Portugal exige reformas en la UE antes de avanzar en la adhesión de Ucrania

El primer ministro portugués, António Costa, no quiere que su país pierda recursos comunitarios cuando se incorporen otros con necesidades mayores y tampoco que el eje atlántico europeo quede relegado con una futura adhesión a la Unión Europea de Ucrania y otros países del Este. Ante una audiencia de empresarios portugueses y españoles que participaron este miércoles en el primer Foro La Toja que se celebra en Lisboa, el primer ministro ha condicionado la ampliación comunitaria a la reforma de las instituciones y de la política presupuestaria y ha alertado sobre los riesgos de que la Comisión Europea cree falsas expectativas sobre la adhesión de Ucrania, lo que a veces ha sido interpretado como un rechazo al ingreso.

Desde el punto de vista político, Costa considera inviable que se mantengan los mismos requisitos de votación y carteras comunitarias en una unión hipotéticamente ampliada a 36 Estados, “si ya es un gran esfuerzo de imaginación el que tiene que hacer la presidenta de la Comisión para repartir 27 carteras a comisarios”. “El Tratado de Lisboa ya dice que la Comisión no tiene que tener 27 miembros, pero me gustaría saber cuál es el primer país que se ofrece para renunciar a estar sentado en la Comisión Europea”, planteó durante su intervención en la Fundación Calouste Gulbenkian.

Costa señaló que Europa no puede “prescindir” del debate sobre su capacidad de acogida de nuevos miembros y tampoco debería repetir errores pasados como los cometidos con Turquía. “Europa debe tomarse en serio las expectativas que ha creado a Ucrania y los países balcánicos occidentales. La mayor tragedia sería frustrar esas expectativas”. Y añadió: “Nadie tendrá muchas dudas de que una de las causas fundamentales de la involución de Turquía ha sido la frustración de las expectativas que se habían alimentado durante décadas sobre su futura integración en la Unión Europea. No queremos repetir esa historia, que sería una enorme traición a los ucranios”.

Aparte del impacto político, el primer ministro portugués destacó las repercusiones económicas que tendría la entrada de Ucrania, una potencia agrícola mundial, sobre la distribución del presupuesto de la Política Agraria Comunitaria (PAC) o de los fondos estructurales. “Si queremos ser serios con estas expectativas, es necesario llevar a cabo una reforma institucional y una reforma presupuestaria”, reivindicó.

El primer ministro luso abordó también el desplazamiento del poder político hacia el Este con la entrada de nuevos estados en detrimento del eje atlántico en el que se inscriben Portugal y España. Por esta razón, defendió la creación de un foro de países atlánticos comunitarios que contrapese ese desplazamiento y que, además, estreche las relaciones con América Latina. Costa criticó errores de la Comisión Europea como no haber avanzado en el acuerdo comercial con Mercosur que, a su juicio, repercuten ahora en el distanciamiento político de los países de América Latina respecto a la guerra en Ucrania. “Si Europa hubiera ido más allá en el Mercosur, nuestros socios habrían tenido otra respuesta. Es necesario un esfuerzo de humildad de Europa, que tiene que esforzarse en hacer amigos y establecer lazos con otras regiones”, señaló.

El primer ministro luso espera que el semestre de presidencia española de la Unión Europea, que comienza en julio, permita desbloquear el acuerdo, aprovechando además la llegada al poder en Brasil de Lula da Silva, favorable a la firma. “Tengo la esperanza de que la presidencia española impulse este acuerdo con Mercosur, que sería el de mayor dimensión económica que pueda haber y que crearía una gran alianza atlántica”, observó. Un tratado así situaría a la península Ibérica en una posición central, que el político portugués no quiere perder en beneficio del Este.

El Foro La Toja-Vínculo Atlántico, promovido por el exministro Josep Piqué y el presidente del Grupo Hotusa, Amancio López Seijas, contó también con la presencia de la ministra española de Defensa, Margarita Robles, que defendió las políticas de la OTAN como “políticas de la paz”, y del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que participó en un debate sobre las relaciones transatlánticas junto al ex primer ministro peruano Pedro Cateriano, el expresidente brasileño Michel Temer y el exministro portugués de Asuntos Exteriores Paulo Portas.

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