Donald Trump y Ron DeSantis evitan la confrontación directa en sus mítines paralelos en Florida
El expresidente llamó el sábado “mojigato” al potencial rival de su partido para 2024 y este lunes cierra la campaña en Ohio, mientras Biden acaba en Maryland
Donald Trump acostumbra a poner motes a sus rivales políticos. La presidenta de la Cámara de Representantes es Nancy Pelosi la loca (crazy). El presidente Joe Biden es, entre otros, sleepy Joe, somnoliento o dormilón. Su rival en 2016 era “la corrupta Hillary”. Hay una entrada en wikipedia dedicada a los motes que reparte a sus rivales, incluso dentro de su partido. Cuando el sábado le puso mote al gobernador de Florida, Ron DeSantis, quedó claro que lo ve como un rival dentro de su partido para las presidenciales de 2024. Este domingo, Trump y DeSantis competían con mítines paralelos en Florida, pero los dos evitaron la confrontación.
El sábado, en un mitin en Latrobe (Pensilvania), Trump llamó al gobernador de Florida “Ron DeSanctimonious”, haciendo un juego de palabras con su apellido y la palabra sanctimonious, que significa beato, meapilas o mojigato. DeSantis, que tiene casi garantizada la reelección como gobernador este martes, suena como probable candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2024. Nadie duda de que si Trump no participase, daría el paso y sería el favorito. Con el expresidente en escena y su ascendente sobre la base del Partido Republicano, las cosas no son tan fáciles.
El hecho de que este domingo Trump participase en un mitin con el senador Marco Rubio y otros candidatos republicanos en Florida, pero que DeSantis diese a la vez otro mitin en paralelo ya era una señal de cómo ambos se miran con desconfianza y se han distanciado. Por eso se esperaban con algo de morbo las intervenciones de ambos este domingo, pero ambos han evitado enfrentarse.
Trump solo ha citado una vez a DeSantis, y sin mote: “En dos días, el pueblo de Florida va a reelegir al maravilloso, al gran amigo mío, Marco Rubio como senador. Y vais a elegir a Ron DeSantis como vuestro gobernador”. Era el primer minuto del mitin y ya no ha vuelto a ser citado. DeSantis tampoco ha contestado a Trump. Ha dedicado todos sus ataques al presidente, Joe Biden, potencial rival para 2024, pero del otro partido, aunque algunas referencias, como su gestión de la pandemia podrían ser indirectamente entendidas como una crítica a Trump.
Con sus 21,5 millones de habitantes, Florida se ha consolidado como un Estado rojo, el color republicano, e indispensable para la carrera presidencial de ese partido. Tanto Rubio como DeSantis tienen casi garantizada la reelección este martes.
Cierres de campaña
Tras su intervención en Miami, Trump dará este lunes su último mitin de campaña en Ohio, donde el candidato republicano a senador, J. D. Vance, autor de Hillbilly, una elegía rural, es uno de sus protegidos. Tiene una ventaja cómoda, aunque no tan amplia como para despistarse. Su rival, el demócrata moderado Tim Ryan, ha tenido una campaña más trabajada, pero Ohio, antes visto como termómetro perfecto de la tendencia electoral del país, también se ha teñido de rojo con Trump. Ganó allí en 2016 y en 2020, rompiendo la tesis de que quien gana en Ohio logra la presidencia.
Biden, por su parte, ha estado este domingo en el Estado de Nueva York, apoyando la reelección de Kathy Hochul como gobernadora. Pese a que es un Estado indudablemente demócrata, su ventaja se ha estrechado frente al republicano Lee Zaldin. El expresidente Bill Clinton también ha acudido a apoyarle.
El presidente cierra su campaña este lunes con un mitin en Maryland en apoyo al candidato demócrata a gobernador, Wes Moore. El senador demócrata Chris Van Hollen tiene una ventaja cómoda para ser reelegido, pero la Casa Blanca no ha anunciado su presencia en el acto. Biden ha concentrado la mayor parte de su campaña en feudos demócratas y, con la principal excepción de Pensilvania, ha evitado los mítines en los Estados donde el Senado está en juego por si su presencia resultaba contraproducente.
El martes se renuevan los 435 miembros de la Cámara de Representantes, con un mandato de dos años y una distribución por Estados en proporción a su población, y 35 de los 100 escaños del Senado, donde los elegidos lo son por seis años (cada Estado tiene dos senadores con independencia de la población y cada dos años se renueva aproximadamente un tercio). Las encuestas apuntan a una relativamente cómoda victoria republicana en la Cámara de Representantes, mientras que en el Senado el resultado está muy ajustado.
Junto al Congreso, se eligen numerosos cargos estatales y locales, incluidos los gobernadores de 36 Estados. Además, se celebran 132 referéndums en 37 Estados sobre asuntos tan variados como el aborto, la legalización de la marihuana, la sindicación obligatoria, las restricciones al voto, el régimen de trabajos forzados o semiesclavitud de los presos, la legalización de las apuestas deportivas o el salario mínimo de los camareros (léase, el fin de las altas propinas cuasi obligatorias).
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