Estados Unidos se plantea enviar sus tanques Abrams a Ucrania
Varios medios estadounidenses anticipan que la iniciativa puede anunciarse en un plazo breve tras meses de oposición
Un giro de 180 grados. Tras meses de oposición, Estados Unidos se prepara ahora para enviar tanques M-1 Abrams a Ucrania, según admiten mandos militares que han hablado bajo la condición del anonimato a la prensa estadounidense. La iniciativa podría anunciarse este mismo miércoles y coincide con el levantamiento de las últimas resistencias alemanas —este mismo martes— a enviar los tanques Leopard, los más potentes en Europa.
El cambio en la posición se produjo tras una conversación telefónica entre el presidente de EE UU, Joe Biden, y el canciller alemán, Olaf Scholz, el 17 de enero, según el periódico The Wall Street Journal, el primero en adelantar la información. En esa conversación, Biden acordó examinar la posibilidad de enviar los potentes Abrams, pese a la opinión contraria del Pentágono. La iniciativa, según el diario estadounidense, podría estar coordinada entre ambos gobiernos e incluiría que Alemania accediera a entregar a Ucrania una pequeña partida de Leopard. Este mismo martes, el Gobierno del canciller Olaf Scholz ha eliminado el veto al envío incluso de sus propios tanques Leopard. Hasta ahora el gobernante socialdemócrata se negaba, preocupado por la posible reacción de Moscú.
El Pentágono ha esquivado este martes confirmar la noticia. Su portavoz, el general de brigada Pat Ryder, ha indicado: “No hay nada que anunciar hoy acerca de los Abrams. Mantenemos una intensa conversación con los ucranios sobre sus necesidades sobre el terreno, inmediatas, pero también a medio y a largo plazo”. Las decisiones sobre suministros de armas, ha precisado, “no tienen en cuenta la imagen, sino lo que pueda proporcionar las mejores oportunidades para la victoria sobre el terreno de batalla”.
Según ha apuntado la agencia AP, el envío de Abrams que se plantea Estados Unidos podría llevar “meses o años” . Según esta agencia, los mandos militares aún no han cerrado los detalles del suministro; los tanques, asegura un funcionario citado por este medio, podrían quedar incluidos en una nueva partida de la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania, que aporta financiación a más largo plazo para la compra de armamento a empresas comerciales.
Ucrania reclama el envío urgente de tanques para poder responder a la ofensiva que Rusia prepara, según los análisis de Kiev y fuerzas occidentales, para esta primavera. Washington, que apoya las peticiones del Gobierno de Zelenski y la semana pasada aprobó un nuevo suministro de armamento por valor de 2.500 millones de dólares, recomendaba el uso de los tanques alemanes, entre los más modernos del mundo.
El Departamento de Defensa estadounidense consideraba que enviar Abrams no sería la solución más práctica. Esos tanques, de tecnología muy avanzada, requieren una formación especial de los soldados para su manejo; consumen queroseno, y su cadena logística de suministros y repuestos sería más difícil de establecer. En cambio, argumentaba el Pentágono, los Leopard están lo suficientemente establecidos en Europa como para que las cadenas logísticas hacia Ucrania fueran relativamente sencillas de establecer.
“Nuestro foco ha sido tratar de proporcionar a Ucrania las capacidades que necesitan ahora mismo para ser efectivos en el campo de batalla, especialmente a medida que nos vamos acercando a la primavera”, indicaba el lunes un alto mando de las fuerzas estadounidenses que habló a los periodistas acerca de la situación de la guerra bajo la condición del anonimato. “Ya estamos viendo que Rusia intenta reclutar, reparar y reiniciar operaciones. Así que tenemos que asegurarnos de que las capacidades que les entregamos (a las fuerzas ucranias) les permiten acoplar su armamento lo antes posible. Y ese ha sido nuestro objetivo”.
Según este mando, el tanque M-1 Abrams es “un sistema de combate extremadamente capaz y efectivo, pero también es un sistema muy complejo que requiere muchísimo mantenimiento y apoyo logístico”. “Hay que darles algo que puedan utilizar inmediatamente, porque el tiempo no está de su lado en esta situación”, agregaba el militar.
El acuerdo para el suministro de tanques solucionaría una importante disputa entre Estados Unidos y sus aliados europeos sobre la guerra en un momento clave del conflicto, a punto de cumplir su primer año. Rusia está movilizando tropas y reorganizando sus fuerzas para una ofensiva que podría marcar el curso de las hostilidades en los próximos meses. Kiev planea una contraofensiva que contrarreste el impulso ruso y le permita recuperar al menos parte de los territorios ocupados por su vecino.
La semana pasada Washington y Berlín no lograron ponerse de acuerdo en una reunión de mandos militares en la base de Ramstein (Alemania). La presión estadounidense y de sus aliados no persuadió al Gobierno alemán de la necesidad de dar el visto bueno al envío de tanques alemanes a Ucrania, o acceder a que otras naciones cedieran sus propios Leopard a Kiev.
Polonia ha enviado ya una solicitud formal al Gobierno de Scholz para que le autorice la reexportación de esos vehículos a Ucrania. El Reino Unido también ha anunciado la entrega de 14 de sus tanques Challenger.
“Para ejecutar una ofensiva con éxito no solo tienes que tener una dotación suficiente de personal, que los ucranios ya tienen, sino que ese personal tiene que estar adiestrado. Tienen que contar con equipos, y tienen que estar formados” para utilizarlos, explicaba tras la reunión de Ramstein el jefe de la Junta de Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley. “El equipamiento tiene que estar sincronizado con el personal, y el personal tiene que recibir adiestramiento sobre el equipo, y todo esto tiene que transportarse a Ucrania, todo tiene que organizarse en un plan coherente”.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunció en diciembre planes para ampliar las tropas rusas mediante reclutamientos. El objetivo de Moscú es que para 2026 su ejército cuente con 1,5 millones de soldados, un aumento del 30%.
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