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Rusia da marcha atrás y vuelve al acuerdo para exportar cereales por barco desde Ucrania

Moscú afirma haber recibido de Kiev garantías de que no utilizará el corredor seguro del mar Negro para ataques militares, tras días de mediación turca

Buques graneleros esperaban este miércoles en aguas del mar Negro a que se les concediera paso a través del Bósforo. Foto: UMIT BEKTAS (REUTERS) | Vídeo: EPV
Andrés Mourenza

El corredor para los barcos cargados con grano ucranio en el mar Negro vuelve a funcionar. En realidad, el parón provocado por el abandono ruso del acuerdo ha durado menos de 24 horas, pero la posibilidad de que se detuviese la exportación de cereal desde los puertos ucranios del mar Negro había encarecido el precio de varios de estos granos básicos para alimentación mundial. Este miércoles, tras el anuncio de que Moscú ha accedido a retornar al acuerdo, los precios de los principales cereales han bajado.

“A raíz de las conversaciones que mantuvimos ayer con [el presidente ruso, Vladímir] Putin, esta mañana, el ministro de Defensa [Serguei] Shoigú ha telefoneado a nuestro ministro de Defensa [Hulusi] Akar y le ha informado de que, a partir del mediodía de hoy se retomaría el funcionamiento del corredor del grano tal y como funcionaba anteriormente”, explicó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, este miércoles durante una intervención parlamentaria y tras varios días de intensas gestiones diplomáticas.

El pasado sábado, Rusia rompió el acuerdo firmado en junio en protesta por el ataque ucranio con drones a su flota del mar Negro y exigió una investigación en profundidad, además de garantías de que sus fuerzas navales no serían atacadas a través de este corredor. Pero su órdago apenas ha durado cinco días. “La Federación de Rusia considera que las garantías recibidas parecen ser suficientes y reanuda la implementación del acuerdo suspendido después del ataque terrorista en Sebastopol. La parte ucrania asegura oficialmente que el corredor marítimo humanitario solo será utilizado en cumplimiento de las disposiciones de la iniciativa del mar Negro”, anunció el Ministerio de Defensa ruso, que también recalcó el apoyo recibido por Ankara y Naciones Unidas.

Pese al pulso ruso, los barcos continuaron saliendo de los puertos del mar Negro y solo se habían suspendido para este miércoles, según informó el Centro de Coordinación Conjunto. Este organismo tiene sede en Estambul y en él participan representantes rusos, ucranios, turcos y de la ONU que supervisan el tráfico por el corredor y llevan a cabo inspecciones a todos los buques que entran y salen de esta ruta.

Durante estos días de tensión, el Gobierno ucranio ha mantenido que Moscú estaba poniendo excusas para salirse del acuerdo. “Al suspender su participación en el pacto con el pretexto falso de unas explosiones ocurridas a 220 kilómetros del corredor, Rusia bloquea dos millones de toneladas de grano transportadas por 176 barcos que ya se encuentran en el mar, lo suficiente para alimentar a más de siete millones de personas”, subrayó el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, a través de las redes sociales. Según Kiev, la salida de Moscú del acuerdo “fue planeada con antelación”.

Reexportación desde Europa

Putin y otros representantes rusos habían mostrado en otras ocasiones sus reticencias respecto al funcionamiento del corredor, alegando, por ejemplo, que la mayoría de las exportaciones de cereal estaban yendo a países de la UE. Si bien esto es cierto —España es, de hecho, el país que más toneladas de grano ha recibido por esta vía—, fuentes de la Unión han explicado a EL PAÍS que buena parte de ese grano se dedica a reexportación. Y que, mientras los países comunitarios han reducido sus importaciones desde Ucrania respecto a años anteriores, han aumentado sus exportaciones a países de África y Asia. Igualmente, fuentes diplomáticas ucranias han alegado que, en los documentos firmados, por separado, por Ucrania y Rusia con la ONU y Turquía, no se hace mención alguna a qué destino deben dirigirse los cereales ucranios, sino que se deja al albur del mercado y a la demanda de las empresas privadas, con excepción de algunos buques fletados por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Con todo, el presidente turco (cuyo país ha recibido un 15% del cereal exportado por el corredor) afirmó que ahora ha pactado con Putin dar “prioridad” a los “países pobres de África” y citó, en concreto, a Somalia, Yibuti y Sudán.

Desde su puesta en marcha hace tres meses, cerca de 10 millones de toneladas de cereal ucranio —casi la mitad de lo que había quedado bloqueado en los silos de Ucrania tras el inicio de la invasión rusa— han sido exportados a través del corredor. El acuerdo tiene una fecha límite: el 19 de noviembre. En las últimas semanas, diplomáticos de la ONU han tratado de convencer a Rusia para que acceda a ampliar el plazo un año más, pero Moscú parece haber perdido interés en la iniciativa a medida que Ucrania recuperaba terreno conquistado. Uno de los objetivos rusos con este acuerdo era lograr el levantamiento de algunas sanciones en su contra, especialmente las financieras. Putin respondió a las restricciones recibidas al principio de la guerra con la prohibición de la exportación de fertilizantes a otros países. Meses después, al sellar el acuerdo del grano, el Kremlin llegó a un compromiso paralelo con la ONU para estudiar qué sanciones afectan a los productos agrícolas, aunque EE UU asegura que estos productos están exentos de ellas.

Tanto Turquía como Rusia han hecho hincapié en que la parte del acuerdo que incumbe a los productos agrícolas y los fertilizantes rusos no se está cumpliendo. “Lo primero es la eliminación de estos obstáculos directos e indirectos a las exportaciones rusas de fertilizantes a países extranjeros. Esto fue una parte integral del trato y las dificultades persisten”, afirmó este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. La ONU está tratando de convencer a la parte ucrania de que permita utilizar una tubería de la época soviética que permita llevar amonio —clave en la fabricación de fertilizantes— desde Rusia al puerto ucranio de Odesa, pero, con grandes porciones de su territorio aún ocupadas por fuerzas rusas, la propuesta no gusta demasiado en Kiev.

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