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La líder del Parlamento Europeo suspende a la vicepresidenta de la Cámara señalada por el escándalo de los sobornos de Qatar

La socialdemócrata griega Eva Kaili es la implicada de mayor rango en el caso. Su padre ha sido interceptado cuando huía con una maleta “llena de billetes”

Eva Kaili
Eva Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo, en un acto en Bruselas el pasado 7 de diciembre.ERIC VIDAL (AFP)

La bola de nieve del escándalo de los presuntos sobornos de Qatar a varios eurodiputados y asistentes parlamentarios se va haciendo más grande y compleja. La presidenta del Parlamento Europeo, la popular Roberta Metsola, ha suspendido “con efecto inmediato” de sus funciones a la vicepresidenta de la Eurocámara Eva Kaili, por el momento la figura política más alta involucrada en el escándalo y que, tras su detención el viernes, ya ha sido expulsada del partido socialdemócrata griego (Pasok).

“A la luz de la investigación en curso de las autoridades belgas, la presidenta Metsola ha decidido suspender con efecto inmediato de todos sus poderes, deberes y tareas a Eva Kaili en su capacidad de vicepresidenta del Parlamento Europeo”, ha declarado un portavoz de la Eurocámara. La medida era ampliamente esperada. El diario L’Echo asegura que el propio padre de la antigua periodista y presentadora de televisión griega, de 44 años, fue interceptado cuando trataba de huir con una maleta “llena de billetes”, después de haber sido, presuntamente, “prevenido por cómplices”, de acuerdo con el periódico belga. La pareja de Kaili, un asistente y asesor de otro eurodiputado, también está detenido para ser interrogado, desde el viernes.

La líder del grupo de Kaili, los Socialistas y Demócratas (S&D), la española Iratxe García, ya había pedido la suspensión de la vicepresidenta. “En vista de la investigación, Eva Kaili debería ser reemplazada como vicepresidenta del Parlamento Europeo para proteger la respetabilidad de la institución y la confianza de los ciudadanos”, había dicho García.

Metsola había roto este sábado el silencio que mantenía desde que se conocieron las primeras detenciones 24 horas antes, para asegurar que el organismo que dirige “se opone firmemente a la corrupción”. El Parlamento Europeo, aseveró, está colaborando en la investigación belga sobre una presunta trama de sobornos del Estado del Golfo —las autoridades belgas no han confirmado oficialmente que se trate de Qatar— a varias personas que, según la Fiscalía, tenían una “posición política o estratégica significativa” en la Eurocámara y a las que se habrían ofrecido “sumas de dinero sustanciales” (por el momento se han incautado 600.000 euros) o “regalos importantes” con el fin de “influir en las decisiones económicas y políticas del Parlamento europeo”.

“En esta etapa, no podemos comentar ninguna investigación en marcha, salvo para confirmar que hemos cooperado y seguiremos haciéndolo con todas las autoridades policiales y judiciales relevantes”, tuiteó la maltesa, del Partido Popular Europeo (PPE). La Fiscalía Europea también se ha interesado por el asunto. Fuentes de la institución explican que están en contacto con las autoridades belgas para saber si es competencia suya hacerse cargo de la investigación abierta.

El estupor, la consternación, el nerviosismo y el temor planean sobre la Eurocámara tras la primera ronda de detenciones y registros policiales el viernes. Existe el miedo a que el escándalo mayúsculo, ya conocido como Qatargate, puede salpicar a más miembros de la Cámara europea. Ante una investigación en marcha y, por el momento, bastante hermética —la Fiscalía belga no ha vuelto a pronunciarse desde que anunciara los primeros arrestos el viernes, a los que se han sucedido otros nuevos este sábado en Italia—, los principales grupos políticos europeos y responsables de la Eurocámara se han limitado a condenar en términos absolutos el escándalo y a lanzar las primeras iniciativas para controlar los daños a la institución europea y a sus propias formaciones.

Devaluar la autoridad moral de Estrasburgo

La preocupación por la reputación de la Eurocámara es compartida por la mayoría de los grupos parlamentarios. No es para menos. Más allá del posible goteo de nuevos implicados, el escándalo amenaza con devaluar la autoridad moral que quería jugar el Parlamento Europeo en la suspensión de 7.500 millones de euros a Hungría por no luchar contra la corrupción, un asunto que tiene que resolverse antes del 19 de diciembre. En este caso, los eurodiputados se han mostrado muy exigentes con la Comisión Europea, incluso han dejado caer que les parece insuficiente que solo se haya sancionado el 65% de los fondos de cohesión húngaros y no el 100%. Ha llegado a aprobar una moción subrayando que Hungría ha dejado de ser una democracia para convertirse en una “autocracia electoral”. Y ahora explota un escándalo por supuestos sobornos a miembros de la Eurocámara pagados por una de las monarquías petroleras del Golfo, donde no existen los derechos y libertades que los eurodiputados suelen poner por delante.

