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Bielorrusia juzga en ausencia a Tijanóvskaya y otros líderes de la oposición

La política que aunó bajo su voto a todos los candidatos en las elecciones presidenciales de 2020 se suma a la denuncia contra Minsk por un juicio sin garantías

Tijanovskaya
Svetlana Tijanovskaya, profesora y política bielorrusa, el 21 de diciembre de 2020 en Madrid.Olmo Calvo
Javier G. Cuesta

Ni siquiera han podido contactar con los supuestos abogados que les ha asignado el propio régimen que les juzga en ausencia. Este martes ha comenzado en un tribunal de Minsk (Bielorrusia) el macrojuicio contra los líderes de la oposición, entre ellos Svetlana Tijanóvskaya, quien aunó bajo su voto a todos los candidatos en las elecciones presidenciales de 2020. “No es un juicio, sino la venganza de Alexandr Lukashenko”, ha afirmado la política en un vídeo público en referencia al presidente del país aliado de Rusia. Tijanóvskaya, que tomó el testigo de su esposo tras ser detenido antes de los comicios, ha sido acusada de más de 10 cargos, entre ellos el de traición al Estado. Hoy se encuentra en el exilio en Lituania.

“El dictador no entiende que el problema no está en mí, sino en él. Es él quien perdió las elecciones, aterroriza a la gente, vendió la soberanía de Bielorrusia a Rusia y lanza nuestro país a la guerra”, ha denunciado la líder opositora en referencia a Lukashenko; y ha lamentado que su nación se haya convertido desde 2020 “en una máquina de represión y terror”.

Junto a Tijanóvskaya, también han sido imputados su jefa de campaña, María Moroz; otra estrecha colaboradora de la candidata, la politóloga Olga Kovalkova; el sindicalista Serguéi Dylevsky; y el exministro y exembajador bielorruso Pável Latushka, hoy responsable de la plataforma opositora en el exilio Dirección Popular Anticrisis. Todos ellos han sido acusados de formar parte de una supuesta conspiración para tomar el poder por la fuerza, haber liderado un grupo extremista y haber hecho llamamientos destinados a dañar la seguridad del país y crear discordia.

Las protestas ciudadanas de 2020 fueron masivas, lo que pone aún más en duda los resultados oficiales de unas elecciones donde toda la oposición clamó que hubo un enorme fraude. Según la Junta Electoral Central, Lukashenko obtuvo un 80,1% de los votos con una participación altísima, frente al 10,1% de Tijanóvskaya, que en el último momento aglutinó en su figura al resto de fuerzas políticas debido a la detención y la exclusión de sus candidatos.

Tijanóvskaya se proclamó ganadora de las elecciones presidenciales en febrero de 2022 desde su exilio en Lituania, y anunció la creación de un consejo de coordinación con el resto de opositores para gestionar las futuras protestas y la transferencia de poder una vez Lukashenko no controle la presidencia.

“Este juicio en ausencia donde la gente no tiene permitido defenderse a sí misma viola nuestros derechos y libertades fundamentales”, lamentaba en su comunicado Tijanóvskaya. “Los abogados son designados por el régimen y, si tienes tu propio letrado, este se arriesga a entrar en prisión”, agregaba en su denuncia, donde remarcaba que tampoco podían conocer todos los cargos en su contra y que, al fin y al cabo, todo era una farsa: “Los secuaces del régimen actúan en este juicio como juez, acusación y defensa”.

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La agencia de noticias estatal bielorrusa, Belta, asegura que la corte ha desestimado las apelaciones para suspender el juicio que han presentado los abogados impuestos por Minsk a los activistas. Sobre estos pesa actualmente una orden de prisión preventiva por rebeldía. El régimen ha incluido, además, varios cargos particulares para cada opositor. Tijanóvskaya también ha sido acusada de traición al Estado, toma de edificios y obstrucción a la Comisión Electoral Central; mientras que a Latushka, por su parte, se le imputaron los cargos de exceso en el uso de la autoridad y aceptar sobornos.

Pavel Latushka fue ministro de Cultura del régimen entre 2009 y 2012, así como embajador en varios países europeos, entre ellos España, hasta 2019. En su despacho en el exilio de Varsovia (Polonia) tiene colgadas, en la puerta de entrada, varias acusaciones anteriores en su contra, algunas de las cuales cree que podrían acarrear hasta la ejecución porque la pena de muerte sigue vigente en Bielorrusia. “Cómo puede un juez dictar sentencia si también es el fiscal? ¿Cómo puede un abogado defenderte si no lo contratas tú, sino el KGB?”, ha criticado el opositor este martes desde su cuenta de Twitter. “Hoy es mi turno entre los miles de bielorrusos condenados por el régimen por motivos políticos”, ha señalado Latushka junto a un fragmento de vídeo donde se veía la sala prácticamente vacía en la primera sesión de su juicio.

Un par de tuits antes, el activista recogía otra historia que documenta la represión del régimen: el proceso contra el periodista bielorruso-polaco Andrzej Poczobut. El reportero afronta en su juicio de Grodno (ciudad bielorrusa) entre cinco y 12 años de prisión y, según las fuentes de Latushka, ha rechazado escribir una petición de clemencia a Lukashenko. En las imágenes del tribunal, encerrado en un habitáculo de cristal, el periodista del diario Gazeta Wyborcza no bajaba la vista en ningún momento frente a la mirada fija del guardia que le custodiaba.

Más de 1.000 presos políticos

Según la plataforma Viasná, a 17 de enero de 2023 hay 1.437 presos políticos en Bielorrusia. Ciudadanos y líderes opositores sufren por igual la persecución de Lukashenko. El político Serguéi Tijanovski, esposo de Tijanóvskaya y en un primero momento candidato a la presidencia de Bielorrusia, fue detenido en mayo de 2020 y condenado un año después a 18 años de cárcel bajo el cargo de organización de desórdenes públicos masivos, pese a haber sido arrestado antes de las elecciones de verano. Ahora, el Comité de Investigación le imputa una actitud desobediente en prisión por la que podría extender su encarcelamiento dos años más.

Tijanóvskaya fue una de las puntas del icónico tridente de mujeres que abanderó la oposición en el verano de 2020 junto a Verónika Tsepkalo y María Kolesnikova. Esta última rechazó ser expulsada del país por la fuerza y fue sentenciada a 11 años de cárcel. Hace un mes, sus familiares y abogados descubrieron que había sido ingresada en cuidados intensivos por una úlcera tras haber sido encerrada en una celda de castigo sin haber sido avisados de ello.

Ayer, el canal de Telegram del candidato opositor Víktor Babariko, también encarcelado antes de las elecciones, al menos ofrecía una buena noticia para la oposición: “[Kolesnikova] Ha sido trasladada a un grupo de trabajo desde el centro médico. Se cansa, pero empieza a subir de peso y se siente bien”.

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