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Revienta en Berlín el mayor acuario cilíndrico del mundo, que contenía 1.500 peces tropicales

El torrente de agua ha causado dos heridos leves y daños en el hotel donde estaba ubicada la estructura

El AquaDom, el acuario cilíndrico más grande del mundo, ubicado en el interior del hotel Radisson Collection de Berlín fotografiado antes y después del reventón. Foto: GETTY/TWITTER | Vídeo: EPV
Elena G. Sevillano

El AquaDom, el acuario cilíndrico más grande del mundo, ubicado en el interior del hotel Radisson Collection en el centro de Berlín, ha reventado esta madrugada por motivos que aún se están investigando, y ha vertido cerca de un millón de litros de agua salada y los 1.500 peces tropicales que albergaba. La salida en tromba del agua ha causado dos heridos leves, con pequeños cortes por los cristales, y abundantes daños materiales aún por cuantificar.

El acuario era una de las atracciones más visitadas de la zona, junto a la catedral de Berlín y la isla de los museos. Consistía en un enorme cilindro de 16 metros de altura por 11,5 de diámetro con un ascensor transparente en el medio, erguido en el centro del vestíbulo del hotel. Al quebrarse y liberar el agua ha generado un torrente que se ha llevado por delante mobiliario del hotel y ha destrozado varios de los comercios de la planta baja, en los que ha reventado escaparates y puertas. El agua ha salido en tromba hasta la calle de Karl-Liebknecht, una de las más transitadas del centro de la capital alemana, donde a primera hora todavía se veían algunos peces muertos entre los escombros. La vía ha estado horas cerrada al paso de vehículos.

AquaDom
Imagen del AquaDom, en 2015.Jörg Carstensen (Getty)

El reventón ha expulsado con el agua a la mayoría de los 1.500 peces tropicales que contenía el acuario, de casi un centenar de especies distintas, muchos de los cuales han acabado arrastrados a las alcantarillas de Berlín. Según han informado los bomberos, algunos ejemplares que estaban en tanques laterales han sido trasladados a otros acuarios. La mayoría, sin embargo, no han sobrevivido. El agua del acuario se mantenía a unos 26 o 27 grados, y esta madrugada Berlín ha registrado temperaturas de nueve grados bajo cero.

“La investigación sobre la causa aún no se ha completado, pero las primeras señales apuntan a la fatiga de los materiales”, ha asegurado la senadora (concejala) de Interior de Berlín, Iris Spranger, a la agencia pública de noticias DPA. La Policía confirmó a primera hora que no había ninguna sospecha de que se tratara de un ataque.

El reventón se ha producido hacia las 5.45 de la mañana, según ha explicado a EL PAÍS frente al hotel un portavoz de los Bomberos de la capital alemana. En las primeras llamadas a los teléfonos de emergencias, los testigos relataron haber oído un ruido muy fuerte, como de explosión. El tanque cilíndrico se rompió, el agua que contenía salió en tromba y arrastró lo que encontró a su paso. La presión reventó también puertas y ventanas interiores del establecimiento en el que estaban alojadas alrededor de 400 personas, según el portavoz. “No hemos podido salvar a ninguno de los 1.500 peces que vivían en el acuario”, añadió. Por la tarde, el departamento confirmó que sí se encontraron algunos ejemplares vivos en el agua que había quedado al fondo del tanque.

El hotel ha quedado a oscuras y sin electricidad y todos los huéspedes han sido evacuados. La mayoría han sido trasladados al cercano hotel Park Inn, en Alexanderplatz. Un centenar de efectivos del cuerpo de Bomberos han participado en la evacuación y en la inspección de las estructuras del edificio. A primera hora de la tarde han entrado agentes de bomberos con equipamiento de escalada. La planta baja ha quedado destrozada, según el cuerpo de Bomberos, y completamente llena de escombros que se han estado limpiando todo el día.

Uno de los reclamos del hotel era que desde sus habitaciones podía verse el acuario, una de las atracciones más visitadas de esta zona del antiguo Berlín oriental. “De madrugada oímos un ruido enorme que nos despertó”, ha relatado Dafna, una mujer israelí que estaba pasando unos días de turismo en la capital alemana. “Todavía estoy en shock”, ha dicho a este diario a las puertas del hotel, aún vestida con el pijama bajo el grueso abrigo y una bufanda.

Ella y su madre, que se desmayó en la habitación al ver lo que había sucedido, estaban intentando entrar de nuevo en el hotel para recoger su equipaje porque por la tarde tomaban el vuelo de vuelta a Israel. A la mayoría de los huéspedes el reventón les pilló todavía durmiendo y salieron, algunos arrastrando maletas, otros solo con el abrigo y el bolso, apresuradamente. Dos agentes de policía explicaron a las mujeres que todavía no era posible acceder porque el edificio estaba a oscuras y sin suministro eléctrico, por lo que ni siquiera funcionaban las tarjetas que permiten entrar a las habitaciones. “Un milagro que no haya habido víctimas”, ha dicho al enterarse de que únicamente se han producido dos heridos leves.

Estado del interior del Radisson Collection, que alojaba el acuario, en la que se aprecia la estructura reventada. Imagen cedida a EL PAIS por una huésped del establecimiento.
Estado del interior del Radisson Collection, que alojaba el acuario, en la que se aprecia la estructura reventada. Imagen cedida a EL PAIS por una huésped del establecimiento.

La alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey, ha destacado que la hora a la que se ha producido el accidente ha evitado males mayores. “Ha sido una gran suerte” porque “el tsunami” podría haber provocado horas después “terribles daños humanos”, ha dicho en su visita al lugar de los hechos a media mañana. El acuario era una de las excursiones típicas de los colegios de primaria de la capital. Además lo visitan muchos turistas, especialmente familias con niños, por su cercanía a los principales puntos de interés de la ciudad.

“Toda el agua, un millón de litros, se ha filtrado al exterior, ha inundado los bajos del edificio y ha salido hacia la calle Karl Liebknecht”, ha explicado el portavoz de los Bomberos: “La enorme presión del agua ha hecho que arrastrara a su paso todo tipo de objetos y muchos han acabado en la calle”. Los restos han permanecido frente al hotel toda la mañana. Se veían mesas, sillas, objetos decorativos y también el género de las tiendas que hay en la planta baja del hotel. Entre ellas, una chocolatería cuyo escaparate ha quedado reventado.

El AquaDom, de gestión privada, se inauguró en 2003. Tras 12 años en funcionamiento, cerró para proceder a trabajos de renovación, con un coste de 2,6 millones de euros, y reabrió en verano de 2020. Entre otras medidas, se renovaron las juntas de silicona y se limpió a fondo la piscina.

El AquaDom era una de las atracciones del Acuario de Berlín. El hotel está situado en un complejo de edificios, llamado Dom Aquarée, donde también hay oficinas, cafeterías y comercios. En el sótano, en la parte que da al río Spree, está el Museo de la RDA, que ha tenido que cerrar. Según su director, alrededor del 30% del espacio de la exposición ha resultado dañado por el agua.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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