópteros cerca de la frontera con Ucrania, un indicio de que Moscú se está preparando para enviar apoyo aéreo a su ofensiva terrestre, según informa Financial Times. El temor de una guerra aérea inminente ha llevado a los aliados a priorizar envíos rápidos de activos de defensa aérea y municiones de artillería a Kiev, según funcionarios occidentales, para responder al cambio de enfoque de Moscú a medida que la guerra entra en una nueva fase.

El informe anual del Ministerio de Defensa noruego, Fokus 2023, confirma que “una parte central de la capacidad nuclear (rusa) ha sido desplegada en los navíos de superficie y submarinos de la Flota del Norte”. Según la prensa del país escandinavo, hay que remontarse a la época dorada de la Marina rusa, durante la Guerra Fría, en la época de la URSS, para recordar la partida de buques de guerra armados con bombas nucleares desde el puerto ártico de Severomorsk.

Aquel enclave se encuentra en la península de Kola, una región de suma importancia estratégica, ya que las rutas del Ártico cobrarán una gran relevancia en el futuro con el cambio climático. La región linda con un país de la OTAN, Noruega, y con un nuevo candidato, Finlandia. Pese a que el Kremlin arguyó su ofensiva sobre Kiev con una hipotética amenaza de la Alianza Atlántica sobre Rusia, su ejército se ha debilitado en esa zona y en el Báltico para reforzar las divisiones en Ucrania.

“Las fuerzas terrestres de la península de Kola se han visto reducidas a una quinta parte de sus cifras anteriores a la invasión de Ucrania”, recoge el informe de la inteligencia noruega, aunque su pérdida de munición es aún más grave si cabe ante un hipotético intercambio de golpes con la Alianza Atlántica.

“Las fuerzas convencionales de Rusia se han debilitado significativamente por su ofensiva sobre Ucrania y una gran parte de la que queda está atada a la guerra. Entre otros problemas, [Rusia] ha gastado tres cuartas partes de sus misiles modernos de tierra en Ucrania”, señalan los servicios de inteligencia de Oslo, que también observan una tendencia a la baja de las patrullas de bombarderos estratégicos rusos en la proximidad de Noruega debido a su empleo contra Kiev.

Sin embargo, todo ello no hace menos peligroso a Moscú. “Rusia tiene grandes reservas de equipo militar, especialmente del más antiguo (…), sus capacidades nucleares son las mismas que antes de la guerra, y las fuerzas aéreas y navales siguen esencialmente intactas”, manifiesta el espionaje noruego.

“Con una capacidad convencional debilitada, la importancia de las armas nucleares ha aumentado significativamente para Rusia”, dice el informe, y agrega que a ello se suman sus medios para otro tipo de guerra a través de armas antisatélites, las herramientas cibernéticas y sus fuerzas especializadas en el sabotaje de infraestructuras submarinas.

“No se puede descartar que una guerra local se convierta en un conflicto mayor; y que este involucre directamente a Rusia, EE UU y la OTAN”, advierte el espionaje noruego. Según sus informaciones, “Rusia había planeado la ocupación total de Ucrania y su ambición era apoderarse de la mayor parte posible de su infraestructura intacta”.

Las autoridades rusas han amenazado en varias ocasiones con la posibilidad de una guerra nuclear si sus planes fracasan. El presidente, Vladímir Putin, advirtió en septiembre que defendería el territorio anexionado “con todos los medios” a su alcance, y el jefe adjunto del Consejo de Seguridad y expresidente, Dmitri Medvédev, afirmó a principios de enero: “La derrota de una potencia nuclear en una guerra convencional puede provocar el estallido de una guerra nuclear”.

El informe noruego cita el despliegue en la Flota del Norte de algunas de las armas de nueva generación rusas. Según Washington, tanto los misiles hipersónicos Tsirkon como los cohetes de precisión Kalibr pueden portar ojivas nucleares, aunque no ha acusado hasta ahora a Moscú de equipar a sus navíos con este armamento.

Estos misiles han protagonizado algunas de las oleadas de bombardeos contra infraestructura civil ucrania de los últimos meses. Según el Ministerio de Defensa ucranio, 11 navíos rusos realizan misiones de combate en la actualidad en el mar Negro, dos de ellos equipados con lanzamisiles Kalibr.

La flota rusa navegaba hasta hace una semana en un mar libre de navíos de la OTAN. Los buques estadounidenses y europeos abandonaron sus aguas antes de la invasión lanzada el 24 de febrero del año pasado, pero han regresado. A principios de este mes, un destructor de la Sexta Flota norteamericana cruzó el umbral del Bósforo por primera vez desde que Putin emprendió la guerra.

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