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Un libio acusado del atentado de Lockerbie, entregado a Estados Unidos para ser juzgado

Washington acusa a Abu Agila Mohammad Masud de fabricar la bomba que estalló en 1988 en el avión de Pan Am y provocó 270 muertes en Escocia

Atentado Lockerbie
Destrozos provocados por la caída de un Jumbo 747 de Pan Am en Lockerbie (Escocia), tras estallar durante el vuelo por un atentado terrorista el 21 de diciembre de 1988.ROY LETKEY (AFP)
Miguel Jiménez

El libio Abu Agila Masud ha sido entregado a las autoridades de Estados Unidos para ser juzgado por el atentado de Lockerbie (Escocia), que provocó 270 muertes el 21 de diciembre de 1988, según ha informado el Departamento de Justicia. Abu Agila Muhammad Masud Jeir Al-Marimi está acusado de fabricar la bomba que hizo estallar en el aire a unos 9.500 metros de altura el Jumbo Boeing 747 de Pan Am que volaba de Londres a Nueva York.

La explosión mató a las 259 personas que viajaban a bordo: 243 pasajeros y 16 miembros de la tripulación, entre ellos 190 estadounidenses. La caída de los restos del avión se cobró la vida de 11 habitantes de Lockerbie que se encontraban en tierra, muchos de ellos en sus casas.

El atentado sigue siendo el ataque terrorista más mortífero de la historia del Reino Unido y el segundo más mortífero para los estadounidenses, solo superado por los del 11 de septiembre de 2001. Pedazos del avión se esparcieron por un área de más de 2.000 kilómetros cuadrados y los restos de 17 víctimas nunca fueron localizados. El atentado llevó a aumentar las medidas de seguridad y los controles en los aeropuertos.

La investigación inicial de Estados Unidos y el Reino Unido ya apuntó desde el principio a un hombre llamado Abu Agila Masud como sospechoso, pero entonces no fue identificado ni localizado. Un documental emitido por PBS en 2015 y producido por el hermano de una de las víctimas le señaló como responsable de los tentados. Hace unos años, los investigadores supieron que había sido detenido en Libia tras la caída del régimen de Muamar el Gadafi. Masud permanecía bajo custodia libia, detenido por otros delitos, y confesó a la policía libia en 2012 su implicación en el atentado.

Estados Unidos no ha dado detalles del modo en que se ha efectuado la entrega del acusado, que se espera que comparezca este lunes ante un tribunal federal en Washington. La familia denunció el mes pasado que había sido secuestrado en su casa de Trípoli y acusaba a las autoridades libias de complicidad con su captura. Aparentemente, no se ha seguido un procedimiento judicial de extradición. Estados Unidos solicitó a Interpol difundir una orden para localizar y detener al acusado a efectos de su extradición o de su entrega a Estados Unidos. El acusado se enfrenta a una pena de cadena perpetua si es condenado.

Cargos de terrorismo

En 2020, el que era fiscal general de Estados Unidos, William P. Barr, presentó cargos contra él por delitos de terrorismo. Según la acusación, Masud fabricó la bomba que destruyó el avión de Pan Am y trabajó con otros dos cómplices (uno de ellos fue condenado y el otro absuelto) para llevar a cabo el atentado. El Departamento de Justicia sostiene que la operación fue ordenada por la dirección de la inteligencia libia y, tras el derribo del avión, Gadafi dio las gracias a Masud por el éxito del ataque contra Estados Unidos.

Además de su participación en el atentado de Lockerbie, Masud también estuvo implicado, según Barr, en el atentado de 1986 contra la discoteca LaBelle de Berlín (Alemania Occidental), en el que murieron dos militares estadounidenses y una mujer turca. Estados Unidos se puso a trabajar para lograr su traslado a Estados Unidos. Según las autoridades, ya se encuentra bajo custodia de agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y deberá comparecer ante un tribunal federal en Washington.

Hasta ahora, el único condenado por el atentado de Lockerbie fue el también libio Abdel Baset al Megrahi, entregado por el régimen de Gadafi en 1999 para lograr el levantamiento de las sanciones internacionales por su apoyo al terrorismo. Fue juzgado en Países Bajos bajo ley escocesa, pues Gadafi se negó a entregarlo a Estados Unidos o Reino Unido. Al Megrahi fue sentenciado a cadena perpetua a comienzos de 2001, pero luego fue liberado en 2009 por las presiones de Gadafi, que alegaba que el preso padecía un cáncer terminal con solo una esperanza de vida de unos meses. Fue recibido como un héroe en Libia, para indignación del Reino Unido y Estados Unidos, y acabó muriendo en 2012.

Aunque él siempre se declaró inocente, según la sentencia que le condenó, facturó una maleta en el aeropuerto de Luqa, en Malta (base de operaciones de las líneas aéreas libias), donde trabajaba, hasta el de Fráncfort, y de allí a Heathrow, en Londres, donde el artefacto explosivo, escondido en un radiocasete y con un temporizador activado, embarcó en el vuelo 103 de la aerolínea Pan Am con destino a Nueva York. La principal prueba contra Al Megrahi, alto funcionario de los servicios secretos libios, fue la declaración de Anthony Gauci, un ciudadano maltés en cuya tienda fueron adquiridas las ropas encontradas en la maleta que contenía el explosivo. Otro acusado fue absuelto en el mismo juicio.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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