De ahí que en las últimas horas hayan ido creciendo las voces que reclaman más medidas contundentes ante el pleno que la Eurocámara celebrará esta semana en Estrasburgo, la última gran cita del hemiciclo este año. El grupo La Izquierda ha anunciado que solicitará añadir una declaración de la Comisión al orden del día del pleno con el título “Sospechas de corrupción de los países del Golfo y la necesidad de ampliar la transparencia y responsabilidad en las instituciones europeas”. La petición será sometida a votación el lunes, nada más abrirse el pleno.

“Nuestra institución debe ser rigurosa, transparente y dura con la corrupción”, ha declarado este sábado la copresidenta del grupo de La Izquierda, la francesa Manon Aubry. “Necesitamos averiguar urgentemente qué está pasando y quién está implicado para poder actuar y responder ante la ciudadanía a la que representamos”.

Fuentes del PPE señalan que no se oponen al debate que ha planteado el grupo de La Izquierda, pero prefieren que solo haya una declaración de la presidenta Metsola, dicen, “para evitar que haya grupos que utilicen el tema políticamente cuando no hay información de lo que ha pasado”. El PPE también propone que se suspenda toda decisión en la Eurocámara que tenga que ver con Qatar o con el tema bajo investigación.

En el mismo sentido, se ha expresado Ciudadanos, que está trabajando con el resto de miembros del liberal Renew “para que se llegue hasta el final en esta investigación”, señalan fuentes del partido en Bruselas. “Hemos dado nuestro apoyo para que el pleno de Estrasburgo albergue un debate de urgencia la semana que viene y que se suspendan temporalmente los expedientes legislativos relacionados con Qatar hasta que la Fiscalía belga arroje luz sobre esta cuestión”, aseveran.

No a la liberalización de visados

El proyecto que con toda probabilidad ya no verá la luz es el acuerdo para la liberalización de los visados con Qatar. Hasta que estalló el escándalo, se daba por sentado que este punto sería aprobado automáticamente en Estrasburgo —bastaba con que nadie objetara—, pero en vista de la situación, Los Verdes ya han indicado que intentarán detener el proceso. “Este pleno no va a aprobar ninguna iniciativa relativa a Qatar y mucho menos un acuerdo de visados”, dice el eurodiputado Ernest Urtasun al respecto.

Los ecologistas también miran a más largo plazo y quieren que se emprenda una revisión de las normas internas del Parlamento para reforzar las normas de conducta y de ética de los miembros, además de mejorar los controles sobre posibles sobornos e interferencias de potencias extranjeras. “Queremos que el Parlamento Europeo tome medidas muy concretas para blindarse ante este tipo de situaciones”, señala Urtasun.

Esta iniciativa va acorde con lo que demanda la ONG Transparencia Internacional, para la que el Qatargate ahora desvelado “no es un incidente aislado”. “Durante muchas décadas, el Parlamento Europeo ha permitido que se desarrollara una cultura de la impunidad, combinando reglas financieras y controles laxos con una completa falta de supervisión ética independiente”, dijo el director de Transparencia Internacional UE, Michiel van Hulten, en un comunicado.

Por el momento, el S&D parece la formación más afectada por el escándalo. Entre los detenidos el viernes, además de Kaili, también fue arrestado el exeurodiputado del S&D Pier Antonio Panzieri, quien tras dejar su escaño en 2019 dirigía la asociación Fight Impunity, dedicada a la lucha contra las violaciones de derechos humanos y que parece estar en el centro de las investigaciones judiciales belgas. Uno de los 16 registros efectuados el viernes en el marco de la operación fue en la sede de la organización, a la que están vinculados varios detenidos o convocados por la policía para prestar declaración el viernes, entre ellos, según el diario belga Le Soir, la pareja de Kaili, antiguo asistente de Panzieri, y otra asistente parlamentaria de la eurodiputada belga Maria Arena, también de la familia del S&D. En declaraciones a la televisión belga este sábado, Arena, cuyas oficinas también fueron registradas el viernes, ha explicado que su asistente ha sido convocada como “testigo para aportar pruebas a la investigación” debido a que trabajó durante seis meses para Fight Impunity.

En Italia, la policía ha arrestado también a la mujer e hijas de Panzieri, según el Corriere della Sera. Otro de los detenidos el viernes es otro italiano, el recién elegido secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CIS) Luca Visentini, lo que podría ampliar el espectro de las sospechas e investigaciones más allá del Parlamento Europeo hacia el mundo sindical. Varias organizaciones internacionales ya han sido cuestionadas por su laxitud ante las denuncias de violaciones de los derechos de los trabajadores extranjeros durante los preparativos del Mundial de Qatar.

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