Alberto Fernández, sobre la demora en el acuerdo UE-Mercosur: “Pidamos a Europa que nos deje de mentir”
El presidente argentino denuncia durante una cumbre del bloque sudamericano que la Unión Europea usa la Amazonia como excusa: “Hay países proteccionistas que no quieren que entre nuestra carne y nuestros granos”
Argentina ha subido el tono contra la Unión Europea. Fue durante la cumbre de presidentes de Mercosur celebrada este martes en Montevideo. La agenda estaba clara: Brasil, Paraguay y Argentina estaban allí para advertir a Uruguay que no estaba autorizada a negociar acuerdos comerciales con terceros países, como China, sin la anuencia de sus socios. Pero cuando Alberto Fernández tomó la palabra, habló del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, firmado en junio de 2019 y todavía paralizado. Fue especialmente duro. Dijo que las exigencias europeas para el cuidado de la Amazonia ocultaban otra cosa. “Pidamos a Europa que nos deje de mentir. Podemos seguir echándole la culpa [de la demora en la ratificación del acuerdo] a que no tratamos bien la Amazonia. La verdad es que en Europa hay países proteccionistas que no quieren que entre nuestra carne, nuestros granos y nuestros alimentos”, dijo Alberto Fernández.
Hace ya más de tres años, el excanciller argentino Jorge Faurie le contó llorando de emoción al presidente Mauricio Macri que, por fin, la Unión Europea y Mercosur habían alcanzado un acuerdo comercial. Habían pasado dos décadas de negociaciones y la firma se vivió como histórica. Pero el tiempo corre y los cuestionamientos medioambientales europeos impiden la ratificación del texto. Las miradas estuvieron puestas sobre el Brasil de Jair Bolsonaro y la desprotección de la Amazonia. En 2019 los incendios fueron récord, mientras el presidente ultraderechista desarmaba o desfinanciaba una a una las agencias encargadas de cuidar la selva. A finales de ese mismo año, la UE firmó el Pacto Verde, una hoja de ruta hacia una economía neutra en emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2050. El escenario no podía ser peor para el acuerdo con Mercosur.
Ahora hay, sin embargo, una luz de esperanza. El triunfo del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva supone un giro en la política de protección ambiental de Brasil, una buena noticia para Bruselas. “Con Mercosur estamos a la espera de un protocolo o instrumento adicional que nos dé más garantías en materia de deforestación y de lucha contra el cambio climático”, dice el embajador de la UE en Buenos Aires, Amador Sánchez Rico, sobre el estado de las negociaciones. “Queda por ver los equipos de Lula, pero consideramos que el acuerdo es ahora o nunca. No estamos en un camino de rosas, es un desafío y no es posible decir que no habrá obstáculos, pero en la UE pensamos que estaríamos mejor con un acuerdo que sin él”.
En Montevideo, el paraguayo Mario Abdo Benítez recuperó las palabras de su par argentino, pero con diplomacia. Dijo que, a su entender, hay “más conciencia de España, Alemania e Italia de que debemos avanzar” en un texto definitivo. “Y habrá que hablarlo con el presidente de Francia. Es un buen momento para hacer nuestros reclamos en el acuerdo UE – Mercosur”, dijo el paraguayo.
Terminado el capítulo europeo, la cumbre recuperó su aire localista. La agenda inicial era apretar las clavijas a Uruguay, que ha decidido avanzar en acuerdos bilaterales extrazona, algo prohibido por los estatutos del Mercosur. El anfitrión, Luis Lacalle Pou, fue directo al punto, tras ser acusado de promover una ruptura del bloque. Reconoció que su intención es avanzar en una negociación comercial con China, pero “luego vamos a darnos vuelta para decir a Argentina, Brasil y Paraguay que vayamos todos juntos. No se trata de ruptura, hay que sacar eso del imaginario, se trata de resolver tensiones”, dijo.
La cuestión de fondo es el reclamo uruguayo a una mayor apertura comercial del bloque. Montevideo considera que el Arancel Externo Común (13% de promedio) que los socios imponen a las importaciones extrazona protege a la industria argentina y brasileña, pero a costa de encarecer los productos que ingresan a Montevideo. Propone, como solución, abrirse al comercio con una drástica bajada de los aranceles.
La respuesta vino desde Argentina, país que tendrá la presidencia pro tempore del bloque durante el primer semestre de 2023. “Lo que debemos preguntarnos es cómo sigue el mundo y no tengo la impresión, querido Luis, de que siga como vos decís”, le dijo Fernández a Lacalle Pou. “Lo he visto en el G20 y el G7, no me lo han contado: lo que el mundo se plantea hoy es muy diferente al libre comercio; lo que se plantea es cómo cada economía se defiende frente a los estragos de la guerra y la pandemia. Si la solución es que cada uno hace lo que quiere y el sálvese quien pueda, bueno, discutámoslo, pero no sé cuánto camino tiene eso para transitar”, concluyó. Argentina tiene el apoyo de Brasil y Paraguay, que han cerrado filas contra Montevideo. La expectativa argentina es que una vez Lula da Silva se instale en Brasilia, el 1 de enero, ya no habrá margen para los reclamos uruguayos.
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