El Gobierno alemán impulsa la regularización de más de 100.000 extranjeros sin permiso de residencia
Una reforma legal abrirá la puerta a aquellos que lleven cinco años en el país y no hayan delinquido, entre otras condiciones para la estancia permanente
El Gobierno alemán aprobó este miércoles una reforma de la política migratoria que impulsará la regularización de más de 100.000 extranjeros sin permisos de residencia si cumplen ciertos requisitos. La medida afecta a personas en situación irregular que llevan ya años en el país y a las que no se ha deportado a sus países de origen por razones administrativas o humanitarias; se las conoce popularmente como Geduldete (tolerados en alemán). “Se trata de un cambio de perspectiva, queremos que las personas bien integradas en Alemania tengan verdaderas oportunidades”, declaró la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, en una comparecencia en Berlín.
El proyecto, que tiene que ser bendecido aún por el Parlamento, abrirá la puerta a la regularización a los que con fecha del 1 de enero de 2022 hayan residido en el país durante cinco años y no hayan cometido delitos o hayan ocultado su identidad para evitar una expulsión. Recibirán un permiso de permanencia provisional de un año en el que deberán cumplir otros requisitos, como la capacidad de mantenerse económicamente y hablar alemán, para optar posteriormente a un permiso de larga duración.
El consejo de ministros aprobó, además, facilitar la reagrupación familiar de trabajadores cualificados y simplificar los procedimientos para que los solicitantes de asilo accedan a cursos de integración y del idioma.
El proyecto de ley que permitirá a extranjeros sin papeles regularizar su situación se aprueba en un momento en el que la primera economía europea sufre una escasez de mano de obra sin precedentes. “Queremos crear una ley de inmigración moderna”, destacó Faeser.
El Gobierno también busca agilizar la integración de jóvenes. Los menores de 27 años podrán, en determinadas circunstancias, solicitar la residencia permanente después de solo tres años de estancia en el país. Además, la reforma de la ley de extranjería intentará hacer de Alemania un destino más atractivo para los migrantes cualificados. Según explicó Faeser, la reforma facilitará la concesión de visados a los familiares de estos profesionales cualificados, que en un futuro podrán residir en el país sin tener que acreditar conocimientos de idioma.
Por otro lado, la ley permitirá alargar la detención de extranjeros que hayan cometido delitos de un máximo de tres a seis meses, de forma que las autoridades dispongan de más tiempo para organizar la deportación, con frecuencia compleja desde el punto de vista administrativo.
A finales del año pasado, la economía alemana calculaba un déficit de mano de obra de 400.000 trabajadores, y desde entonces los cuellos de botella no han hecho más que aumentar. El fabricante de componentes para automóviles Continental, por ejemplo, pidió al Gobierno un proceso de inmigración “gestionado” de trabajadores cualificados para abordar la escasez de personal. Argumentó que necesita 2.500 personas nuevas cada año, especialmente en el sector del software y la logística.
La coalición de gobierno de los socialdemócratas, verdes y liberales que asumió el poder a finales del año pasado prometió una revisión profunda de la anticuada política de inmigración del país. Están previstos dos paquetes de medidas que introducirán un sistema de entrada por puntos para los trabajadores extranjeros y facilitarán la obtención de la ciudadanía.
Según estadísticas oficiales, a 31 de diciembre de 2021, había 242.029 extranjeros tolerados en Alemania, 136.605 de ellos desde hace más de cinco años.
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