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América Latina mira azorada la crisis en Perú

Argentina y México llaman a respetar la democracia, mientras Colombia condena la decisión de Castillo y Brasil da la bienvenida a la nueva presidenta

Federico Rivas Molina
Pedro Castillo y Andrés Manuel López Obrador
El presidente de Perú, Pedro Castillo, y el de México, Andrés Manuel López Obrador, durante un encuentro el 17 de septiembre de 2021.Presidencia de México

Fue un primer momento de estupor y luego de espera. La velocidad con que se desarrollaban los acontecimientos en Perú apenas dio tiempo para ensayar algún tipo de reacción en las cancillerías de América Latina. El silencio fue general, con la única excepción de Argentina y México. El primero habló de “crisis política” y pidió el resguardo “de las instituciones democráticas”. El segundo llamó a “respetar la democracia y los derechos humanos”. El resto de los servicios exteriores prefirió esperar la suerte de la embestida de Pedro Castillo contra el Congreso y su posterior destitución parlamentaria.

“Argentina hace un llamado a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional”, publicó en un tuit la cuenta oficial de la Cancillería Argentina. Buenos Aires mantuvo buenas relaciones con el ahora expresidente Pedro Castillo durante los 16 meses que estuvo en el poder. El peruano llegó incluso a pedir ayuda diplomática a Buenos Aires cuando se sucedían los intentos del Congreso por destituirlo. “Claramente, Argentina rechazó la decisión que tomó Castillo”, dijo este miércoles una fuente de la cancilleria en Buenos Aires. “Fuimos de los primeros países que definimos una posición pública exigiendo que se recupere el orden democrático. [El canciller Santiago] Cafiero estuvo en conversación con los cancilleres de la región y también con los cancilleres que formaron el grupo de países de la OEA, que quedó obsoleto por esta situación que vive Perú, y dialogó varias veces durante la jornada con el embajador argentino en Perú”, agregó la fuente.

México personalizó el mensaje. El ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo desde su cuenta en Twitter que su país lamentaba “los últimos acontecimientos en Perú (…) ese entrañable pueblo hermano”. Unos minutos antes había adelantado la suspensión, por segunda vez, de la Cumbre de la Alianza del Pacífico prevista para el 14 de diciembre en Lima. “Los mantendré informados”, dijo el ministro. El encuentro tenía fecha para el 25 de noviembre en México, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió suspenderla porque el Congreso peruano había negado a Castillo el permiso de viaje.

Ebrard aseguró que Castillo evitó llamar a la Administración de López Obrador para pedirle su apoyo o algún tipo de asistencia. Sin embargo, el canciller mexicano explicó en una entrevista en la radio mexicana que si el político peruano pide asilo a México, el país norteamericano no se negaría. “Nosotros tenemos una política favorable al asilo, yo no creo que nos negaríamos. Si él lo pide, lo consideraríamos, no deberíamos de oponernos, pero no lo ha hecho”, dijo. Ebrard confirmó que algunos peruanos se apostaron a las puertas de la embajada mexicana en Lima temiendo que Castillo buscará asilo en la representación diplomática. “La verdad, nunca llegó, no sé si era su intensión”, dijo el canciller.

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López Obrador fue menos diplomático y se puso abiertamente del lado de Castillo. Hace meses ya había ofrecido su respaldo explícito a su homólogo peruano ante las turbulencias de su mandato. Este miércoles, calificó de “lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”. El Gobierno boliviano también siguió esa línea. “El constante hostigamiento de élites antidemocráticas contra gobiernos progresistas, populares y legítimamente constituidos, debe ser condenado por todas y todos”, escribió en Twitter el presidente Luis Arce, antiguo ministro de Economía de Evo Morales. El expresidente boliviano, un símbolo de los Gobiernos de izquierdas en América Latina, se limitó, en cambio, a pedir respeto por la Constitución, “la seguridad, el derecho a la vida y convivencia pacífica y democrática”.

Chile, en tanto, habló en los mismos términos que Argentina y el canciller mexicano. En ningún caso hizo referencia a un golpe de Estado o nombró a Pedro Castillo. Mucho menos, la decisión del Congreso de destituirlo y su posterior detención. “El Gobierno de Chile lamenta profundamente la situación política que está viviendo la República del Perú”, difundió la cancillería chilena en un comunicado.

Como México, Chile también pidió por el respeto de “los derechos humanos y las libertades fundamentales” y reafirmó “su compromiso con la democracia y el diálogo como el camino para superar este complejo momento”.

El Gobierno de Brasil, aún encabezado por Jair Bolsonaro, “sigue con preocupación la situación política interna en Perú que condujo a la destitución constitucional del presidente Pedro Castillo por parte del Congreso”, según un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, informa Naiara Galarraga. Lula da Silva, el presidente electo del país, coincidió. Según su comunicado, sigue “con mucha preocupación los hechos que llevaron a la destitución constitucional del presidente”. “Entiendo que todo se desarrolló en el marco constitucional”, ha escrito Lula, que tomará posesión en Brasil el primer día de enero, y añadió: “siempre es lamentable que un presidente electo democráticamente tenga esta suerte”. Tanto Lula como Bolsonaro han deseado éxitos a la nueva presidenta, Dina Boularte. El presidente electo le ha prometido que su Gobierno “trabajará incansablemente para reconstruir la integración regional”.

Colombia, a su turno, sí se refirió a los acontecimientos en Perú como un “atentado contra la democracia”. Y advirtió que lo condena “venga de donde venga”, en referencia al origen izquierdista de Castillo. “Colombia recuerda que la democracia requiere el reconocimiento de la voluntad popular expresada tanto en las elecciones para presidente como para el Congreso”, dijo la Cancillería colombiana en un comunicado.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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